En el auto a la vuelta, claramente el clima no era el mismo que a la ida, Ethan estaba molesto ya que mi apariencia era absolutamente otra a cuando me fui, según el desprolija, con el cabello suelto, sin labial y para él había tomado muchas copas, lo que hacía que mis mejillas estuvieran más sonrojadas de lo habitual, que cada vez que me veía tenía una copa en mano en toda la noche. Lo único que quería era llegar a la casa y que Adela no este despierta porque el rezongo seria aun peor, hay veces que me pregunto seriamente donde me estoy metiendo, ¿por qué tengo que soportar estos planteos?, ¿por qué no puedo ser libre?, de algo tan sencillo como tomar alguna copa de más, ¿por qué quizá no puedo ser la chica de las foto donde sentía todo tan sano y liberal?, no tenía que pertenecer, aparentar, ser perfecta... hundida en mis pensamientos me di cuenta que no le conteste nada porque realmente estaba con una buena vibra que no quería que se me viera afectada, además de champagne en mi cabeza, tenía unos ojos en mente que no se me borraban, ¿me había realmente observado toda la noche? Que descaro decírmelo así, pensé llevando mi mano tapando mi sonrisa, que se me escapó.
El viaje transcurrió en silencio y lo agradecí muy internamente.
Al llegar a la casa de Adela, no le di mucho tiempo a Ethan para que siga sobre pensando ni rezongando por no ser la dama que él quiere que sea y ni bien dimos un paso adentro, cerré la puerta con la cadera y me le abalance a sus brazos para besarlo, de forma brusca y hasta torpe diría, Ethan no me respondió de forma inmediata el beso ya que lo sorprendí al igual que para ser sincera, también a mí misma por avasallarlo así, no era algo usual en mi ser así de efusiva pero estaba necesitando de él en este momento para que ciertos ojos se alejen de mi cabeza. Él me paro el beso.
-Ven vamos al dormitorio ámbar- me dijo seco aunque tratando de no cortar el ambiente que genere inesperadamente.
- Hagámoslo aquí Ethan, rápido. Tu madre no está.- le dije sin que se lo espere sonando casi desesperada y volví a besarlo para no hacerlo pensar, pero volvió a apartarme, lo que ya levemente me hizo molestar.
-¿Cómo lo vamos a hacer aquí?, que te sucede, mi madre nos puede sorprender bajando por algo o por escucharnos.-dijo con el ceño fruncido.- además se nota que estas tomada, no sé ámbar, estas extraña.
-No estoy tomada,-dije mintiendo un poco- ¿y estar extraña es querer tener sexo con mi prometido?- dije también con el ceño fruncido y alejándome un poco de su rostro. Pero como realmente quería acostarme con él, no quería pelear, porque iba a salir perdiendo únicamente yo.
-A ver, si estuviera tomada, ¿podría hacer esto?,- Dije mientras me iba llevando las manos a las tiras del vestido que se ataban con un simple nudo en la nuca, al desatarlo quedaría con el torso desnudo, así que fue lo que hice, desate el nudo ante los ojos brillantes y confusos de mi prometido y la tela bajó de golpe que dejo al descubierto mis senos, Ethan entre abre la boca mirando la escena con leve deseo, sube su mirada con la mía y mira hacia los costados, como resistiéndose, por lo que decido seguir desnudándome, pero vuelve a parar mi accionar, para agarrarme de la cara para besarme, no tan bruscamente como lo había hecho yo en un principio pero si era un beso tierno como pidiéndome disculpas, me agarro de la nuca profundizando el beso haciendo que empiece a sentir más calor del que ya estaba sintiendo, él empezó a acariciarme el cabello para separar nuestros rostros, haciendo que básicamente podamos respirar, me quise volver a inclinar a sus labios pero me freno una vez más.
-Me gusta que te pongas así, aunque eliges los momentos más inadecuados, como siempre.- me dijo mientras se empezaba a sacar el saco color perla y quedando solo con la camisa color crema mientras yo miraba sus movimientos con determinación, miré el saco que a diferencia de mi ropa la dejo en un costado de la entrada, de manera prolija, claramente a diferencia de mí, mi vestido junto con mi chaqueta estaban en el piso, revuelto y hasta pisado, que pensaría Isabela pensé por un momento, seguro me odiaría por no cuidar sus vestidos, siempre termino o rompiéndolos o manchándolos, o simplemente no cuidarlos.
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Adicción
RomanceÁmbar y Charlie se atraen, se desean con una pasión que nunca habían conocido hasta encontrarse. Ambos vienen de mundos diferentes, ella es bailarina profesional, pero debe dejar los escenarios para estar con su prometido Ethan, el cual es un empres...