❈•≪15. Determinaciones y celos imprevistos≫•❈

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Seonghwa realmente se estaba esforzando por intentar solucionar las cosas con Yeosang, sin embargo, el omega parecía haber desaparecido por completo. Ya que por cada sector que lo buscaba, era como si en un principio, nunca hubiera estado en ellos.

Lo que era extraño a más no poder. Y preocupante.

Porque se supone que en la tarde, el omega debería de estar en el gimnasio, ensayando. No obstante, no habían rastros de él. A cada rincón que mirara, era un desperdicio sin gracia. Lo que lo llevaba a preguntarse si realmente estaba allí o no, escondido en algún lugar imposible de alcanzar por sus ojos.

Y él no podía hablar mucho del comportamiento de Yeosang, ya que al final del día no lo conocía tanto, pero sería un poco inmaduro de su parte ocultarse en algún rincón a la espera de que él se vaya. Más aún, luego de haber contemplado la firmeza que lo rodeaba y la templanza con la cual parecía enfrentar los obstáculos que le aparecían enfrente.

Pero al mismo tiempo le hacía sentido, porque el omega mismo lo había dejado en claro, no era un alfa que valiera la pena, entonces, ¿por qué molestarse en seguir frecuentando los mismos sitios o por qué seguir topándose con la misma regularidad de antes cuando ya no había algo de lo cual sacar provecho o que te incentivara a ello?

Si te dabas por vencido con algo o alguien, simplemente seguías adelante. De la forma qué sea. Como en toda esa semana, Yeosang le había demostrado que hizo. Porque si no hubiera sido así, ellos seguirían encontrándose. Aunque sea de casualidad.

A pesar de la decisión que había tomado Yeosang, Seonghwa, no se había rendido. La pregunta que le carcomía los sesos y le destruía las neuronas, ¿era por qué? ¿Por qué seguía intentándolo? ¿Por qué seguía buscándolo cuando estaba claro, que no quería ser hallado?

Eran preguntas tan específicas y simples de alguna manera y tan complejas de otra, porque pese a que llevara casi más de semanas pensándolo, continuaba sin encontrarles una respuesta concreta. Seguía varado en una nada insustancial semejante a un limbo eterno.

Porque incluso si el aroma de Yeosang le atraía y lo encontraba relajante, como a una aguja en un pajar, ese seguía sin ser motivo suficiente para que él estuviera enfrascado en querer solucionar el malentendido. Además, tampoco era una persona muy conciliadora. Si algo se concluía de una manera, a pesar de que fuera catastrófica, así lo dejaba. Incluso si la situación era lamentable y una pérdida grande.

Una imperfección de varias que tenía.

Pero por alguna razón que no podía explicar con palabras, le sentaba fatal dejar las cosas así como así con Yeosang, quien era un buen chico y no merecía para nada lo que le había hecho creer. Aunque si lo pensaba desde otras perspectivas, quien se había armado ideas en su cabeza y asumido erróneamente, había sido Yeosang mismo.

«Qué basura más confusa», pensó para sí, llevándose una mano a la cara y cubriéndola. Sentado en aquella grada metálica y fría, la soledad se hizo presente en el ambiente gélido del gimnasio. Fue como un susurro distorsionado y una manta agujereada.

Sin embargo, hubo una voz, un murmullo cálido semejante a las memorias olvidadas de un recuerdo atesorado que le hizo descubrir la cara de golpe y enderezarse.

—Hola —dijo Hongjoong, un tono tímido y una cadencia afable. Destacando sin embargo, por la vergüenza—. Ha pasado un tiempo —comentó del mismo modo.

Mirándolo, Seonghwa guardó silencio un rato. El rubio vestía sus prendas reforzadas y negras de entrenamiento, amoldadas a su figura menuda pero atlética. Zapatillas blancas y comunes en los pies pero lo que más le llamó la atención, es que su melena se encontrara atada en una moña. Era la primera vez que veía su cabello así y pese a ello, no le causó ningún efecto de ensoñación o místico. Su mente demasiada enfocada en las interrogantes de qué lo traía hacia él, cuando llevaban tiempo sin interactuar o cruzar saludos en lo más mínimo.

Tug of War - [MinJoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora