𝟐- 𝐄𝐧 𝐝𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐥𝐚𝐛𝐫𝐚𝐬 𝐌𝐀𝐋𝐀 𝐈𝐃𝐄𝐀.

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Hoy es el segundo día de clase y no estoy para nada emocionada.
Comprendanme quién quiere levantarse temprano para ir al instituto.

El instituto no es como te lo pintan, un lugar maravilloso donde haces un montón amigos, sales por las tardes  y todo es de color de rosas.

En verdad el instituto es el lugar donde te das cuenta que ya no eres una niña.  Eres una adolescente.
Es donde se pierden un montón de amistades por que en realidad no eran verdaderas si no falsas. Y NADA es de color rosa.

Nunca me ha gutado el color rosa.

—¡Logan!—le grito a mi hermano.

—¡Qué quieres! —me grita él a mi.

—¿Me llevas al instituto?—pregunto mientras me asomo a la puerta de su habitación.

—Hoy no voy.—me informa arisca mente.

Como ni me importa lo que diga,  me siento en la cama. Mientras lo miro,  después de un rato observándolo rompo el silencio.

—Ayer bebiste y hoy tienes resaca.— lo afirme.

—¿Cómo lo sabes?—sale a la defensiva.

—Es natural viniendo de ti.—dije obvia.

— Púes como ya lo sabes,  puedes irte con tu voz chillona a otra parte —me  dijo con un tono de voz molesto y   como si fuese verdad y claramente no es cierto. (O eso es lo que creo yo)

Salí de su habitación. Ya que por  mucho que le pidiera que me lleve al instituto no lo va hacer .

Mi única opción es ir corriendo.

Acabo de batir mi propio récord. Nunca pensé que podía llegar en 10 minutos y atravesar la puerta justo cuando toca el timbre.

Es un milagro.

Al final de la clase veo a Agatha. Como siempre ,  no le gusta ir delante y me hace sentarme al fondo con ella y es horrible (no su compañía) por que de atrás con la falta de vista que tengo no veo nada, pero nada es nada.

—¿Por qué hoy llegaste tarde?— me cuestiona nada más me siento.

—Mi hermano está con resaca.—

—Tú hermano siempre anda con resaca.— dice Oliver llegando.

Oliver es un chico de metro 80, de ojos azules como el cielo y pelo completamente azabache, con un corte Wolf cut. Con bastantes piercing.
Uno en la ceja, uno en la nariz y otro en la comisura del labio.

—¡Oli!—¿Por qué no viniste ayer?

—¿Quién quiere venir un lunes después de verano?— lo dice con una  sonrisa tan natural pero bonita que da envidia. (en el buen sentido)

—Pero igualmente tienes que venir, de  que sirve que faltes el primer día— agregó Agatha.

—Ya..., pero ahora vengo un día menos que ustedes.—replicó Oliver mientras nos enseñaba la lengua al igual que un niño de cinco años.

La profesora de matemáticas entra y nos manda a callar.
No nos queda de otra y nos ponemos a hacer los ejercicios de repaso.

Una vez terminadas las infernales clases, salimos los tres juntos,  miramos el cielo y soltamos un suspiro a la vez.

— Oye, ¿os apetece venir a mi casa a comer pizza?.—nos pregunta Agatha,  mientras seguimos mirando el cielo.

—Nunca se le dice que no a la pizza.— opina Oliver.

—Opino lo mismo.— termino yo.

Después de decirle a mi padre donde voy a estar y que me dijera que me lo pasara bien.
Estamos cruzando  la puerta de la casa de Agatha.
Al llegar al salón se puede apreciar una gata negra como la noche durmiendo. Pero al escuchar los pasos  abre los ojos, los cuales son dos orbes de un color naranja brillante.

—¿Tienes un gato?— Oliver no puede reprimir su cara de sorpresa.

— No..., es la gata del vecino — lo dice con un tono de sarcasmo.

—¿Cómo se llama?—es que mi curiosidad es muy grande.

—Muerte.—y en sus ojos se refleja su orgullo hacia la gata.

—Que original.— voltea los ojos asía atrás Oliver.

— ¿Tienes algún problema?—  le gruño molesta Agatha.

— no, solo que yo le abría puesto un nombre un poco más original...— le sigue picando.

— ¡Chicos ya basta!,Esto no va a llegar a ninguna parte.— intervine yo.
Ya cansada de que estos dos se estén peleando todo el rato.

Ellos no me respondieron directamente, solo asintieron lentamente mientras se miraban como si se quisieran matar.

Oliver llama a la pizzería y nis informa de que en cuarenta minutos estaba.

— ¿Qué tal si vemos una película?— me arriesge a preguntar.

—me parece bien— murmuró Oliver.

—Opino lo mismo— expresó Agatha de la misma forma.

Cogí el mando de la televisión que estaba en el sillón de al lado
y le di play a la primera película que salió en el Netflix.

En dos palabras MALA  IDEA .

Estoy cagada de miedo .
Va sobre una pareja que adoptan una niña, que al principio se porta como un ángel pero eso cambia drásticamente.

Me aferro al cojin como si mi vida fuera en ello.
Mientras tanto, Agatha y Oliver se están riendo exsajerada mente de mi.

La película se termina y por fin puedo respirar tranquila mente.

—No seas una exsajerada— se sigue burlando Agatha de mi.

Al final Oliver me tuvo que acompañar a casa.

— Gracias— le dije abrazandolo como despedida.

— No hay de que, pequeña miedica — dice riendo.

Esa noche al irme a la cama me costó dormir. Y justo cuando estaba a punto de quedarme dormida. Se abre la puerta de mi habitación dejando ver a mi hermano.

—¿Estás despierta?— me pregunta susurrando.

— si— me recuesto en el cabecero de la cama.

—¿Puedo dormir contigo?—

—si—le hago un hueco en la cama y se acuesta  a mi lado abrazándome.

— Buenas noches, Ada—

— Buenas noches, Logan —

En ese momento me acuerdo de todas las noches que tenía pesadillas
y era yo la que le preguntaba si podía dormir con el.
Pero en cambio hoy fue diferente.
El solo me pedía dormir con migo si estaba muy mal.

Mañana tendré qué hablar con el para  averiguar que le pasa.

Al rato me empezaron a pesar los párpados. Así que apage la luz y tape bien con la manta a Logan , le bese la frente como suele hacer el y me dormí.

Nuestro atardecer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora