M.I.A - Alastor [Hazbin Hotel][+21]

M.I.A [40]

El cuarto oscuro, reflejaba tristeza, abandono, odio, nada podía complacer de felicidad ese lugar y a esa persona.

Cinco días habían transcurrido de la reunión judicial con el cielo, aunque no se había logrado cambiar de pensar, una de las alborotadoras quedó arriba pagando por ello.

Cuando se habló de un trato, se creyó las palabras de ese asqueroso tramposo, cayendo en un tortura que no se la deseaba ni a su propio enemigo, aunque fuera este quién lo perpetró.

"El trato consiste en que me haces tres favores pequeños y a cambió, para que tu estup-... Digo adorable criaturita no moleste con eso, haré lo posible por una reunión con el príncipe, ¿Qué me dices?"

No era tan estúpida como para no saber que el príncipe era alguien a quien no se podía ver aún si tu vida dependiera de ello. Se encontraba encerrado en el Palacio Real del primer Reino y ahí no entrabas solo con un saludo y ya.

Lo pensó por un momento, pero se negó al principio, convenciendola que él por fortuna había conseguido hablar con aquellos que se codean con el príncipe, obteniedo un encuentro por asuntos importantes y que así, podía conseguir una reunión para Charlie si lo quería.

Realmente sería genial poder ver al príncipe, era una oportunidad de oro, no solo para Charlie sino para ella igual. Aceptaba siempre y cuando escuchará los favores primero, siendo como "No ser participe en la matanza durante la exterminación, un favor que dejaría para luego y por último... Ser de ayuda para un amigo."

Aunque sonaba extraño, no veía el mal en ello por lo cual cerró el contrato con un apretón de manos dando comienzo a un camino lleno de espinas.

En cuanto acabó el contrato, cadenas de hierro se colocaron en sus muñecas, siendo teletransportada a un oscuro cuarto sin nada más que una cama. No había ventanas, si una puerta, estaba limpio de alguna forma, pero abandonado. Mientras observaba, el rechinido de la madera sonó alertandola de que alguien entró, grata fue su sorpresa cuando vio a ese imbécil alado.

—Las cosas no pasan como uno quiere, ¿Verdad, Ash? —se acercó quedando frente a ella, quien se encontraba sentada en la cama—. Wow, es la primera vez que te veo de esa manera, debo decir que me satisface y mucho.

—Maldito perro hijo de puta, ¿Por cuánto tiempo vas a estar obsesionado conmigo como para encerrarme aquí? ¿Acaso eres masoquista que te gusta ser tratado como juguete? Tenía razón, mi hermano es muy ingenuo para salir con porquería asquerosa como tú.

—Bueno, fue divertido estar con tú hermano, debo decir que coje de maravilla, pero más allá de eso no era tan sentimental la relación, ¿Era como un calmante de mis deseos reprimidos?

—Me las vas a pagar infeliz, te lo dije muchas veces, a mí puedes decirme y hacerme lo que quieras, pero mí hermano es valioso, demasiado valioso para estar con mierda como tú —la ira se reflejó al despertar esa sensación demoníaca la cual sacaba a relucir cuando no podía controlar sus emociones.