Capitulo 10

170 28 15
                                    

Dabi se puso inmediatamente de pie, sonriendo pues había logrado su objetivo. Confirmo sus sospechas, su hermano había caído ante los deseos de la Madre Luna tal como le había asegurado la Reina de los Bárbaros.

—Bien, te dejo con tu última cena— hizo un gesto de despedida y sin decir nada más se marchó, dejándote completamente confundida por lo que acababa de pasar.

Decidiste ignorar su conversación pues nada cambiaría el destino que te aguardaba así que continuaste comiendo.

Mientras tanto, Dabi entro al palacio esperando al menos un golpe de su querido hermanito, y este no lo decepcionó. Shoto corrió hacia él para tomarlo por la ropa con una mirada amenazante, su puño ya había marcado una trayectoria directo a su rostro pero ante la sonrisa del mayor se detuvo y lo soltó como si le quemará.

Shoto no entendía que le pasaba, no comprendía por qué había intentado atacar a su hermano. Había visto toda la escena desde la ventana y con cada segundo que observaba su humor empeoraba, sus manos se habían hecho puños y la molestia recorría cada poro de su piel. Sin embargo no podía encontrar una razón para lo que le sucedía. Miro a Dabi en busca de una explicación pues este parecía entender todo.

—Habla con Bakugou— fue lo único que dijo antes de seguir su camino. Shoto no dudo y corrió a buscar a un mensajero que llamara al rubio.

Dabi se dirigió a ver a su madre pues quería informarle lo que había descubierto, pero al llamar a aquella habitación y no tener respuesta un escalofrío le recorrió la espalda. Con lentitud comenzó a abrir la puerta preparándose para ser emboscado, entro sigilosamente.

—Al fin llegas, Enji— Rei cerro la puerta de golpe a sus espaldas provocando en su hijo unos enormes deseos de huir.

Dabi comenzó a caminar hacia la ventana con su madre siguiéndolo, esa era su salida, cuando estuviera lo suficientemente cerca saltaría después de todo un cristal roto sería el menor de sus problemas.

—Vamos Enji, te estuve esperando demasiado tiempo y los niños solo nos darán un par de minutos libres— el pelinegro hizo un ademán de vomitar mientras apresuraba el paso.

Cuánto su espalda tocó el cristal se preparo para saltar pero la mirada de su madre lo detuvo, parecía estar ignorándolo y viendo algo más allá de él. Con precaución Dabi se giro para sorprenderse también pues pequeños copos de nieve caían por todos lados, su madre parecía hipnotizada ante tal escena. Buscando su origen llegó hasta ti, seguías en el jardín pero ahora parecías estar jugando con algunos niños de la servidumbre, habías creado nieve para que ellos la conocieran y jugarán con ella.

—Es hermoso— Rei se colocó al lado de Dabi sin despegar su mirada del paisaje frente a ella —¿No lo crees, Dabi?—

En ese momento el pelinegro abrió los ojos de la impresión comprendiendo todo incluso la risita que había soltado la Reina de los Bárbaros cuando le aseguro que pronto tendría ayuda con su madre. Tal vez en la tierras heladas no funcionaba por qué todo era blanco pero aquí en un clima cálido uno podía ver cómo los copos de nieve danzaban con el viento mientras caían con lentitud, era toda la calma que su madre necesitaba. Era la solución a sus problemas.

Ambos enfocaron su mirada en ti, al parecer ahora les contabas una historia a los niños que te rodeaban mientras que con tus manos creabas pequeñas figuras con los copos de nieve, sin saberte observada comenzaste a jugar mientras creabas una pequeña ventisca.

—Es perfecta para él— murmuró Dabi y su madre sonrió concordando con él.

Sin embargo, tenías más espectadores de los que creías pues desde otro rincón del Castillo tu esposo tenia su mirada perdida en cada uno de tus movimientos. Shoto se sujeto el pecho con una mano, todas estas emociones eran nuevas y estaban resultando abrumadoras. Podía sentir el latir desbocado de su corazón oprimiendo todo su ser, incluso creyó que le faltaba el aliento pero era solo él quien había contenido la respiración al verte. Tus movimientos le parecían tan libres, tu sonrisa a su parecer era la más sincera que jamás hubiera visto y tus ojos, deseaba con toda su alma que lo miraras. Todo su malestar había comenzado desde la primera vez que te vio.

Solo Tú Puedes Ser Mi Reina [Todoroki Shoto y tú] "Saga De La Madre Luna"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora