6. El valle de la soledad

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Las aves llegaron al valle de la soledad. Volando por encima de las hermosas casas de París, recordó su maravilloso sueño de ir a Montmartre. A los 18 años el Fénix y el Pegaso harían un viaje maravilloso a París. Se recorrió toda la ciudad pero nunca llegó a pisar la ciudad de Montmartre. Se prometió a él mismo que solo iría al puente de Montmartre con el ave de la que estuviera enamorada. Escribirían un libro juntos con todos sus viajes por el mundo y recorrerían el mundo entero en barco durante dos años. Después de haber escrito páginas en vano el Fénix y el Pegaso se fueron a Nueva York dos meses. Un año después el Fénix se puso muy enfermo y el Pegaso fue el que le ayudó a seguir adelante. Pasara lo que pasara el siempre estuvo a su lado. Semanas después de recuperarse el fénix huyó a Italia donde recreo y comenzó su vida de cero sin nadie a su lado. Hizo muchos amigos y continuó sus estudios en Italia. Todas las mañanas se tomaba un café y un bizcocho de frutas en la cafetería del centro. Cogía el bus para ir a sus clases y cuando salía al mediodía se iba a la biblioteca. Italia es uno de los lugares con los libros más majestuosos que existen. Hasta ahora el Fénix ha leído muchas historias en su vida, pero ninguna tan real cómo la que vivió con el albatros. Cómo dicen los grandes poetas, "la vida es hoy, no mañana". Esas pequeñas historias que conforman unas más grandes son las que nos hacen recordar cómo sería nuestra historia si el viaje no hubiera acabado tan pronto. Muchas veces nos preguntamos porque las historias tienen siempre finales felices, pero en la realidad los finales no lo son. ¿Por qué en los cuentos los malos siempre pierden y por qué en la realidad los malos son los que ganan? Es algo que siempre nos preguntaremos. Volviendo a la época en la que el Fénix tenía 13 años, todo sucedió una tarde de septiembre del 2019. Era un día muy importante porque a la mañana siguiente el Fénix invitó al Pegaso a venir con su familia a pasar el día. El Pegaso tiene una hermana que se llama Hercinia, un pájaro con plumas brillantes de la época medieval. Se encontraba en el bosque Hercínico, en el sur de Alemania, donde sus plumas brillantes le permitían iluminar la tenebrosa oscuridad del bosque. El Pegaso y Hercinia eran aves muy similares y el amor que sentían entre ellas cómo hermanas era el más fuerte y grande que cualquiera hubiera visto. Hercinia y el Fénix se conocían desde muy pequeños ya que el Pegaso y él son amigos desde la infancia. Al día siguiente se reunieron los tres en el descampado del pueblo cuando de repente se encontraron con el albatros. ¿Cómo crees que se sintió el Pegaso al ver por primera vez la versión real del albatros? ¿sería cómo se lo imaginaba?Era tan real cómo en sus sueños. Tan detallado cómo le escribió en sus primeras páginas. Pero no se incendiaron nuestras miradas. Solo sentía odio. No sentí nada, porque ya quemé todas esas páginas. Empecé una vida sin ti. Lo único que hice en esta vida que merecía un perdón fueron mis ganas de olvidar. Mi odio hacia ti no desapareció. Yo fui lo único que no te importó. Me echaste de tu vida y del único del que te preocupaste fuiste de ti mismo. Cómo dice la voz de la sabiduría, si la quisiste no te fuiste, pero si no la quisiste entonces huiste, esa es la verdad. Se me estaba a punto de salir el corazón. Cada vez latía más deprisa. ¿Qué debo hacer? Fue entonces cuando poco a poco me fui acercando hasta que me detuve en unos instantes. ¿Por qué me miras con una cara que refleja mentiras en mi interior? Ya no me importas porque ya te olvide. Te olvidé hace muchos años y seguirá siendo así hasta el final de nuestras páginas. Avanzaba sobre mis pasos. Ahora mismo solo pensaba en una cosa, ¿por qué no podemos quedarnos donde estamos y detener el tiempo en ese preciso momento? Seguí avanzando. Seguí caminando. Quería salir corriendo de allí, pero a la vez soñaba con ser inmortal. Eres un robot que congeló el mundo en un solo segundo. La gente se movía pero es que tu también congelaste a esa gente. Lo único que llegaste a derretir fue mi corazón. Me di media vuelta hacia las afueras del descampado y me crucé de lado. Estaba absorta en mis pensamientos cuando de repente una bicicleta chocó conmigo. ¿Quién puede ser? Levanté la cabeza y sentí su dulce aroma. Era el albatros. Yo me quedé mirando fijamente a la nada pero no pude evitar mirarle. Aquel día me recordó a una historia muy bonita que pasó hace unos meses. Todo comenzó un día en el que el Pegaso y yo hicimos una escapada a París y empezó a llover de repente. Una increíble lluvia parisina. En ese momento estaba en mitad de una gran calle. Pasé por allí y entré al cine. Estaba esperando en la fila para conseguir unas entradas acercándome al hombre que vendía. El Albatros entró detrás acercándose a la chica que estaba delante. El Fénix se quitó el gorro y se extendió un gran esplendor de un aroma intenso. Albatros se dio cuenta de que el Fénix estaba delante suyo. El Fénix entró a la sala. Obviamente estaba oscuro y el albatros no pudo verle la cara. En los momentos de risas, en los momentos de dolor y de tristeza, siempre estábamos juntos. Estaba muy oscuro. Pensaba que era la única que estaba en la sala. El Albatros se sentó detenidamente a observar le. Sabía que tenía que estar lejos de él, que era lo mejor para los dos y que no quería hacerle sufrir. Se levantó del asiento y el Albatros empezó a caminar hacia la salida de la sala. El Fénix giró lentamente la cabeza. Allí estaba. ¿Era una alucinación? ¿o era el mismo albatros que le dejó después de cinco años que le abandonó para buscar su libertad? No pudiste encontrar a nadie cercano a ti y decidiste irte para no volver. ¿Por qué el destino nos une a través de un hilo invisible? No quiero nada de ti. No dejaré que vuelvas a romperme el corazón otra vez. No soy el Fénix que conociste. Ahora he aprendido a valorar lo que tengo y lo que perdí en un pasado. He aprendido a vivir sin ti en una página nueva, una historia nueva, un nuevo comienzo que escribí en la página de otro libro. Me dejaste sola en la última página que escribiste y ahora esa misma página está llena de palabras. Palabras en las que tú no estás escrito. Una historia que habla de cómo la soledad se convierte en una oportunidad.

El reencuentro del Fénix y el AlbatrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora