Draco Malfoy

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En la Mansión Malfoy, donde las sombras del pasado se entrelazan con la esperanza del futuro, Draco Malfoy y la joven bruja viven una historia de amor que desafía las convenciones y los prejuicios. Su amor floreció después de Hogwarts, en los rincones oscuros de la mansión, donde los susurros de los retratos antiguos parecían aprobar su unión.

El bebé mayor, con catorce meses, es un torbellino de risas y curiosidad. Sus ojos grises, como la niebla matutina en el Bosque Prohibido, exploran el mundo con asombro. Draco lo sigue a todas partes, maravillado por cada paso que da. El pequeño ya camina, tambaleándose entre los pasillos de la mansión, y su risa llena las habitaciones con alegría.

Una tarde, mientras Draco lee un antiguo libro de pociones en la biblioteca, el bebé se acerca arrastrándose. Sus manitas tocan las páginas con curiosidad, y Draco sonríe. "Eres mi pequeño aprendiz", le dice. "Algún día, te enseñaré los secretos de las pociones y las estrellas".

La joven bruja Carlota, con su vientre abultado por el segundo hijo, observa la escena desde la puerta. Su amor por Draco se ha profundizado con cada sonrisa del bebé. "Nuestro hijo es afortunado", murmura. "Tiene un padre que lo ama más allá de las estrellas".

El bebé menor, con apenas cinco días de nacido, duerme en una cuna junto a la ventana. Su cabello rubio blanco es un recordatorio constante de su amor compartido. Draco lo sostiene con delicadeza, maravillado por la fragilidad de la vida. "Bienvenido al mundo, pequeño", le susurra. "Eres nuestro segundo milagro".

La joven bruja se acerca y se sienta junto a Draco.

Juntos, observan a sus dos hijos. "Nuestra familia está completa", dice ella. "Dos almas que nos unen, dos corazones que laten al unísono".

El futuro es incierto, pero su familia está unida por un lazo irrompible.

One Shots-Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora