4- 𝐃𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞́𝐬 𝐝𝐞𝐥 "𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐨" 𝐝𝐫𝐚𝐦𝐚.

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Había pasado el fin de semana muy rápido a mi parecer.

Es lunes. Y volvemos a empezar la misma rutina una vez más.

1– Te despiertas.(aunque te cueste toda la vida en ello.)

2— Te preparas.(Para soportar varías horas sentada soportando a la humanidad que te rodea.)

3— Te sientas y esperas a que las horas pasen.

4– Te levantas y te vas cuando suena el timbre final.

5– Te preparas para el siguiente día.
Esa es la rutina de lunes a viernes.

Normalmente los días son muy monótonos pero por suerte para sobre llevarlo tengo a Agatha y a Oliver.

Al terminar las clases me voy directamente a casa, ya que Oliver se fue a hacer pellas y Agatha se quedó en su casa por dolor de garganta.

Al abrir la puerta de casa me encuentro con la sorpresa de ver a Logan en la cocina comiendo un plato de espaguetis.

—Pero que ven mis ojos, si es mi hermano nunca estoy en casa.—

—Hola a ti también Ada.—

—¿Qué astros se alinearon para poder ver a mi hermano favorito en casa.?—

—Primero, soy tu hermano favorito por que no tienes más.—

—Ya, pero...— no pude terminar  de hablar por que justo me interrumpió Logan.

—No me interumpas que no he terminado de hablar.—

—Tú me acabas de interrumpir.— le replico.

—A mi me parece que la que me estás interrumpiendo eres tú.—

— Creo que te estás equivocando de persona.—

—Señorita, ¿Quién es el mayor en esta sala.?— pregunta mientra me señala.

—Tú.— le respondo resignada.

—Que sepas que los mayores siempre tiene la razón.—

—Si tú lo dices...—

—¿Por dónde iba.?  A si, y segundo no se tiene que alinear ningún astro para estar en mi casa.— termina de añadir.

—¿Qué hay de comer.?—

—Pasta.—

Me sirvo un plato, y comemos en un silencio agradable.
Al terminar voy a levantarme pero Logan rompe em silencio.

—¿Quieres ver una película.?—

—Claro, ¿hago palomitas.?—

—Eso no hace falta preguntarlo.

Al terminarla de ver la película, me giro a la derecha y puedo observar como Logan se ha quedado dormido.
Sin despertarlo me levanto lentamente y le pongo una manta por encima.(para que no pase frío.)

Al llegar a mi habitación me cambio con ropa cómoda, Y me voy a caminar.

Llegó a una pequeña plaza donde en el centro puedo observar una fuente, así que me siento en una esquina.(Hasta que alguien me llama.)

—Ada.— me giro y puedo reconocer a Gabriel.

—Hola Gabriel, ¿Qué tal estás.?—

—Se podría decir que estoy bien. ¿Y tú,  que tal estás.?—

—Bien, gracias.?—

—¿Y cómo está tu amiga la patea bolas.?— pregunta con un tono de burla y la vez de vergüenza mientras se rasca la nuca.

Nuestro atardecer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora