Capítulo 5

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Al poco rato, todos nos quejábamos de hambre, entonces decidimos ir a la heladería más cercana a tomar unos helados. Mario seguía sin soltar a Sandra. Mitch, estaba algo cortado, entonces, decidí cogerle de la mano. Al notar su piel, pude ver la sensación de relajación en su rostro. Marco iba detrás de nosotros, con la mirada perdida, y con un rostro serio. Me estaba empezando a preocupar por él, lo normal es que me haga de rabiar o se meta conmigo, pero después del beso con Mitch, lo noto más distante.

Por fin, llegamos a la heladería. Una vez allí, cada uno pidió su helado. Yo decidí pedir un cucurucho de nata y Mitch uno de turrón. Cuando voy a sacar la cartera del bolsillo, Weiser me coge la mano, y saca su cartera. Sonreí ante su acto de amabilidad. Los demás helados los pagó Mario. Sandra, cogió el de chocolate, era visto, su chocolate no se lo quita nadie, era su sabor favorito; Mario votó por uno de vainilla, y Reus por uno de nata, al igual que el mío, también su sabor conocido. Ya con nuestros helados, fuimos a dar un paseo. Mis supersticiones no iban por mal camino, entre Sandra y Mario había algo. Götze no le sacaba los ojos de encima, y cuando tenía oportunidad de agarrarla, no la desaprovechaba. Yo iba con las dos manos ocupadas, en una tenía el helado, y la otra iba entrelazada con la mano de Mitch. Reus seguía por detrás de nosotros, comiendo su helado sin decir palabra.

- Mitch, es hora de irnos, si no cuando lleguemos a casa se nos hará muy de noche – comenta Mario – aunque sé que no te quieres ir...

- Tenéis razón, es demasiado tarde – afirmo.

Acompañamos a los chicos a su coche. Sandra se despide de Mario con dos besos en la mejilla, aunque los labios del delantero del Bayern no parecían ir dirigidos a las mejillas. Mitch me miró sonrojado, sin saber qué hacer. Se nota que está incómodo, y opto por besarle. Mis brazos rodean su cuello, y sus manos pasan a rodear mi cintura.

- No sé cual beso es el mejor de todos – me susurra.

- Este – comento.

Le vuelvo a besar, pero esta vez con más intensidad. Un beso dulce, pero apasionado. Mis manos empiezan a jugar con su hermoso pelo rubio, mientras sus manos se mueven por mi cintura.

- Deja respirar al pobre chico – ríe Mario.

- No estuvo mal – comenta Mitch, haciéndome sonreír.

Acto seguido, se meten en el coche y se alejan poco a poco, hasta que finalmente no los podemos ver. El camino hacia el coche de Marco fue incómodo. Todo el tiempo estuvo envuelto en un silencio bastante incómodo.

- Mierda, necesito ir al baño – comenta Sandra.

- Vete a la cafetería de allí al lado – sugiere Marco, y Sandra sale corriendo.

Veo como la figura de Sandra se desvanece.

- Marco, me quieres explicar qué coño te pasa? – pregunto, bastante directa.

- Nada – responde serio, frío.

- Marco, dímelo – digo saltando hacia el asiento delantero.

- Nada – repite.

- Joder Reus que me lo digas! – levanto la voz.

- Tú no me mandas joder! – grita cabreado.

No veo normal su reacción. Puedo ver en su rosto tristeza y frialdad. Me quedo un rato mirándole a los ojos. Hasta que veo que Sandra se acerca, entonces decido volver a los asientos de atrás.

- Ya estoy – dice Sandra una vez sentada.

Marco arranca en silencio. El camino se me hace eterno. Cuando aparca enfrente a nuestro piso, bajo del coche, y cierro de un portazo. Ando a paso ligero hasta entrar en el edificio. Sandra me observa extrañada. Después de despedirse de Marco, viene corriendo a mi lado. Me dejo caer en la pared del pasillo, una vez enfrente de la puerta. Noto como empiezan a salir lágrimas.

- Qué te pasa? – pregunta sentándose a mi lado.

- Nada – logro decir entre sollozos.

- Ahora entramos en casa y me lo explicas TODO – comenta.

Entro en casa y me dejo caer encima del colchón. Me llevo las manos a la cara para limpiar todas las lágrimas que tenía.

- Ya estás tardando – se sienta a mi lado.

Primero le comenté lo de esta tarde. Lo normal es que Marco se meta conmigo o que me haga de rabiar, pero después del beso con Mitch, algo cambió en él. También le expliqué la conversación con él en el coche, y su contestación. A otras personas, que les contesten así les daría igual, pero que una persona que te importa por encima de todo y que te conteste así... Su actuación, me hizo llorar. No entiendo por qué reaccionó así.

- Laura, es que no lo ves?! – alza la voz.

- No veo lo qué? – pregunto intrigada.

- Que le gustas! – grita.

- Tu piensa, piensa en cómo te trata, cómo te mira, cómo juega contigo, cómo te habla... - explica – y date cuenta, desde cuando te besaste con Mitch, se puso serio, porque no le gustó. Joder Laura, que le gustas, y mucho.

- No pensaba yo eso... - me entristezco.

- Por cierto, que tal con Mitch? – pregunta con esa cara de pervertida que tanto me hace gracia.

- Es un cielo de persona, me encanta cuando se sonroja, es muy lindo, me confesó que le gustaba – explico sonriendo.

- Y también se nota que él también te gusta – sonríe.

- Bueno... - digo.

- No lo niegues boba – sonríe.

- Vale, sí – afirmo.

- Sois un amor – me abraza – ahora quiero que sonrías, ya hablaré yo con Marco.

- Gracias, te quiero – le abrazo.

Mientras me pongo el pijama, noto que algo empieza a vibrar; mi móvil. Acabo de ponerme el pantalón y voy al salón a coger mi móvil. Lo desbloqueo, y al ver el fondo de pantalla, me quedo congelada. En él aparecemos yo y Marco, yo encima, montada a su caballito. Me acuerdo de ese día perfectamente, fue unas semanas después de conocernos. Cuando alejo de mí esos pensamientos, abro el WhatsApp y compruebo que un número desconocido me envió un mensaje.

"Siento estar tan soso, es la primera vez que me encuentro en una situación así, lo siento.

Atentamente, Mitch"

- Este chico es un amor - pienso. 

No sé si lo que siento es amor, pero algo seguro que sí.

"No pasa nada jaja, me encantas, eres muy lindo" respondo.

Dejo el móvil en la mesita mientras me quito mi camiseta para poder ponerme la del pijama. Una vez puesta, el móvil vuelve a sonar.

"Tú sí que eres linda, te quiero " responde.

Joder, este chico es un amor. Leo su mensaje mil veces, y no puedo parar de sonreír cada vez que lo leo.

"Yo también te quiero, buenas noches" me despido, ya que empezaba a tener bastante sueño.

"Descansa linda" se despide.

Acto seguido, decido apagar el móvil. Lo apoyo en la mesita, y una vez acomodada, apago las luces y finalmente, consigo conciliar el sueño.



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Hooola! Qué tal? Al final tuvisteis suerte, la verdad es que el vuelo llegó antes de lo previsto y pude subir hoy! A partir de ahora los capítulos se subirán en sus respectivos días, a no ser que pase algo o avise. Ya sabéis, si os gusta, agradecería que comentarais y votarais. Gracias por la espera :)

Nos vemos el miércoles <3

PD: tenéis también un nuevo capítulo en "Más que un deporte"

Memories [Marco Reus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora