Manzana Podrida ┊FIC RADIOAPPLE

❝〔Capítulo 3: HotCakes y Jambalaya〕❞

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La mañana siguiente luego de aquella tan armoniosa reunión ninguno de los huéspedes daban señales de haberse levantado ese día, los tragos que había servido Husk eran un poco más fuertes a los que estaban acostumbrados a tomar.
En una habitación en especifico ya se escuchaba el ruido de alguien haciendo barullo buscando por los cajones revolviendo su ropa, Lucifer aquella mañana se había levantado temprano, cosa que no era común ya que debido a su estado anímico debido a su depresión hacia que se durmiese hasta pasado el mediodía. Pero la reunión que su hija hizo para él fue la chispa que necesitaba para recargar sus pilas y estar muy animado desde muy temprano.

Esta vez no quiso vestirse con la ropa que usualmente luce, solo colocándose una camisa holgada blanca, los primeros botones abiertos y su chaleco a rayas; llevando sus pantalones y zapatos con tacón salió de su cuarto dándose unos últimos toque a su peinado pulcro.
Le dio curiosidad verse solo en la cocina, no diviso a nadie por la sala, recepción, bar y mucho menos el comedor, en silencio pensaba un poco al respecto que es lo que podría hacer hasta que una idea iluminó sus pensamientos.

—Podría hacer el desayuno… ¡Ya sé! —con movimientos rápidos se desplazaba en la cocina buscando bols, harina, huevos y todo aquello que usaría para preparar el desayuno —Para mi princesita haré… Hotcakes!

—¿Y el resto de los inquilinos mi señor? —una voz misteriosa se hizo sentir en la habitación.

—Que se jodan, esto es para mi hija y… ¡Un momento! —volteo a ver y encontró al demonio de la radio sentado, con una sonrisa divertida mientras recargaba su mentón entre sus manos —¿Qué mierda haces aquí?

—Un ruido molesto interrumpió mis horas de sueño y vine a verificar que las cucarachas no estén saqueando la despensa —mientras respondía se iba levantando de a poco en su lugar hasta colocarse a la par del más bajo —De cierta forma mi deducción no fue errada completamente.

Aquel comentario hizo que gruñera en clara molestia, pero no debía desconcentrarse del armado de aquellas masas esponjosas que sabía que le encantaría a su hija. Dándole la espalda se concentró nuevamente mientras vertía el liquido sobre esta, pensaba un poco, sabía que a Charlie no le agradaría que sólo haga para ella sin tener la oportunidad de compartir de su comida, ante ese pensamiento no pudo evitar bufar y fue a preparar más.

—Estas de suerte venadito, hoy probaras el mejor desayuno de este lado del pentagrama —decía orgulloso. La presencia de Alastor se había movido ahora a su par.

Los dedos alargados del demonio tocaron los hombros del ángel, esto solo le causó un escalofrío por tenerlo así de cerca. Observó de reojo como el rojizo se inclinaba casi apoyando su mentón en su hombro.

—No se ve para nada mal mi señor.

—Es bueno saber que reconoces bien un platillo de calidad como este —casi se sobresalta cuando la nariz del demonio se poso cerca de su cuello, sintiendo su respiración.