Se asomó bajo la cama, era muy angosto como para meterse ahí debajo. Se puso en pie.
— Levante la cama y yo me meteré a intentar alcanzarla.
— Imposible tobi, estás demasiado grande para entrar ahí, hmn.
— Usted tampoco puede entrar, compañero. Además, cabe la posibilidad de que usted tome la máscara y no me la devuelva.
— ¿Estás desconfiando de mí, muchacho?
— ¡Por supuesto que no! Es solo una prevención — Risa nerviosa.
El mayor volvió a agacharse y Deidara levantó la cama de un solo lado sin mucho esfuerzo pero en una posición algo incómoda. Al ver que no podía ser observado Obito se quitó la sabana de encima, estorbaba; Se estiró y no lograba alcanzar la máscara. Sus dedos apenas lo rozaban.
Deidara meditó un poco mientras levantaba la cama, realmente era intrigante saber quién era Tobi. Hasta donde sabía, era supuestamente menor que él, un niño, y su comportamiento era el de tal. Pero en momentos como este su cuerpo indica lo contrario.
¡El tipo es tan grande!
Deidara se quejó un poco, la posición incomoda y la tardanza del otro ya empezaba a ser molesto y quería soltar la cama pues le empezaban a doler las articulaciones.
Obito empezó a sentir como cedía un poco el peso de la cama sobre su espalda."¡No otra vez! ¡Primero una roca y luego una cama, ¿Que diablos sigue?!"
— Tobi apúrate esto empieza a resbalar.
— Resista un poco más senpai, ya casi...
— Apúrate, ya llegó Konan — Quejido — ¡Konan!
Se escuchó un golpe seco y estrepitoso. La puerta se abrió de golpe y en un momento todo quedó en silencio. La cama estaba desacomodada y fuera de lugar, en el suelo. Solo Deidara estaba en la habitación.
Deidara rápidamente había mirado hacia abajo, el cuerpo de su 'amigo' debería estar siendo aplastado pero no era así. No había nadie debajo.
La chica solamente estaba anonada en la puerta, sin comprender del todo la situación pues creyó que sería una situación... Diferente.— ¿Busca a alguien, Deidara? — El tonto apareció de la nada, atrás de él, casi susurrándole al oído. El rubio aún estaba algo agachado tratando de ver a dónde se había ido cuando lo oyó.
— ¡Mierda, Tobi! — Así es, del susto le dió un golpe en la cara. Realmente no había sentido su chakra acercarse, únicamente apareció, y haberlo sentido así de cerca lo ponía nervioso.
Tobi cayó al suelo de espaldas y el rubio se tiró sobre él. Se suponía que iba a golpearlo pero eso no pasó. Quedaron estáticos después de que la chica interrumpiera.
— Ejem — Se aclaró fuertemente la garganta antes de poder decir algo — ¿Está todo bien?
Volvieron a la realidad. Deidara se incorporo rápidamente.
— Si, Tobi tuvo — Ligera pausa — un accidente.
— Bien, hay que apresurarnos, tenemos que volver antes del anochecer, así lo ha dicho Pain — La chica le dedicó una sonrisa divertida a su amigo rubio —. Los esperaré abajo.
Se fue, no sin antes darle una mirada de fuerte desconfianza a 'Madara'.
La chica salió y entonces Tobi abrazó por detrás a su sempai, posando su cabeza en el hombro del más pequeño.— ¿Se preocupó, compañero?
—Quítate idiota — Trato de empujarlo un poco sin ser realmente agresivo. Sabe que le gusta estar así.
El azabache se rió, aún a sabiendas de que no le sería del todo posible ocultar su verdadera voz.
La chica pelimorada caminaba de regreso a casa. Paso comprando algo de comer. Ya habían terminado con todo y los chicos habían tomado su camino, ella el suyo a la tierra de la lluvia.
Llegó en un abrir y cerrar de ojos. Los papeles vuelan y ella pronto se encuentra en la cámara secreta, encontrándose con su amigo pelirrojo, cansado.— Nagato — Llamó.
— ¿Terminaron? Ya lo puse a descansar — Volteo a ver las cápsulas llenas de cadáveres titiriteados.
—No te sobre esfuerces. Yahiko no lo querría. —Silencio sepulcral y corto. Todo era tan vacío. — Te traje algo de comer.
Le ayudo a alimentarse sentándose cerca de él. Ya se había acostumbrado a vivir así: adentro de esa máquina. Estaba tan débil como para caminar o comer por si mismo.
— Hablé con Madara
— ¿Qué te dijo?
— Necesita otro ojo... Dijo que lo traerá. No se si quiero ayudarlo.
— ¿Por qué no? Necesita de nosotros y nosotros de él.
— Sabes que no confío en él. Estará indefenso y lo ideal sería ata- — Se vió interrumpida.
Nagato había levantado una mano para hacerla callar.
— Yahiko quería paz. Madara es nuestro único medio de conseguirla. Necesitamos de su poder para unir a las naciones.
Quedaron en silencio unos minutos mientras comían. Ya atardecia afuera y donde ellos se encontraban apenas y llegaban unos tenues rayos del sol.
— ¿Crees que Madara abandone el plan?
— No comprendo por qué habría de hacerlo. Lleva años en esto.
— Es realmente simple — El chico la miró espectante así que tuvo que explicar —, Deidara.
— Si fuera como tú dices, y lo amara en verdad, no lo haría. Lo que buscamos es la paz y si la conseguimos bien podrían estar juntos, sin problemas o guerras de por medio, sin tener que ser renegados.
— Si quisieran estar juntos y en paz, yo digo que debería tomar sus cosas, agarrarse de las manitas e irse muy muy lejos dónde nadie los encuentre, ahí estarían en paz.
— Si nosotros hubiésemos hecho eso con Yahiko quizá el aún estaría aquí
El ambiente se deprimió un poco. Konan trato de alegrar un poco el ambiente con una broma, se rió un poco antes de decirle.
— Ey — Llamo la atención del otro, el la volteo a ver, extrañado de su repentina risa, la chica bufo un poco antes de responder, realmente le costaba contener la risa — 'MadaDei'
Juego de palabras, sencillo pero atinado. Nagato solo sonrió divertido
— Konan Konan — Canta en un largo y pesado suspiro, aún sonriendo.
Rieron levemente.
Lastima que no se hayan dado cuenta de que alguien los escuchaba.
— Al parecer el sello se está debilitando.
— Si sus sentimientos se hacen más fuertes podrían romper el sello — Respondió su contraparte oscura
— Hay que confirmarlo con Obito, y si es un peligro para el plan habrá que reforzar el sello — El blanco fue interrumpido.
— Hay que matar a Deidara.
[RESUBIENDO]
𝓮𝓭𝓲𝓽𝓪𝓭𝓸 𝔂 𝓶𝓮𝓳𝓸𝓻𝓪𝓭𝓸
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You Promised
Fanfiction--Recuerde que está noche le diré todo -- Dice tomándolo de la mano, como rogando que no se vaya, que no cruce por esa puerta. --Lo sé, Tobi. Ya habrá tiempo para eso. --Lo quiero. El rubio no responde, más bien sonríe. Después de esto, camina, haci...