❈•≪Final. Sudor y lágrimas≫•❈

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Luego del juego en Incheon, la rutina se había instalado con relativa facilidad para todos los involucrados, volviendo a sus tareas y responsabilidades con normalidad. La euforia se había gastado y la sed casi sanguinaria por otra victoria, había disminuido gradualmente. Poniendo a todos en un estado de reserva hasta que se diera el enfrentamiento contra Busan.

Lo que demoraría en ocurrir.

Y mientras que todos se instalaban en una mentalidad de exámenes y pruebas, Hongjoong se enfocaba en su rutina musical. Ensayando el doble de veces por semana y eludiendo las salidas con Mingi por la misma razón. Volviendo al gigante de ciento ochenta y cuatro centímetros, una masa de quejidos y lamentos. Lo que fue bastante lindo de presenciar, en realidad.

Nunca se imaginó que alguien como Song Mingi tendría una faceta como esa.

—En serio no me gusta esto de que ensayes el doble de veces, ya lo hacías bastante bien con tu horario regular —comentó una vez mientras estaban en la pista de hockey, solos.

Ambos se encontraban en el hielo, y mientras que Hongjoong practicaba un par de posiciones y aperturas con los brazos, llamados líneas, Mingi se encontraba de brazos cruzados viéndolo con el ceño fruncido. Un gesto poco intimidante en este punto de su relación, pero divertido.

—Exacto —dijo al detenerse para mirarlo de regreso, bajando las manos—. "Bien" —resaltó—. Yo quiero hacerlo excelente. Ahí está la diferencia.

—Exigirte demasiado no te va a dar los resultados que buscas, podría llevarte por otros caminos.

—¿Cómo cuáles, experto en el patinaje artístico? —preguntó el omega con sarcasmo, resoplando sin humor. Abriendo grande los ojos, el alfa se puso rígido.

—No tienes porqué contestarme de esa manera —replicó, claramente ofendido—. Sólo estoy preocupado por tu condición física. A veces tambaleas.

—Tú sólo te preocupas porque ya no te metes en mis pantalones con la misma regularidad que antes.

—Okay, estás siendo un imbécil ahora mismo. Sigue con tu mierda por tu cuenta, no sé porqué me molesto en acompañarte todos los días.

Chasqueando la lengua, el moreno sacudió la cabeza con incredulidad y se apresuró por dirigirse hacia la salida de la pista, sin embargo, Hongjoong fue un poco más rápido y lo tomó por el brazo derecho, deteniéndolo y sintiendo los músculos tensos bajo su tacto.

—Aguarda un segundo, no pretendía ser un idiota, simplemente es la frustración, ¿de acuerdo? Lo siento.

—Es la tercera vez en esta semana que me respondes igual, Hongjoong. Todo por la competencia esa.

—No es cualquier competencia, ¿entiendes? —masculló, soltándolo—. El equipo nacional estará presente, es algo grande y...

—¿Y eso te da el derecho de ser un idiota conmigo cuando sólo estoy preocupado?

—Tú has sido un idiota gran parte de tu vida desde que nos conocimos.

Y al instante de decir esas palabras, el arrepentimiento lo consumió por dentro como un agujero negro de gusano, tragándolo por completo y escupiéndolo de una forma asquerosa. Llenándolo de una sensación trepidante que no se deshizo con nada. Mingi lucía conmocionado, y más allá de eso, enojado. Verdaderamente enfurecido por sus palabras descuidadas.

—Genial, Hongjoong, gracias por hacer que lo recuerde. Buena suerte con tu rutina. Nos vemos luego si es que tienes ganas.

Y Hongjoong quiso detenerlo por segunda vez, pero en esta ocasión el alfa no se dejó y actuó con mayor agilidad que él y se escapó de su agarre con rudeza, saliendo del hielo con pisadas fuertes y quitándose los patines con una velocidad sobrehumana. Y él estuvo a punto de seguir al defensa que subía las gradas en zancadas, pero al instante de hacerlo, tropezó con sus propios pies y se fue de inmediato al suelo, amortiguando su caída con las manos y las rodillas, las cuales resintieron el impacto.

Tug of War - [MinJoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora