CINCO

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Después de lloriquear Deidara abrió por fin la puerta.

— Deberías dejar de actuar tan infantil, hmn — Dijo dándole una mirada, escaneando al enorme sujeto sentado tras su puerta que cayó de espaldas cuando la abrió, quedando tirado entre sus pies ahora —. Entra ahora antes de que me arrepienta.

Entonces Tobi se pone en pie rápidamente y se apresura en cerrar el cuarto una vez entra. Deidara ya se encontraba sentado en la orilla de la cama, le hizo señas a Tobi para sentarse a su lado, haciendo una seña para que guardara silencio antes de poder comenzar su escándalo de siempre.

— Platiquemos.

— ¿Y de qué?

— Ya lo sé todo. — Afirmó con confianza.

— ¿Qué? — ¡Ups! Realmente se le escapó la actuación y habló con su voz real. Se llevó las manos a dónde debería estar su boca. Estaba pálido y comenzó a sudar frío.

Entonces Deidara estalla en risas.

— Oh por Dios mírate, realmente escondes algo. — Decía entre risotadas.

Obito suspiró con alivio pero no podía dejar de estar tenso.

— Eso no se vale sempai — Dijo volviendo a la personalidad de Tobi, haciendo un puchero.

A Deidara le costó un par de segundos recuperar la compostura. Cuando se reincorporó le hablo un poco cansado.

— Por los menos — Tomaba pausas para respirar — dime tu nombre o algo, ni si quiera me dejas ver tu rostro, se supone que somos compañeros, hmn.

— Usted no quiere ver mi rostro.

— Claro que quiero, lo que me pregunto es el por que tú no quieres. ¿Eres tan feo?

— Si me ve, se asusta

— ¿Por qué?

— ¡Por qué soy un cíclope! — Al momento de decirlo se llevó la mano, formando un circulo con sus dedos, sobre el orificio de la máscara; como si fuera suficiente especificación. El otro se echó a reír. — Hablo enserio compañero, por eso no le muestro mi rostro, por qué soy horrible.

Su sonrisa se desvaneció mirando seriamente ahora al de la máscara.

— Que tonterías dices, a puesto que es solo otro de tus juegos. Seguro no eres horrible y mucho menos un cíclope, hmn. — Habló con serenidad.

— ¿Acaso nunca se preguntó por qué mi máscara solo tiene un agujero?

Guardo silencio.

— Yo solo tengo un ojo, Dei.

— Que tengas un solo ojo no es tu culpa, hmn.

Soltó una pequeña risa — Realmente lo fue, compañero, se lo regalé a la persona equivocada.

— ¡Idiota ¿Cómo se te ocurre regalar tu ojo?!

Tobi solo rió y Deidara cerro los ojos un momento. Después puso la mano sobre la máscara de Tobi, sobre su mejilla, aunque por su vergüenza más bien pareció un manotazo. Lo miró.

— Seas un cíclope, un idiota, seas lo que seas, siempre seguirás siendo mi compañero.

— Lo se, así como usted el mío. — Sonrió tras la máscara, claramente no lo vió pero puede sentir la calidez y el rubio solo sonrió al oírlo decir aquellas simples palabras.

Después de unos momentos Deidara se levanta garraspeando su garganta, diciendo que tomaría una ducha. Obito solo asintió, quedándose a solas.

Pasaron unos minutos, estaba en la cama haciendo nada, mirando al techo, pensando, oliendo las sábanas de su rubio; Sin embargo, su paz se vió interrumpida por el que llamaba por su nombre, brotando del piso.

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