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— ¿Entonces te estuviste comiendo a mi hermano todo este tiempo en mi casa?

Tae no dejaba de ver a su amigo que estaba sentado a un lado, después de aquel beso, Hoseok le pidió que se quedara al partido, al terminar podían hablar de todo de forma más tranquila.

Kook solo trataba de evitar la risa al ver el rostro del pálido, no había entrado a jugar por un pequeño dolor en el tobillo que había comenzado a tener los últimos días.

— Está de más preguntar si ya lo hicieron, pero... ¿Quién es el de arriba y quien es el de abajo?

Ambos voltearon a ver a Kook, quien había escupido el refresco al escuchar aquellas preguntas.

— Calma a tu novio — murmuró Yoongi al ver a Tae tratando de ayudar a Kook.

Durante todo el partidio sintió la mirada de Hoseok sobre él, pero sin dejar de prestar atención al juego, era la final de aquella temporada y el ganador levantaría la copa, pero eso no le importaba a Hoseok, lo que realmente era importante era ver que el pálido no se marchara, que no escapara de sus sentimiento.

No otra vez, necesitaban hablar. Si no es por que tenía que jugar, justo ahora se encontrarían en el auto del pálido besándose.

Le gustaba mucho el sexo, pero le gustaba aún más cuando se besaban.

El sonido del silbato que marcaba el final del juego, anunciando la victoria del equipo de Hoseok, todos en las gradas estaban festejando.

Hoseok solo quería ir hasta donde estaba Yoongi y besarlo de felicidad, pero una mano atrapó su muñeca, iba a forcejear cuando sintio como unos labios se posaron sobre los suyos, quedándose tan quieto.

Hasta segundos después que aquella chica al fin se separó.

— ¿Sulli que haces? — le presto atención tratando de entender lo que pasaba.

Ella solo sonrió, sosteniendo el micrófono más cerca de sus labios.

— Quiero anunciarles que Hoseok y yo ya somos oficialmente novios.

Sulli había visto a Hoseok el primer día que este fue transferido, se sintió tan atraída de aquel bonito chico, de su sonrisa, su forma de hablar, por suerte llevaban casi todas las materias juntos, de esa forma era mayor el tiempo que podía verlo.

Al enterarse que aquel chico formaría parte del equipo de la escuela, fue con más entusiasmo a los entrenamientos del escuadrón de animadoras del que era capitana, al igual que las presentaciones en los partidos, para poder ver a Hoseok.

Tenía un buen cuerpo, lo que aumentaba más ese enamoramiento que comenzaba a tener.

Al principio pensó que era unilateral, que se estaba imaginando e idealizando la idea de tener una relación con él, pero en el fondo, sentia que Hoseok era diferente con ella, más atento.

En una ocasión le dio la mitad de una tarta, también le compartía de su agua, incluso muchas de las animadoras ya creían que ellos dos eran novios.

Eso la animaba más y más, creando una relación ficticia, pero que llenaba de alguna forma la necesidad de sentirse amada por alguien.

Hasta que los vio, Min Yoongi, un chico raro y callado de la universidad, que no hablaba con nadie además de Tae, sostenía a Hoseok, a su Hoseok por la cintura, compartiendo un beso demasiado íntimo, para después ver como se sonreían y se veían el uno al otro, su corazón se rompió, como si fuera un frágil cristal.

Pero aquello no quedaría de esa forma, tenía el tiempo que duraba el partido para crear un plan, al ver que Hoseok quería ir con aquel chico, tomó el micrófono y se acercó a él, usaría la presión social para quedarse con Hoseok, eso funcionaria.

— Hoseok antes del partido me pidió ser su novia y accedí — añadió mientras escuchaba los gritos de toda la multitud.

Hoseok dejo de verla, volteando en dirección a Yoongi, que mantenia una expresión seria, al igual que Tae y Kook, lo vio caminar en dirección a la salida, ni siquiera su hermano trató de detenerlo.

Yoongi no podía estar creyendo en todo eso, no podía simplemente marcharse.

Y no lo hizo, vio como el pálido entró a la cancha, aún sin cambiar su expresión, hasta estar cerca de él y de Sulli.

La vio primero a ella y después su vista se poso sobre él, de alguna forma todos habían guardado silencio, ya que no se escuchaba nada.

— ¿Vienes a felicitarnos? — preguntó ella en una falsa sonrisa.

— Si, felicidades por al menos tener un beso de mi novio, pero será el último — respondió en cuanto ella acercó el micrófono a él.

Yoongi volvió a ver a Hoseok, quitando la mano de ella, que aún sostenía la de Hoseok, lo abrazo por la cintura comenzando un beso, uno que tomo por sorpresa al menor, pero que después siguió, con una leve sonrisa en su rostro.

El silencio aún permanecía, hasta que un grito se escucho en toda la cancha.

— Ese es mi hermano y mi mejor amigo, vivan los novios carajo — grito Tae a todo pulmón, obteniendo algunas miradas, pero enseguida más de uno comenzó a aplaudir.

Hoseok sonrió separándose un poco.

— Es la única cosa cursi como de película que me haces hacer — le advirtió Yoongi aún sin separarse mucho —. Pero no iba a permitir perderte ahora — añadió volviendo a besarlo.

Sulli ya se había ido, en compañía de sus amigas, llorando más de coraje que de tristeza, sentía que había perdido la dignidad que hasta ahora tenía.

— ¿Somos novios? — preguntó Hoseok sin dejar de sonreír.

— Callate.

Yoongi se alejo, pero Hoseok lo volvió a tomar para besarlo nuevamente.

Incluso el chico que más de una vez le había insistido a Yoongi aplaudía viendo a esa peculiar pareja besándose frente a todos.

— ¿Esta noche festejaremos? — preguntó Hoseok pegando su entrepierna a la de Yoongi.

— ¿Por qué esperar hasta esta noche?

Ya todos se habían ido, estaban solo ellos dos en los vestidores, Hoseok estaba sobre sus piernas, sin dejar de besarse una y otra vez.

— Colocaré el seguro — informo el menor antes de tratar de ponerse de pie.

— Lo puse en cuento entre y vi que estabas solo.

El menor sintió como las manos de Yoongi pasaban por debajo de la ropa, podían tener un poco de sexo antes de hablar, de ser aún más sinceros con sus sentimientos, ahora solo querían comerse un poco más.

Comer bien - Yoonseok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora