Capítulo 04: Mi primer amor platónico

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Desde muy joven, Ruby Jane supo que había algo en su vida que le ocultaban. Su madre, Jennie Kim, siempre fue reacia a hablar del pasado. Le había contado que su padre falleció antes de que ella naciera, pero esa versión nunca la convenció. Ruby creció con la certeza de que había más en esa historia. Aunque su madre era una figura de poder y éxito, había una tristeza en sus ojos que Ruby no lograba descifrar.

Y mientras los secretos familiares pesaban sobre ella, un nuevo capítulo inesperado estaba por comenzar. Uno que no tenía nada que ver con su búsqueda de respuestas sobre su origen, sino con un encuentro fatídico que sacudiría su vida.

Todo comenzó el primer día de clases en una escuela femenina donde Ruby ingresó con la intención de brillar. Sabía que estaba destinada a ser la mejor, y su determinación era inquebrantable.

Ese día, una nueva profesora llegó a la institución. Miss Lily, encargada de educación física, era una mujer de presencia imponente y seguridad natural. Cuando entró en el gimnasio, todas las miradas se posaron en ella. Aunque fue en Ruby donde la nueva profesora causó el impacto más fuerte. Desde el primer instante en que sus miradas se cruzaron, Ruby sintió algo que nunca antes había experimentado: una mezcla de fascinación y deseo a su corta edad, con solo 13 años, Ruby había descubierto su primer amor platónico, un anhelo que la hacía soñar despierta. La forma en que Miss Lily se movía, su risa contagiosa y la pasión que irradiaba al hablar de deportes despertaron en Ruby una admiración profunda, un deseo de estar más cerca de ella.

—Buenas tardes, soy miss Lily, su nueva profesora de educación física. Espero que todas trabajen duro y muestren resultados excepcionales al final del curso —anunció con una sonrisa confiada, y aunque sus palabras eran formales, la mirada que le dedicó a Ruby duró un segundo más de lo necesario.

Desde ese día, Ruby no pudo dejar de pensar en ella. La imagen de Lily ocupaba sus pensamientos y perturbaba sus sueños. En su mente, Lily ya no era solo su profesora, sino una figura que representaba algo mucho más profundo y prohibido. Ruby se encontraba cautivada por la mujer, pero no sabía cómo manejar esos sentimientos.

Esa noche, Ruby tuvo un sueño que la dejó despierta y sudorosa. En su sueño, estaba en un lugar de ensueño, rodeada de luz, y Lily estaba allí, mirándola de la misma manera en que lo había hecho en el gimnasio. Pero esta vez, había más cercanía, más intimidad. Ruby no podía entender por qué sentía esa atracción tan abrumadora. Despertó con el corazón latiendo con fuerza, sabiendo que no podía ignorar más lo que estaba sintiendo.

Durante las semanas siguientes, Ruby destacó en las clases de gimnasia. Lily la observaba con atención, a menudo elogiando su desempeño.

—Ruby, lo estás haciendo excelente. Sigue así, eres de las mejores —decía Lily, con una sonrisa sincera.

Esas palabras se convertían en combustible para Ruby. Ella vivía por esos momentos, por esas interacciones. Quería ser la mejor, no solo para destacar, sino para impresionar a Lily. Cada vez que la profesora se le acercaba para corregir su postura o darle instrucciones, Ruby sentía una corriente eléctrica recorrer su cuerpo.

A medida que pasaba el tiempo, la obsesión de Ruby por Lily creció. La seguía en secreto, observando cada uno de sus movimientos, analizándola desde lejos, intentando descifrar si Lily sentía lo mismo por ella. Las fantasías se mezclaban con la realidad, y Ruby empezó a imaginar escenarios en los que Lily finalmente reconocería que también la deseaba.

Todo parecía ir bien, hasta que un día, durante una competencia, Ruby notó algo que la hirió profundamente. Lily animaba a todas sus alumnas con la misma energía con la que lo hacía con ella. En ese momento, Ruby sintió celos. Celos de que su conexión con Lily no fuera tan única como había imaginado. La joven se apartó, dejando de participar en las actividades y evitando la mirada de su profesora.

Lily no tardó en notar el cambio en la actitud de Ruby. Le preocupaba que su alumna estrella estuviera molesta por algo que ella no entendía.

—Ruby, ¿qué pasa? Has estado distante últimamente, y no sé por qué. ¿Ya no soy tu profesora favorita? —le preguntó Lily con una mezcla de ternura y preocupación.

—No, simplemente no soy tu alumna favorita, como decías para motivarme. He escuchado que les dices lo mismo a todas, y eso me molesta mucho. ¿No puedes halagarme solo a mí?

—Eres mi alumna, al igual que todas. Debo motivarlas, ese es mi trabajo. Eres una niña muy especial, y espero que lo veas. Eres extraordinaria y sigues siendo mi alumna. Por favor, no te enfades más. Dime qué puedo hacer para que cambies de parecer.

—Dame un beso, como los que se dan en la televisión. —respondió Ruby entusiasmada. —¡NO! No puedo hacer eso, es incorrecto y lo sabes— Lisa mostraba confusión en su rostro.

—No importa, eso me haría feliz ¡UMMM MUA! —Ruby besó a su profesora en los labios y salió corriendo.

—¡Dios mío! Esta niña acaba de robarme un beso, esto es totalmente incorrecto. —Ruby salió corriendo, sin mirar atrás, mientras Lily, aún atónita, intentaba procesar lo que acababa de suceder.

Al día siguiente, Ruby fue al gimnasio esperando encontrar a Lily, pero no estaba allí. En lugar de su profesora, recibió una noticia devastadora.

—Miss Lily ha presentado su renuncia. Ha decidido hacer un viaje alrededor del mundo con su esposa e hijo —anunció la directora del colegio.

Ruby sintió cómo el mundo se desmoronaba a su alrededor. Había perdido a Lily. Todo lo que había construido en su mente, todo el anhelo y la obsesión, se derrumbaba con esa simple noticia. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.

—Te odio, Lily... —murmuró con el corazón roto, sintiéndose culpable y confundida. No sabía si odiaba a Lily por haberla rechazado, o a sí misma por haberla alejado.

Y así, Ruby quedó sola, sumida en sus pensamientos y atrapada en un amor imposible que nunca debería haber existido.

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Autora: Así es como Ruby conoce a Lisa por primera vez sin saber que era su rival número 1.

¿Me extrañaron? ¿Quieres que vuelva a escribir? También los quiero mucho lectores, ¿qué pasará?

LA EX DE MI MADREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora