10

1.1K 128 1
                                    

Pov Hoseok

Día en el que conoció a Yoongi.

Me mantuve sentado toda la fiesta, estaba demasiado aburrido, al ser el cumpleaños de mi nuevo hermano, no pude invitar a ninguno de mis amigos o compañeros de clase, solo estaban todos los conocidos por Tae.

— ¿Qué pasa hijo?

Mamá se acercó al verme tan apagado, yo no era de esa forma, usualmente reía y andaba de un lado a otro.

— Es solo que no conozco a nadie, excepto Tae y ustedes — un puchero se formó en mis labios.

— Te traje un hot dog para que te sientas más animado.

Mis padres se veían muy bien juntos, papá decía bromas sin gracia, pero mamá siempre se reía, me acostumbre rápido a esa familia nueva que nos ofrecían.

— Ya venimos, le diremos a Tae que te presente algún amigo.

Vi como se alejaban los dos, tomé la comida, colocando más catsup antes de darle una primera mordida, en la misma mesa tomo asiento un niño pálido, unos centímetros más bajo y con una evidente expresión molesta.

Más de una vez lo llegué a ver en fotos que Tae tenía en su habitación, quizá era su mejor amigo o algo así.

Sin querer el resto de mi hot dog termino en el suelo, eso ya era demasiado para mi corta vida de siete años, un puchero se formó en mis labios, sintiendo como las lágrimas bajaban por mis mejillas.

— Primero no tener a ninguno de mis amigos aquí y ahora esto, la vida me odia.

Seguí llorando, tal cual niño pequeño, era demasiado, siempre parecer feliz, pero ese día me permití llorar un poco, hasta que vi como una mano pálida dejó la mitad de un hot dog en mi plato.

— Para ti, eres muy ruidoso, es suficiente con el ruido que hacen sus otros amigos de Tae — le escuché decir.

Sentía como mis mejillas seguían húmedas, pero aquel gesto, hizo que mi corazón se sintiera tan cálido, yo siempre era quien consolaba y ayudaba al resto, pero ser a quien consuelan, se sentía tan diferente y especial.

Limpie mis mejillas, tomando el hot dog entre mis manos, volteando a ver a aquel niño.

— No le comí, si es lo que quieres preguntarme — llevo el otro trozo a sus labios para comerlo.

— Gracias — sonreí antes de comerlo.

No pude evitarlo verlo de vez encuando, era tan bonito, su piel era tan blanca, si tuviera una expresión más sonriente le ayudaría demasiado.

— Hyung, ven, van a partir el pastel — mi nuevo hermano se acercó a toda prisa, jalando levemente la ropa de aquel niño —. Vamos Yoongi hyung — insitito.

Tenía un nombre muy único, recuerda que los amigos de sus padres hablaban mucho, entre esas plaaticas había escuchado aquel nombre, pero nunca lo había visto en persona.

— Aquí estoy bien, tus amigos son muy ruidosos — sonreí al escucharlo, al parecer le gustaba más el silencio a aquel niño.

— Vamos seokie, yo se que tú si quieres pastel — esta vez se acercó a mi.

Asentí y me puse de pie, avanzando detrás de él, voltee un poco y vi como aquel niño también nos seguía.

Quizá por fuera no expresaba tanto sus emociones como yo, pero por dentro quería mucho a Tae.

Para la foto Tae se coloco en medio, Yoongi y yo de cada lado, Yoongi sonreía un poco, mientras Tae y yo parecía que nos habían contado el mejor chiste del mundo.

El resto de la fiesta seguí observando a Yoongi, me sentía más animado, era increíble como una persona que hasta ahora no había conocido y apenas cruce un par de palabras, había hecho que me sintiera así.

¿Era eso lo que los adultos llamaban amor a primera vista?

Quizá cuando sea más grande y siga sintiéndome así lo podré confirmar.

Comer bien - Yoonseok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora