Una estudiante normal que gracias a un incidente tiene que dejar el deporte que más ama, pero por cosas del destino se ve en vuelta con sus dos mejores amiga en viaje que resulta difícil de comprender y sin duda parece parte de una serie. Ahora ella...
Aquella pregunta me pareció bastante extraña, pues ¿A qué venía eso tan de repente? no entendía que pasaba pero en vez de interrogarlo directamente preferí decirle que si recordaba aquella salida cuando no podía caminar tranquilamente.
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¿Entradas nuevas? ¿Tenía entradas nuevas? Bueno ahora que lo pienso, recuerdo que comento que su madre conocía algunas personas que trabajan en donde se realizo el anterior partido, así que no debería sorprenderme que pudiera conseguir nuevas entradas si el partido se realizaba en el mismo lugar, así que sería mejor impresionarme de que él me tuviera considerando para acompañarlo. Eso sin suda es algo que estaba fuera de mi lógica, ¿qué hay de sus amigos? ¿A caso ninguno de ellos lo podía acompañar? No, espera ¿Realmente el peli-azul era alguien que necesitaba compañía? Creí que era de los que no les gustaba salir, aunque ahora que lo pienso puede que existan personas capaces de sacar aquel chico amargado de su casa pero ellas no son las que estaban invitándome a salir.
Ante la inmensa ola de preguntas decidí preguntarle si iríamos los dos solos aunque nada más enviar aquel mensaje termine arrepintiéndome, es que no se por qué se me cruzó por la mente que él me está invitándome por pura cortesía o por qué fue obligado. Genial, ahora me encuentro nerviosa por la respuesta porque si resultaba ser que era una salida en grupo, él seguramente se terminaría burlándose de mí y yo quedando como payasa o inclusive, que pensara que quería que saliéramos solo nosotros dos.
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¡Solo tenía dos entradas disponibles! No era una salida en grupo, que alivio no quede como payasa pero ahora solo tengo una pregunta, la cual aún no tenía respuesta: ¿Por qué me ha invitado? Me resulta extraño que todos sus cercanos se encuentren ocupados.
— ¿No es así (T/ap)? – Me preguntó Olga
— ¿Ah?
— No has escuchado nada
— Lo siento
— ¿Qué tanto escribes en tu celular? – pregunto Paz – no has parado de escribir desde que nos separamos de Riko
— Estaba contestando un mensaje, pero díganme de que hablaban
— Buenas tardes estudiantes – saludo la sensei – lamento la demora. ¿Cómo están?
