❝〔Capítulo 2: Las intenciones de Alastor〕❞

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La noche al fin había caído y en el interior del hotel, más específicamente su sala de reuniones, se veía decorada como la misma mañana que lo prepararon con la excepción de que decidieron hacer un pequeño cambio en el ambiente y colocar luces de colores y demás, disimulando un bailable (idea de Cherri y Ángel).
Charlie contenta paseaba inspeccionando que nada faltara, solo esperaba que su padre no saliera con excusas y la dejara con todo armado, Alastor que se encontraba en el lugar noto el desánimo de la joven y en un ágil movimiento gracias a su sombra se coloco a su lado, enseñando su sonrisa característica de siempre.

—Todo luce perfecto, mi animada compañera.

—Alastor, mi papá se está tardando tanto. ¿Crees que no baje? —su tono de voz había disminuido haciendo marcar la tristeza en cada palabra.

—No te preocupes querida, vendrá. Seguro estará ocupado con alguna labor importante, recuerda que es el soberano de este infierno —palmeo su cabeza mientras le brindaba aquellas palabras de apoyo para con la anfitriona.

—Si, seguro es eso. Ahora que se mudo seguro debe acomodar ese tipo de cosas —no estaba del todo tranquila con esas palabras. Río de manera nerviosa pero rápido entristeció el gesto.

Ante eso Alastor desvió la mirada como si estuviera, ¿incómodo? Ni el mismo sabría decirlo, oculto sus grandes dientes pero la sonrisa no salió de sus labios, pensó un poco y tras meditarlo, llevando sus manos por detrás de su espalda, tomó nuevamente la palabra.

—Si gustas querida puedo ir a buscar a su-… —rápido fue interrumpido ya que contra su cuerpo sintió el delgado cuerpo de la chica y como sus flacucho brazos rodeaban su torso.

—GRACIAS GRACIAS GRACIAS —gritaba emocionada. Apretó sus dientes ante un gesto incrédulo logrando zafarse del agarre de la princesa.

—No tardaré.


Antes que Charlie dijera algo más con ayuda de su sombra se desplazo para marcharse e ir al piso superior, a mitad del camino decidió detenerse. Como si agitado estuviera se apoyo contra una de las paredes, llevando su mano a su pecho en la zona donde su muerto corazón se ubicaría sentía una gran presión y como los latinos lentos se aumentaban.
El contacto con aquella “niña” como el mismo lo calificaría le había producido aquello, ¿sería posible que la humanidad que el mismo había descartado tener, realmente la poseía? Quiso negar aquello pero solo se recompuso y guardo la compostura, debía buscar al rey y llevarlo a donde se haría la fiesta.

En un desplazamiento rápido con su sombra llegó hasta el cuarto del ángel, aquellas puertas de madera maciza en tono chocolate con adornos de manzanas en dorado y una serpiente, interesante el acabado que tenía.
Detrás de sus puertas el dueño de todo aquel lúgubre lugar se encontraba sentado frente a su escritorio, donde él mismo calificaba que realizaba su magia, trabajaba en el diseño de unos patitos, que al ojo de cualquiera sus diseños parecerían muy curiosos. Tres de aquellas figurillas en tono pálido con vestiduras similares a su familia, Lilith, Charlie y él, en otro lado tenía otro patito de curioso diseño ya que era muy similar al demonio de la radio.
Tomo a dos de ellos y los coloco de frente mientras los manejaba, su mirada mostraba disgusto mientras hacía la charla a modo de diálogo entre aquellos juguetes.

Manzana Podrida  ┊FIC RADIOAPPLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora