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POV Violeta 

Chiara y yo llevamos hablando una semana por Instagram, nos mandamos videos y nos contamos lo que hacemos durante el día. Como ahora que mientras estoy saliendo de la cafetería lo primero que hago es abrir su chat y ver el video que me ha mandado donde me cuenta como casi quema la cocina por culpa de su gata Cheche, entre risas. Es porque está había demandado su atención justo en el momento en que la medio inglesa daba la vuelta a una tortilla de patatas. La mascota al ver como no le hacía caso, se subió a su espalda y del susto se la cayo todo. 

La respondo y le comento que ya salí de trabajar, lo que no me esperaba es que me mandase un audio a los pocos segundos. No es que Chiara la tardase en contestar, sino que no esperaba que fuese al instante. 

- Oye Violeta que estoy aquí con Omar y Ruslana por si quieres pasarte - sonrió al escuchar la voz de la morena y es que aunque no lo quiera admitir, la chica de ojos verdes la tiene loca. Le encanta escucharla hablar, reír y cuando se pone nerviosa que la encanta hable en inglés. 

Contesto con un sí, y veo justo un mensaje de Omar con la ubicación de lo que parece su casa. Cojo el bus que me deja justo al lado y cuando estoy delante del portal, llamo al timbre que me dijeron. Estoy ya subiendo en el ascensor y mentiría si digo que no estoy nerviosa, más bien estoy temblando. 

Al salir me encuentro con Chiara apoyada sobre la puerta de su piso esperándome y yo me derretí cuando me sonrió de una forma inexplicable. Me acerque y la di un abrazo corto, me hubiese gustado que fuese más largo. 

- Hola - saludé tras ese mini abrazo, ella me saludó también y me invito a pasar. Salude a Omar y Ruslana que estaban en el salón y me senté con ellos. A los minutos sentí algo entre las piernas, lo que supuse que se trata de ese animal de cuatro patas que tanto adoraba Chiara. 

- Holaaa - le acaricié el lomo despacio, no quería que se asustara 

- Anda con la Cheche, a Omar le araña y con Violeta se deja hasta acariciar, que bien tienes entrenada a la gata - suelta Ruslana,  lo que hizo que los tres del salón soltáramos una carcajada pero la morena no se dio por aludida ya que estaba en la cocina y no escuchó nada. 

- ¿Qué pasa? - preguntó  con una sonrisa, entrando justo en el salón.

- Nada, nada - dijo Ruslana mientras aceptada la cerveza que le tendía. Chiara se sentó a mi lado dándome otra y estuvimos los cuatro hablando de anécdotas del pasado, las dos chicas contando como se conocieron en el instituto mientras que Omar y yo solo podíamos reír. Estas dos no tienen remedio, pensó para si misma. Sin darme cuenta se me hizo tardísimo, así que antes de despedirme noté como unos ojos se posaban en mi. 

- Me voy ya, que es tardísimo - anuncié mientras miraba a los mismo ojos que me estaban mirando. Me levanté para despedirme con un abrazo pequeño de Ruslana y Omar, cuando llegué a la morena ese abrazo se alargo un poco más. 

- ¿Quieres que te lleve? - me preguntó en mitad del abrazo, yo solo sonreí aunque ella no me viese - Ósea, no sé donde vives ni nada de eso, but I think it's too late - volví a sonreír porque ya me había dado cuenta durante esta semana que cuando se pone nerviosa le sale el inglés. 

- Sí, claro que quiero - le dije al verla roja, me dio mucha ternura. Bajamos hasta la calle y andamos hacia el fondo, se paró delante de un coche BMW negro mate - No sabía que tenias coche, bueno no sabía ni que conducías - y es verdad, pensando se percató de que nunca habían hablado de ello. 

- Si, me lo saque porque en Menorca es imposible llegar a lo sitios si pierdes el bus - respondió sonriéndome subiendo al coche y arrancándolo. Lo único que hablábamos eran las indicaciones que le daba de vez en cuando, no era un silencio incomodo, sino al contrario, yo al menos disfrutaba de ese silencio con ella. 

Al llegar me despedí con un beso en la mejilla y salí del coche. La vi como esperaba a que me subiera para irse, y solo pude sonreír. Al entrar en casa Tana me abordó en la puerta. 

- DIME QUE TE HA TRAIDO ELLA - yo solo asentí y es que mi hermana estaba más ilusionada que yo, la conté que hablábamos y no sé, los ratos con ella son paz simplemente. Así que con esa ilusión en el pecho, solo pude irme a la cama en paz. 

POV Chiara 

Después de dejar a Violeta en su casa puse rumbo a la mía, aparqué en el mismo sitio y subí a casa. Al entrar me encontré a Ruslana en el sofá, lo que supuse que Omar ya se habría marchado también y es que el chico tenía que trabajar al día siguiente. 

- Coño, yo pensé que ibas a tardar más en venir, sí que la tenías ganas entonces - soltó la pelirroja sin mirar a su amiga, noté como el calor se me instaló en la cara. 

- RUSLANAAAA - exclamé y me tiré encima suyo en el sofá. 

- Hombre es que pensé que si la ibas a llevar a casa en coche era para poder comerla la boca - dijo después de que me levantara de encima suyo. Yo negué con la cabeza y me dispuse a hacer algo de cena, ya que eran las once y no habíamos comido nada. Mi amiga recogió las cervezas y me miró mientras cocinaba ya que ella no era capaz ni de hacer un huevo frito sin quemarlo. 

Hablamos del viaje a Menorca y de las ganas que teníamos de ver a nuestras familias y es que aunque fuese algún fin de semana era imposible ir tanto como nos gustaría. Ruslana me aseguró que Omar vendría alguna semana y yo solo asentí contenta, porque nunca había visto a mi amiga tan feliz como ahora. 

- Oye y por qué no invitas también a Violeta - la miré sin entender a que se estaba refiriendo, es lógico que me amiga supiera que babeaba por la morada, pero no sé si es reciproco ya que nuestras conversaciones son solo como amigas o eso me daba la sensación. 

- Ojalá, aunque no sé, yo solo pienso que me ve como una amiga e igual es raro que la invité a mi casa en Menorca conociéndonos de un mes - solté de carrerilla y noté como la pelirroja a mi lado me sonreía. 

- Bueno, yo que tú lo intentaba, no pierdes nada, voy a poner la mesa - y dicho esto volvió el silencio y es que por mi cabeza pasaban un montón de escenarios donde Violeta me decía que no pero de mil maneras y yo quedaba como una pringada delante suya. Suspiré y desee porque después de dormir todos esos pensamientos se hubiesen disipado. 



Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora