Dulce, Como Café con Leche.

Capítulo 8: Hikari.

Hikari y Esteban salieron del callejón y fueron a un parque donde Hikari pudo hablar con el.

"Mi madre, una mujer maravillosa que nació en la pobreza, sin educación, forzada a trabajar todo el tiempo.

Ella me platico que cuando era una niña, le hizo un trabajo a una mujer de dinero y esta mujer en acto de agradecimiento le pagó enseñándole a leer y dándole una educación muy básica. Ahí fue donde mi madre conoció su primer amor, los libros de caballeros.

Esos libros que contaban sobre actos valientes de hombres que ayudaban a las personas sin pedir nada a cambio, solo porque es lo correcto. Con el tiempo, mi mamá empezó a imitar a esos caballeros, ayudando al prójimo siempre que sea posible y sin pedir nada, más que una sonrisa.

A diario solía decirnos que la vida es maravillosa, gritaba a los cuatro vientos que la vida es maravillosa.

Y yo, cuando era pequeñita, mi mamá me inculcó el ayudar al prójimo siempre de ser posible, y mostrar una sonrisa ante la adversidad.

Pero yo era una niña muy amargada...

A diario solía reprocharle a mi mamá por ayudar a personas que solo querían hacerle el mal o que no le devolverían el favor, pero ella me decía que no importaba y que siempre debemos sentirnos felices de ayudar.

Yo no lo entendía, y un día sin más, mi mamá enfermó...

Pese a que mi mamá había salido de la pobreza, arrastró una enfermedad con ella, y esa enfermedad estaba acabando con ella. En mi última visita, ella abrió su corazón conmigo. —Hikari, mi pequeña... Por favor, aunque yo no esté aquí, deja de ser tan amargada, muestra una sonrisa al mundo y grita que la vida es maravillosa—

Y yo le respondí entre lágrimas. —Mamá, no soy como tú, yo no sé cómo mantener esa alegría como lo haces tu— Mi madre me sonrió, y después tocó mi cabeza. —Solo debes recordar que la vida es maravillosa, comparte ese pensamiento con las demás personas y la alegría llegará sola...—

Entonces apreté las sábanas de su camilla. —¡La vida no es maravillosa! ¡La vida me está quitando a mi mami!— Ella sonrió y miro al techo del hospital. —En el libro del Caballero de platino, en la página 178...—

Y entonces empezó a recitar un fragmento del libro con gran emoción. —'Mi querida dama, la vida no es algo temible; vivir es un regalo maravilloso. Ya sea que elijas explorar el mundo como yo lo he hecho, o bien, optes por construir un hogar con una hermosa familia, recuerda que, al final del día, la vida nos brindará momentos de gran felicidad si mantenemos una actitud optimista.'—

Me quedé callada un momento y ella acarició mi mejilla. —La vida no me está quitando de tu lado, es la enfermedad la que me aleja de ti, la vida no deja de ser algo maravilloso, así que ve y vive, mi solecito— Entonces la abracé por última vez entre ese mar de lágrimas. —¡Prometo que voy a sonreír para ti y dejaré de ser tan amargada! ¡Seré linda y tierna con todos! ¡Así como tú!—

Esa noche, lloré todo lo posible, deje un mar de lágrimas, mi querida madre había muerto. Pero me bastó una semana de duelo y después empecé a cumplir mi promesa. No paré de sonreír, al principio fue algo difícil ser tan alegre con todos, pero no me rendí y así poco a poco logré ser la chica a la que tantas personas admiran.

Por eso me importa tanto que las personas sean felices, no solo quiero ir gritando 'La vida es maravillosa' Quiero que sus vidas sean maravillosas, al menos en los instantes en que me tengan cerca.

Pero... me obligaste a ser fría contigo todo el día ¡Y yo odio eso! Por tu culpa volví a hablar como lo haría mí versión amargada de hace años y eso no me gustó para nada"