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POV Chiara 

Ruslana me llamó, era raro que lo hiciese y si encima sabía que estaba con Violeta menos, tenía que ser urgente. 

- Rus dime - la oí como sollozaba al otro lado de la línea, pero no me decía nada - Ruslana que ha pasado? - ahí ya escuché como se derrumbaba del todo. 

- ¿Puedes venir a casa? - me sentí mal por un momento, por dejar ahí a Violeta, pero Ruslana me necesitaba y eso era más importante. Yo solo dije que sí y colgué, recogí todo y me despedí de Violeta, la pedí perdón y la prometí que la escribiría en cuanto pudiese. 

No sé como pero llegué a casa más rápido que nunca y abrí la puerta, aparentemente no se oía nada salvo la tele del salón. Me dirigí hacía allí y me encontré a una Ruslana con el rostro rojo de haber llorado y el maquillaje entero corrido, viendo una película mala de amor que estaban poniendo. 

- Rus cariño, qué ha pasado - me senté despacio en el sitió que había libre ya que estaba abrazándose las piernas. No sabía si me escuchaba o no hasta que giró su cuerpo hacía mi y se tiro a abrazarme a la vez que volvía a llorar - Tranquila ya estoy aquí - la dije mientras le daba caricias en la espalda. Después de un rato conseguí que se calmase y me contó lo que había pasado, y es que había pillado a Omar siéndole infiel con una chica. Lo había descubierto cuando cogió su móvil para sacar una foto. 

- El muy cabrón no tuvo ni la decencia de silenciar sus mensajes, así que lo leí todo - me decía mientras se la quebraba la voz, estaba dolida, pero sobre todo enfadada. 

- Joder, no merece que llores por él - exclamé y es que yo estaba todavía más cabreada a medida que pasaba el tiempo. Después de eso pedí comida china mientras ella se daba una ducha y es que llevaba toda la noche llorando - Por qué no me llamaste antes - la pregunté mientras se iba por el pasillo hacía el baño. 

- No quería molestarte en tu cita, después vi que no viniste a casa y no era plan de joderte el polvo - al menos al decir esto me regaló una sonrisa y más cuando yo me puse roja. 

- No hemos hecho nada - exclamé más alto porque ya había cerrado la puerta del baño mientras la escuchaba reír. Aproveché para escribir a Violeta asegurando que Ruslana ya estaba un poco mejor y ella me respondió que estaba comiendo con Denna, la dije que la saludase de mi parte y bloquee el teléfono. 

Después de un rato llegó la comida china en cuanto Ruslana salió ya lista de la ducha. Comimos en el salón viendo una serie, estábamos en silencio hasta que fue ella quién habló. 

- Keeks, cuéntame la noche anda - dejó el envase de fideos en la mesita y se giró para mirarme, yo la devolví la mirada, pero me leyó la mente en cuanto dijo - De verdad me viene bien distraerme, cuéntame que tal con la morada - yo no pude evitar reírme al escuchar el mote y la conté la noche en sí. 

- Pero eso, que todo genial - finalicé al contarle todo, y es que entre unas cosas y otras ya se nos había hecho tardísimo y es que ese día habíamos quedado con Martin y Juanjo. 

Ruslana se dedicó a recoger todo el salón mientras yo me preparaba, íbamos a ir al cine y luego al bar donde trabajaba Violeta a tomar algo. Sabía que hoy entraba a las siete y cerraba por la noche a eso de las dos. No habíamos hablado en el resto del día y mi cabeza se puso a pensar que estaba molesta pero no tenía sentido, era Violeta, no se iba a enfadar por lo de esta mañana. 

Al terminar de vestirme nos fuimos en bus al cine, hacía demasiado calor como para ir caminando. Al llegar tuvimos que esperar a Martín y Juanjo, llegaron a los 10 minutos y entramos corriendo en el cine. No tuvimos tiempo de hablar mucho pero ya me había dado cuenta que Martin había ido directo hacía Ruslana en cuanto nos vieron. Lógicamente lo sabían, ya todos estaban al corriente de lo que había pasado, no sabía cómo. 

