Pasos elegidos

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Nunca imaginé que un cuerpo tan pequeño, una mente tan inútil podía contener una gran cantidad de poder, poder que no usas ni podrás usar. Esto me permitía poder recuperarme cuando quería. Lo malo, es que no podría robarle el poder ni aunque lo matase o usase una runa. Porque el poder es tanto, que ningún cuerpo puede soportarlo, casi ni él mismo. Sand era un objeto de gran valor.

Valor que iba a usar sin límites.

Después de la creación de Morigen me he preguntado. ¿Es suficiente? Me venían los recuerdos del pasado sobre mis primeros elegidos pero. No puedo mentirle a nadie...
—Aquí estoy, Micaela.
Morigen respondió a mi llamado, desde la última vez que la vi, parecía ser más obediente. Le dieron un traje que se acoplaba muy bien a su cuerpo alto. Al parecer llevaba un casco pero que no lo tenía en frente de mis ojos. Me acerqué sin decir una palabra. Ella sólo veía al frente, respetando mi mirada. No podía evitar ver su cuerpo de pie a cabeza ¿Cómo pudo ser tan perfecta físicamente y en obediencia? ¿Será por su antigua vida? ¿Será el poder que le doy? Tenía tantas preguntas que no podían ser respondidas ni querían que lo sean. Me perdía y no podía evitar acariciar su cuerpo, viendo que no le molestaba en lo absoluto. Es como si tuviese una androide en mis manos.
—Arrodíllate.
Morigen se dejó caer en sus rodillas sentándose, poniéndose casi a mi altura. Me puse en frente de ella y comencé a acariciar su mejilla. Luego la agarré del cuello para ver su reacción, no mostraba ninguna expresión más que cerrar sus ojos. Era como tener a Owen todo el tiempo. Puse ambas manos en su cabeza para entrar en su mente. Miré fijamente sus ojos negros que pasaban a ser un color azul lumínico. No tenía ningún pensamiento fuera de lo normal, más que de los que sí me espero. Tenía pensamientos sobre mi cuerpo y deseos de muchas más cosas. Sonreí mientras miraba otras cosas en su mente. Ella sólo pensaba en hacerme caso y que daría todo por mí. Suspiré y dejé de estar en su mente, acerqué mi rostro al de ella y susurré en su oído.
—Puedes retirarte.
Ella asintió, se levantó, se puso su casco y se fue.

Mientras pensaba en tantas cosas, saqué de mis marcas mi libro con anotaciones, busqué las páginas en las cuales había anotado todo lo que aprendí sobre la creación de elegidos. Cada animal tenía algo que lo caracterizaba. Por ejemplo, el pequeño animal que he nombrado como Evos y Oves, en recuerdo a mi Owen. Siempre solía ser una fusión, porque ese animal es fuerte así y siempre que se muestra en la naturaleza está así. Sólo se separan cuando nadie los ve. Siempre son del mismo género. También tengo anotaciones sobre los felinos y los caninos, pero no tenía tanta información. Así que llamé a uno de mis investigadores.

Apenas se presentó, le mostré un poco mi libro, él ya sabía que podía hacer elegidos, hemos tenido charlas, pero jamás de este estilo.
—Entiendo lo que dice, mi diosa. Está en lo cierto. Cada animal lo caracteriza algo distinto en su entorno. Lo que caracteriza a los felinos y los caninos, es que tienen una alta capacidad de percepción, son animales cazadores, tienen sus instintos altamente en alerta. Es más probable cazar otro animal que poder agarrar por desprevenido a estos animales. En cuanto a...
Trataba de leer acercándose a la hoja.
—Eckor.
—¡Eckor! Sí, es una especie de caprino. Los caprinos suelen ser animales de montaña, viven en ellas, de hecho. En cambio a los dragones, son animales muy raros, son de otra edad, cuando se creó esta facción, ya había dragones, imagínese de lo que estamos hablando. Son seres elementales, cazadores de los cielos, una pesadilla para cualquier ciudad. Ciudad, normal.

Sonrió haciendo referencia que ya no nos afectaría.
—¿Conoce a más animales?
—¡Claro que sí! Tenemos una gran cantidad de datos sobre distintos animales y de donde son y...

Me acerqué a tomarlo de la cabeza, reaccionó asustado pero era tarde. Entré en su mente. Tomé toda la información que necesitaba sin resistencia. Resistencia que claramente no iba a tener porque era para mí más fácil sacársela que estar escuchándolo.
Sonreí y lo solté, el investigador estaba un poco sorprendido hasta que vio mi sonrisa.
—Muchas gracias, puedes retirarte.

Rising Storm 3 Segunda parte: La Nueva Orden.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora