No hace falta que decir que Alastor y Lucifer, a pesar del pasar de los años (incluyendo el nacimiento de los nietos del Rey del Infierno), no se llevan precisamente bien entre ellos - y buscan constantemente alguna oportunidad para molestar al otro, a veces en grande & a veces con cosas más pequeñas.
-Aquí tienes Alice~- Lucifer exclamó encantado, dejando en manos de su nieta la correa del perro que él le está regalando. Por supuesto no es un perro normal, es un animal de frondoso pelaje negro & con tres cabezas, cada una babeando bastante.
Esto por supuesto, no parece alterar para nada a la pequeña niña-demonio -¡Perrito!- Alice exclamó encantada, tratando de abrazar como podía al animal, un poco más alto que ella.
"Desgraciadamente" en opinión de Lucifer (y quizás Carlos), Alice se parece bastante más a su padre en apariencia, con la piel de color beige & cabello más bien rojizo-castaño, aunque igual que su madre, la niña tiene una especie de círculos rosados en sus mejillas.
-Awww- Charlie exclamó sacando una foto de la niña con su nueva mascota...
-...Voy a disparar a ese perro.- Alastor, parado de pie al lado de su esposa, y sin quitar la sonrisa de su rostro, declaró como si nada. Siendo bastante claro y directo con los otros adultos, aunque también evitando que su hija pequeña lo escuche.-¡Alastor!- Charlie llamó la atención de su larguirucho y delgado esposo, casi tirándole del cuello de su ropa -No puedes dispararle a la mascota de Alice. Y además es un regalo de mi padre.- La princesa del infierno insistió, inflando un poco las mejillas.
-Como me gustas cuando te enojas conmigo querida.- Alastor mencionó, instantáneamente haciendo sonrojar a su esposa. A Alastor también le gusta cuando ella no está enojada por supuesto, pero a él le gusta todo de la positiva princesa del Infierno.-No empieces a decir ese tipo de cosas.- Charlie le dijo a su esposo, con un poco de humo saliendo de su cabeza. Lucifer obviamente frunce el ceño al ver a su hija tan contenta con el demonio vestido de rojo.
El demonio de la radio dice la verdad en esta ocasión, pero también usa el humor para cambiar la conversación. Seguramente él hará ver la muerte del perro como un accidente...-¿No me digas que le tienes miedo a un perro?- Lucifer, que conoce el disgusto de Alastor por todo tipo de caninos, mencionó dándole un codazo a su "querido" yerno. Obviamente el rey del infierno está tratando de meterse debajo de la piel del demonio de la radio, qué soltó una carcajada en respuesta.
-Yo no le tengo miedo a nada. Excepto quizás, a que me recuerden como buena persona.- Alastor rebutó e insistió orgullosamente a su suegro, con quien ya estaba intercambiando miradas y codazos.
-Ah~ Alice, haz espacio para mamá.- Charlie suspiró acostumbrada a este tipo de peleas entre Alastor y Lucifer, mientras iba a acariciar al cachorro de tres cabezas junto con su hija.