POV Violeta

Dejé a Denna en su casa a eso de las cinco, fui a casa a cambiarme y salí disparada al trabajo. No habíamos hablado más del tema de Ruslana y Omar, todavía estaba impactada de lo que había pasado, conocía a Omar de sobra o eso pensaba. Nunca me imaginé algo así, luego cuando nos viéramos la iba a dar un buen abrazo, nadie se merece que le hagan eso y aunque sea mi amigo yo voy a estar de parte de Ruslana. 

No hablé más con Chiara, pero la vería después, aparecieron a eso de las nueve por el bar. Primero entraron Juanjo y Ruslana, luego Martin y por último ella, me quede sonriendo desde la barra, pero mis ojos solo la miraban a ella. Me acerque en cuanto se sentaron, hoy no había mucho lio. 

- Holaa - saludé y fui directa hacía Ruslana primero, la abracé y me lo devolvió. 

- Gracias - dijo ella y yo ya sabía que con ese abrazo le había dejado claro que estaba ahí para ella. Le di un abrazo a Martin y Juanjo, dejando para el final a Chiara. 

- Hola - me saludó en cuanto me vio ir hacía ella, la di un beso en la mejilla y les tomé nota.  Decirle algo a Kiki cuando les llevase las cervezas era muy arriesgado, Rus lo sabía, pero los majos, así les llamábamos, no estaba tan segura. Decidí aprovechar y mandarla un mensaje. 

Voy a salir a recoger vasos de la terraza y a fumar un cigarro

La respuesta no tardo más de dos minutos en llegar y no llegó en forma de mensaje sino que me miró desde la mesa y asintió. Fueron sin duda los cinco minutos más largos de mi vida. Avisé a mi compañero que iba a recoger y salí, un minuto después salió ella. 

- ¿Qué es eso de avisarme por mensaje? - soltó divertida mientras me acercaba para darla un abrazo. 

- No te quejes que al menos te he avisado - le respondí, no quería soltar ese abrazo así que nos separamos mínimamente y cuando la miré ella saltó sobre mis labios, fue un beso dulce, como siempre y yo no pude evitar sonreír cuando nos separamos. 

- Si quieres me voy - ahí estaba, la Chiara que me encantaba, segura de sí misma y que me sacaba una sonrisa siempre. 

- Idiota - y volví a besarla, en un momento me dejé llevar, pero recordé al instante que tenía que recoger o sería demasiado obvio. Me separé dejando un beso corto sobre sus labios - Voy a recogerlo, deberías entrar amor - ella solo asintió y me volvió a sonreír antes de marcharse. Durante el resto del turno solo miraba hacía su mesa y siempre parecía que sabía que estaba mirando porque nuestros ojos se cruzaban. 

- Morada - oí como Ruslana me llamaba entre risas por el apodo. 

- Dime - ella se apoyó en la barra y me inspeccionó la cara. 

- Tienes un poco del pintalabios corrido - y se empezó a reír al ver mi cara de espanto, busqué el móvil a toda prisa, pero al encontrarlo me di cuenta que era una broma. 

- Pelirroja estamos graciosas hoy por lo que veo - ella negó riéndose de mí todavía y añadí - Bueno corazón te pongo algo? - ella volvió a negar pero está vez borro la sonrisa de sus labios. 

- He venido a que me cobres las cervezas pero también  para darte las gracias por el abrazo de antes, seguramente ya lo sepas, pero no ha sido una de las mejores noches de mi vida - la escuché atentamente - Y nada solo era para decirte que entendería que te pusieses del lado de Omar porque es tu amigo y a mi me conoces solo de unos meses y... - decidí interrumpirla. 

- Rus, no me voy a poner de su lado porque sea mi amigo, ha sido un cabrón contigo y eso no se lo quita nadie - puse mi mano encima de la suya apoyada en al barra y me sonrió - Estoy para ti - 

- Bueno y después de esto tan sentimental que no pega nada conmigo - y ahí estallamos las dos en una carcajada - Que también siento haberte jodido el polvo de esta mañana con la guiri - y ahí yo ya no me reí sino que noté como el calor se me subió a las mejillas y me puse nerviosa - Anda mujer no te pongas así, esta noche te la dejo pa ti - me guiñó un ojo y se marchó otra vez a la mesa. 


Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora