Capítulo 8

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A Sandra se le iluminan los ojos cuando lo ve. Se levanta ilusionada y sale corriendo a su encuentro. Mario. Yo me levanto del suelo y voy a saludarle.

- Esta es tu sorpresa? – sonríe Sandra.

- Exacto – afirma Marco sonriente.

Yo sospechaba que había algo entre Sandra y Mario, pero cada vez que hablaba con ella sobre él, me cambiaba de tema. Una vez que nuestras bebidas ya habían llegado, empezamos a beber. Cada vez que miraba a Marco, tenía la vista puesta en una chica rubia que se sentaba dos mesas más allá de nosotros. La chica, tampoco apartaba la mirada de Reus, y cada dos por tres, sonreía.

- Vamos a dar una vuelta – sugiere Mitch agarrándome de la mano.

- Vale – acepto.

Nos despedimos y acto seguido nos marchamos. Mitch me agarra por la cintura y me arrima más a él. A lo lejos, vimos un campo y decidimos ir allí. Ya en el césped, el primero en sentarse fue él. Yo, me senté a su lado, apoyando mi cabeza en sus piernas. Podía notar como sus ojos no se desviaban de mí.

- Qué miras tanto? – sonrío.

- Aún no me lo creo – comenta.

- Lo qué? – pregunto levantando la cabeza para mirarle a los ojos.

- Que estés conmigo – se sonroja.

- Pues créetelo – digo, acercándome para darle un beso – Oye – digo al separarme.

- Dime – contesta.

- Por qué yo? – pegunto, intrigada.

- No se... - duda – fue verte y pensar... joder.

- Por qué yo, una chica bajita, fea, regordeta, del Borussia... - explico.

- Nunca pensé que llegaría a este tipo de amor. No le veo nada malo a que seas bajita. Si te vieras como te veo yo... cambiarías de opinión. Me da igual que seas de otro equipo y de otras cosas, yo te quiero a ti, te quiero por ser como eres, por convertirme en mejor persona – sonríe – Yo te quiero, y tú?

Acto seguido, me levanto. Paso una pierna por encima suya y me siento en sus piernas. Mi mano se dirige a su pelo, y empiezo a jugar con sus mechones.

- No me ha...

- Calla y bésame – le interrumpo.

Rápidamente obedece. Une sus labios con los míos en un profundo y largo beso. Le empujo y acabamos los dos tumbados en el suelo. Nos separamos por falta de aire. Me quito de encima y me tumbo a su lado, entrelazando nuestras manos. Mi otra mano la llevo al bolsillo y saco mi teléfono. Lo desbloqueo y voy al menú, para seleccionar la cámara. Pongo la cámara interior y levanto el brazo dispuesta a sacar una foto. Pongo el temporizador. De repente, noto que algo me toca el hombro, Mitch. Me giro para ver qué quería, y me planta un beso. En medio de aquel dulce beso, salta el temporizador y suena el ruido que afirma que ha sacado una foto. Al separarme y ver el móvil, puedo ver la hermosa foto. Salimos genial, los dos tumbados con las cabezas giradas, y lo mejor de la foto, el beso. De nuevo selecciono la cámara para poder sacar otra foto. Esta vez, Mitch se sienta y coloca mi cabeza en su abdomen. Levanto de nuevo el brazo, y saco la foto. Al verla, compruebo que Mitch sale sacando la lengua, y yo sonriendo. Automáticamente, decido subir esa foto al Instagram. Después de editarla, pongo el texto.

"Con mi rubio" y varios emoticonos, entre los que más, corazones y besos.

Al segundo, me llegan notificaciones. Compruebo que los "me gusta" no paran de subir, al igual que los comentarios. Decido ver que ha puesto la gente, y la verdad es que fue una mala idea. Lo primero que veo no me gusta nada, "que haces con ese", "ese es del Bayern", "pensé que tu rubio era Marco", "pobre Marco". El rostro se me entristece, y Mitch lo nota.

- Qué te pasa linda? – pregunta, preocupado.

- Tonterías – miento.

- Bueno, volvemos? – pregunta, ofreciéndome la mano, la cual acepto.

De vuelta al bar, donde suponemos que estarán los chicos, Mitch decide cogerme a caballito, ya que le confesé que estaba algo cansada. Sin que se diera cuenta, saqué una foto lo más rápido que pude. Cuando tuve oportunidad de verla, no pude evitar sonreír. El salía sonriendo, y yo, con la boca abierta, como si estuviera gritando. A lo lejos, vemos el bar, y decido bajarme. Una vez llegamos, en la mesa, solo estaba Marco, con una chica rubia.

- Mario y mi hermana? – le pregunto a Marco.

- Fueron a dar una vuelta – responde – pero por ahí vienen – indica.

Me doy la vuelta, y así es. Vienen de la mano, pero cuando llegan a nuestra altura, decido callarme, ya que ya tendré de interrogar a Sandra en casa.

- Mitch, nos vamos? – Pregunta Mario.

- Vale – responde.

Empieza a caminar, pero lo cojo del brazo y no dejo que se vaya. Tiro de él y su cara acaba a milímetros de la mía. Milímetros que acorto con un beso.

- Chao linda – se despide separándose.

- Te quiero – susurro.

Una vez se alejan, centramos nuestra atención en Marco, que hablaba con la chica rubia. Sandra y yo nos quedamos mirando a Marco con cara de enfadadas, ya que pasó de nosotras desde que llegamos. No apartaba los ojos de aquella rubia, normal, era el tipo de chicas que buscaba.

- Bueno, ahora me tengo que ir, ya te llamaré – se despide.

- Chao – responde la chica.

De camino al coche, Sandra hablaba con Marco. Yo tenía la mirada perdida. Pensaba en todo lo que me había dicho Mitch. "¿Tan importante soy para él?" pienso. Una vez ya en el coche, Sandra decide poner la radio. Estabasonando 'I think I'm in love' de Kat Dahlia. Esta canción me trae demasiados recuerdos, recuerdos imborrables. Esta canción era la preferida de Marco, y también la mía. Al escucharla, no puedo evitar mirar a Reus. Comprobé que ya me estaba mirando, y aunque intenté aguantar la mirada, hice que me colocaba el pelo para mirar hacia otro lado. Aún recuerdo el día en el que me cantó esta canción. Fue al poco tiempo de conocernos, en una fiesta que hicieron los chicos del Borussia, en la cual habían invitado también a las chicas. Ese día, no me tomé en serio aquella canción, pero ahora que lo pienso, lo entiendo todo. Justo cuando llegaba el estribillo, Marco aparcó, ya que habíamos llegado ya a casa. Al bajarme del coche y mirarle, podía ver que estaba cantando el estribillo, el mismo estribillo que me había cantado en aquella fiesta.

- Buenas noches Marco – se despide Sandra.

- Buenas noches chicas – se despide.

- Buenas noches Marco – me despido, con una voz seca.

Me mira a los ojos, y después de un rato, arranca y se pierde entre la oscuridad de la noche. 



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Hooola, bueno, no veo mucho interés en los comentarios, así que a lo mejor subo menos variado.

Bueno, si os gusta comentar y votar y nos vemos, hasta la próxima :)

Memories [Marco Reus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora