¿Pueden los Jedi vestirse de naranja?

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Gracias a todos por su respuesta al último capítulo. Sabía que la aparición de Thrawn causaría revuelo, pero todos me apoyaron mucho. Hubo muchas especulaciones sobre si Thrawn es un amigo o un enemigo, y si seguirá siendo uno u otro. Quiero aclarar ahora mismo que Thrawn no sabe que Palpatine es Sidious. No significaría mucho para él si lo hiciera, pero no es así. Descubrirá más sobre por qué está aquí en este capítulo. La única otra cosa que diré aquí es que tengo un plan a muy largo plazo para su personaje.

Como lo he hecho durante demasiados capítulos, pido a cualquiera que pueda permitírselo que contribuya en lo que pueda a Ucrania y su pueblo. Gracias a aquellos que ya lo han hecho.

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Capítulo 53

"¿Entonces, quién eres?" preguntó Naruto. "Quiero decir, sé tu nombre, pero ¿por qué el Canciller te envió con nosotros? ¿Y de dónde eres, de todos modos? Tu lanzadera no era de ningún lugar de la República. Tampoco ese uniforme".

Mace ni siquiera lo miró mientras hablaba con su nuevo... ¿invitado? ¿Aliado? ¿Subordinar? Naruto no estaba seguro. Lo que sí sabía era que Mace estaba escuchando cada palabra que decían y monitoreando las emociones de Thrawn, silenciadas como estaban, a través de su propia empatía. Era una técnica que habían desarrollado para evaluar a personas de temperamento y confiabilidad desconocidos. Sorprendentemente, no hubo irritación ni desgana ante su marea de preguntas. Sólo un poquito de diversión y, tal vez, un toque de aprobación.

"Te he dicho mi nombre", respondió Thrawn en Meese Caulf. "Y tienes razón. Mi gente no es de la República. Vengo de la Ascendencia Chiss, el poder principal en el Caos. Creo que te refieres a esa parte del espacio como las Regiones Desconocidas."

Su respuesta generó una docena de preguntas más, pero Naruto guardó la mayoría de ellas para más tarde. Podría saciar su curiosidad después de determinar si este recién llegado era digno de confianza. La recomendación del Canciller tenía peso, pero ni él ni su maestro estaban libres de su confianza en estos días. No cuando podría afectar a sus hombres.

"Entonces, ¿eras parte del ejército de tu pueblo?" Ante el asentimiento de Thrawn, siguió adelante. "Entonces, ¿cómo terminaste aquí? ¿Y cómo es que el Canciller Palpatine te envía con nosotros? No es que no estemos felices de tenerte, pero es un poco extraño".

Thrawn inclinó la cabeza como si estuviera considerando y asintió levemente. "Supongo que es eso. No conozco todos los detalles, pero compartiré lo que pueda. La Syndicure, nuestro gobierno civil, ha estado en conversaciones con su República durante el año pasado. Mi pueblo enfrenta numerosas amenazas, algunas "No pretendo conocer los detalles, pero como parte de las negociaciones, la República acordó compartir ciertas tecnologías a cambio del préstamo de oficiales militares experimentados."

Las cosas empezaron a aclararse en la mente de Naruto. "A la tecnología le gustan los escudos, supongo. Y tal vez los desintegradores. ¿Pero por qué a ti?"

Thrawn sonrió. "Precisamente. Tales dispositivos son virtualmente desconocidos en el Caos. Tenemos nuestros propios equivalentes en algunos casos, pero la tecnología de la República generalmente es muy avanzada. En cuanto a por qué fui elegido, bueno... me volví políticamente inconveniente. Una víctima de mi propio éxito, o eso me han dicho. Yo mismo no entiendo de política, y contar incluso lo poco que sé me llevaría horas, pero basta decir que mi presencia continua en la Ascendencia habría sido problemática para varios individuos poderosos. "Era al menos preferible al exilio permanente. Su Canciller estaba ansioso por aceptar mis servicios cuando se los ofrecí. Ahora soy el Capitán Thrawn de la Armada de la República, asignado a su mando, General Windu".

Su rostro estaba tan tranquilo como siempre, su voz aún tranquila, pero ahora no había nada apagado en sus emociones. Había indignación, amargura, una pizca de tristeza y más que una pizca de ira. Ahora también había algunos destellos de culpa y cautela. Estaba escondiendo algo. No mentir, pero no decir toda la verdad. Había más en su cuasi-exilio de lo que decía.