Lucifer es un escritor en busca de un buen lugar para crear su obra maestra, pero en su camino se encontraría con pequeños... Tropiezos... Tenían un nombre
"-. ¿Quien?
-. Alastor, yo me llamo Alastor. "
Si, no era un ¿Cuál? Era un ¿Quien?
Art: @Cran...
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"Somewhere beyond the sea Somewhere waiting for me My lover stands on golden sands"
Esa frase, pasaba una y otra vez en mi cabeza, no dejaba de repasarla, ya antes la había escuchado, quizás un centenar de veces, pero por alguna razón no encontraba el nombré, todo el viaje mantuve eso en mente, estaba cada vez mas cerca del mar.
Por razones de trabajo, en busca de inspiración tome la idea de emprender un viaje hacia las afueras de la ciudad, eso me hacía entrar en la obligación de mudarme a una zona rural, más exactamente a un pueblo cerca del mar, se llamaba "The sea" curioso nombre para un pueblo cercano al mar, pero era la mejor de mis opciones, llevaba años tratando de sacar mi novela estrella, aquella novela que hiciera explotar mi carrera como escritor y si queria hacerlo, debía empeñarme en ello, por ello habia tomado una decisión tan extremista, para alguien que siempre había habitado en ciudad, si que era una decisión extremista.
Suspiré ante esa idea, ¿Acaso me podría arrepentir? Tal vez, pero por el momento ya en mi último tren para llegar no me quejaría, simplemente disfrutaría de el paisaje que me quedaba.
—. No hay vuelta atrás Lucifer...—. Me repetí a mi mismo entre murmullos, en ese tren solo estaba yo, parecía que para llegar a ese pueblo, debia llegar hasta la última parada, dónde al parecer no mucha gente iba, una parada atras se había bajado la ultima señora, ahora solo quedaba yo en un único asiento.
El lugar era azul, azul por todos lados, vegetación al rededor, eso era lo que buscaba, Vegetación, azul y aire, tanto que no pudiera contenerlo en mi pecho.
Seguí observando por la ventana como todo pasaba como si fuera demasiado rápido y mis ojos no pudieran captar por completo lo que pasaba por la ventana, reí ante esa idea, la vida era rápida.
—. Pasajeros, estamos a 40 minutos de llegar a la última parada, estén atentos al próximo aviso, "The sea" es nuestro último destino, Gracias por la atención.—
¿Alguien aparte de yo estaría escuchando eso? Probablemente no, era el único que quedaba ahí, disfrute de la vista y seguí tratando de hacer memoria para recordar la canción en la que tanto me encontraba pensando durante los últimas 4 horas.
Me acomode en mi asiento y seguí en lo mío.
[....]
Pasaron 40 minutos y yo seguí en mi asiento hasta que volví a escuchar por los megafonos una voz.
—. Hemos llegado a la última parada, "The sea". Pasajeros, hacer favor de tomar sus pertenencias y bajar con calma.—
—. Ya era hora, que emoción.—. Tome mi reloj de bolsillo, este en forma de patito, amarillito y bien redondito, lo abrí y observe la hora 15:20 p.m. era temprano y ahora entendia a que se debia el hambre que sentía.
