Capítulo 3: Entre desconocidos

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- ¡Evans! - exclama.

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Claramente, mi apellido no es Evans. Igualmente volteo. Se nos acerca un chico alto y con un físico parecido al de Aiden. Tiene el cabello castaño, ojos oscuros. Vista una sudadera, vaqueros negros y zapatillas. Por cómo se acerca a nosotros, puedo afirmar una cosa: este chico tiene la autoestima por los aires. ¿Vieron cuando alguien camina como si fuera el dueño del mundo? Así. Me pregunto si este chico será Nate, el mejor amigo de Aiden.

- ¡Peter! - exclama Aiden con una sonrisa al verlo. Nop, es otro de sus amigos. Deja la puerta de su coche abierta para poder compartir un corto abrazo con este chico. A juzgar por sus gestos, no se han visto desde hace un tiempo. - ¿Qué tal tu viaje? No me di cuenta de que ya habías vuelto.

- Suiza es lo mismo de siempre. - Peter se alza de hombros como si no fuera la gran cosa. Esa es la expresión que yo pongo cuando papá me pregunta cómo me fue en las clases.

Claro, viajar a Suiza es sumamente normal.

Peter muevo su cabeza a un costado y me encuentra. Estoy detrás de Aiden sin mucho que decir. Odio activar el modo planta. Aiden reacciona y se gira, dejando una mejor vista de mí a este desconocido.

- Dana, él es Peter Fleming, va conmigo a cla...

- No hables así Evans. Somos como hermanos - se ríe el castaño. Por lo poco que ha hablado, este Peter es un chico agradable y muy simpático. Aunque, bueno, los peores imbéciles comienzan así. Lo digo por experiencia.

- Peter, ella es... - comienza a presentarme Aiden en un tono medio molesto, pero él lo interrumpe sin percatarse de lo poco entusiasmado que está su amigo.

- Creo que ella tiene boca, ¿no? - bromea mirándome.

- Hola, soy Danielle - me presento inmediatamente.

Peter mira de una manera sospechosa a Aiden y luego a mí.

- ¿Interrumpí una cita? - inquiere con cierto interés.

- No - me apresuro a decir y me sorprende no haber sonrojado -. No soy de la ciudad. Vine a pasar unas semanas aquí. Aiden está haciéndome compañía.

Aiden asiente.

- Bueno, estaba por ir a buscar a Sarah para luego irnos a lo de Logan - le explica a Aiden. Modo planta, otra vez -. ¿Estás al tanto, Evans?

- Sí -responde él con las manos en sus bolsillos y se alza de hombros -. Pero cómo he salido con Dana, pensaba pasarme más tarde.

Peter estira una sonrisa maliciosa.

- Evans, ¿no te han dicho que es de mala educación no invitar? - dice en un tono de diversión, luego sus ojos traviesos caen sobre mí - ¿Te gustaría venir a una fiesta, Danielle?


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El camino hacia la casa de Logan Brown, como Aiden me dijo que se llama, me resulta largo. La casa está ubicada en la playa y lejos de la ciudad. Casi no hablamos durante el camino excepto por casi alguna mínima cosa, lo cual me resulta un poco incómodo. No puedo evitar sentir que Aiden se vio forzado a traerme. Peter me dejó estupefacta con su invitación. Después de todo, soy una completa desconocida. Me quedé un rato mirándolo con incredulidad, pero teminé aceptando antes de que las miradas se tornaran más raras e incómodas. ¿Hice mal? ¿Debería de haber rechazado su propuesta y haber vuelto a casa?

Parte de mí sabe que no puedo decir que no a ningún evento social. Es como si estuviera en mi sangre. Pero en la manera en que surgió... de todas formas, ya no hay vuelta atrás. Es lo que es. Mejor comienzo a hacerme la idea. Conocer gente nueva nunca hace ni viene mal y no soy una persona a la que se le complique hacerlo. Además pasar estás tres semanas solamente con Leah y mis hermanos resultaría un poco solitario y no quiero que piensen que deben estar todo el tiempo conmigo.

Por lo que Aiden me contó estamos yendo a una simple reunión entre el círculo más cercano. Aparentemente todos se conocen desde pequeños. Entonces aprovechan que a los padres de Logan no les importa y dejan a su hijo con una gran casa en la playa, alcohol  su disposición y amigos. ¿Qué mejor receta? Conduce más lento a medida que las casas de la playa se vuelven más excéntricas y sofisticadas. Me veo a través del reflejo del retrovisor por las mansiones que veo al pasar. Cuando creo que no se da cuenta miro de reojo a Aiden. Es algo extraño que me parezca atractivo el verlo conducir. Nadie en su sano juicio puede negarlo: es guapo. NO me sorprendería nada que tuviera cientos de chicas haciendo fila por él.

- Es aquí - anuncia cuando estaciona su auto entre otros dos.

Al bajar, tiene el detalle de tomar mi mano. Me da cierta seguridad y logra calmar un poco los nervios que estoy sintiendo dentro de mí por estar a punto de conocer a un montón de gente por primera vez. Subimos las escaleras del gran porche que adorna la casa y Aiden estira su mano para tocar el timbre. Nos quedamos afuera, mientras observo las dos puerta de color blanco con ansias. Desde aquí puedo oír la música a todo volumen. No deben de tener ningún problema con los vecinos ya que las demás casas ni siquiera se encuentran a la vista, lo cual me resulta sorprendente.

Luego de unos minutos eternos en los que mi mano comienza a sudar, nos abren. Un chico de alto, de cabello oscuro azabache y brillantes ojos verdes que al igual que los míos resultan casi hipnotizantes aparece en frente de nosotros. No lleva camisa, pero sí un traje de baño color verde que resalta sus ojos.

- ¡Evans! - exclama entusiasmado. Pasa de mí y lo abraza. Activando el modo planta, otra vez. Aiden recibe el abrazo como si no se hubieran visto desde hace mucho tiempo. - ¿Cómo te fue en Europa?

Nunca me dijiste que la noche en Mykonos era tan divertida. Tenemos que volver, pero todos juntos - comenta Aiden. Me siento un poco culpable de no haber preguntado por sus vacaciones antes. Él sí me preguntó por las mías. Nada extravagante en mi respuesta, por supuesto.

Cuando su amigo está por contestarle carraspea con la mirada en el suelo. No quiero parecer entrometida, pero esto del modo planta me está poniendo enferma.

- Danielle, este es Logancito Brown - me presenta Aiden al darse cuenta, aprovechando para burlarse de su amigo.

- Odio que me digan así - interrumpe de buen humor mientras arruga la nariz.

- Lo sé - contesta Aiden cargado de confianza y esboza una pequeña sonrisa. Logan empuja a su amigo tras mirarlo bien y voltea para hablarme.

- Dime Logan.

- Dana - respondo porque siento que es lo apropiado. Él asiente y me inspecciona con la mirada rápidamente.

- ¿Exactamente, qué eres de Aiden? - me pregunta frunciendo el ceño.

- Es una amiga, Brown - contesta él antes de que pudiera abrir mi boca. Su tono de advertencia hace que todas las posibles insinuaciones desaparezcan.

- Entonces es un gusto conocerte, pasa - dicho eso, se hace a un lado dejándonos pasar.

Entre Luces y SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora