Capítulo II.

837 79 35
                                    


Serie basada en las conversaciones de TikTok, recuerden darle apoyo.









Will solo tenía dos clases favoritas, la de Calculo con su amiguísimo Pedro Herrera y la de Psicología que la impartía Bedelia Du Murier, una profesora que con solo verla sentías la elegancia, la delicadez, la sutileza con la que hablaba, era una maravilla verla. Le gustaba como Murier tenía ese pequeño instinto maternal con todos sus alumnos, especialmente con él, que podía suponer que ya sospechaba aquella mujer que tenía problemas en casa, que por eso era tan retraído, tan tímido, además que claramente se notaba cuando lo dejaba hacer los trabajos solo o le sonreía cálidamente cada vez que se encontraban.

Y la clase de filosofía estaba entrando en el tercer puesto de clases que favoritas, pues a pesar de que aún no comprendía las actitudes de su profesor, era una materia que ocasionaba que su imaginación se desbordara, pues no solo le gustaba cuestionarse sobre si mismo, si no si el pensaba lo contrario como por ejemplo a Kant, que su filosofía estaba sujeta de que una persona puede crear su propia realidad y no necesariamente tenía que ver la realidad en sí.

Que el sujeto podía tener conocimientos y daba forma a las cosas, aunque por un rincón aparecía Hume a tener un debate con Kant de que no era así, pues también por los objetos o situaciones podemos tener un conocimiento mayor o poder saber que elecciones tomar sobre aquella acción.

Muy absorto en esa pequeña discusión en su cabeza con sus amantes filósofos, un carraspeo de garganta lo saco de su cabeza.

-Señor Graham, ¿usted cree en el libre albedrío? - Su profesor Hannibal lo miraba divertido mientras se cruzaba de piernas en su escritorio, sabía perfectamente que no le había prestado atención.

-No.

Aquel hombre de traje se quedo serio por la respuesta rápida, contundente, que le ofrecieron, se incorporó para caminar entre las filas de los asientos, observando como algunos alumnos batallaban para seguirle el ritmo de la clase, otros esperando a que les preguntara también, sin embargo, después de dos minutos de silencio, volvió a dirigirse al menor.

- ¿Por qué no? Si fuera tan amable de ilustrarnos. – Freddy Lounds soltó una pequeña risa con aquel sarcasmo.

-Mmm, porque si tuviéramos libre albedrio hubieran varias situaciones malas, no existiría una balanza sobre el bien o el mal, que pueda guiarnos como sociedad, en pocas palabras, si tuviéramos un libre albedrio no fuéramos capaz ni de ser una sociedad. – Se tomó una pausa mientras ladeaba un poco su cabeza y continuo. – Aunque nos digan que tenemos un libre albedrio que se limita o se asemeja a la libre expresión, no es lo mismo, existen limites que por normativa o incluso por cultura estamos sujetos.

-Ujumm, un poco oscuro señor Graham. -Sonrió con lo último mientras volvía a su posición inicial, enfrente del salón. – Aunque su compañero se haya ido un poco al extremo, lo que menciona es cierto en parte, pues como seres humanos, si estamos sujetos a nuestro entorno, algunas veces eso nos define como la persona que seremos, aunque también pueden pensar por ustedes mismos y no seguir específicamente las reglas, como yo.
Tomo asiento y sonrió a sus alumnos. -A mí me encanta darle un besito a cualquier maestro. -Y el salón estallo en risas por aquella confesión de su docente que los terminó acompañando en las risas. – Es mentira, pero si ustedes quisieran o fueran más curiosos con su entorno o de lo que serían capaces, harían cosas que nadie podría imaginar.

El mayor volvió a su asiento, mientras pasaba lista, Will había quedado maravillado con aquel ultimo comentario, pues muy en su interior el también creía que sería capaz de salirse de los márgenes a los que estaba atado, que podía salir de su casa sin el interrogatorio que le hacía su madre, sin que lo viera mal cada vez que se tropezaba por accidente, que podía irse sin que nadie lo juzgara.

You belong to me. [Hannigram]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora