Capítulo V.

607 53 24
                                    

ESTÁ NOVELA ESTA CONTEXTUALIZADA EN LOS MENSAJES DE TIKTOK.

El cuerpo de Hannibal sosteniéndolo y acariciándolo tenía un efecto narcótico, le gustaba, su cabeza estaba nublada, no sentía el cuerpo, pero especialmente, sentía una tranquilidad abrumadora, como nunca experimentada. Perdió la noción del tiempo, pero poco le importaba, quería quedarse ahí, apoyado en el pecho y cubierto por los brazos de aquel hombre, se sentía bien, se sentía seguro.

- ¿Estás mejor? – La vibración de la voz ronca, lo hizo abrir los ojos, volviendo a su presente. – Sí, si lo estoy. – Todo estaba oscuro, una mínima luz de la luna se colaba entre las hojas de los árboles, estaban solos, en aquel bosque y aún así, se sentía cómodo.
-Bien, ya puedes soltarme. -Sintió frío cuando aquellos brazos lo soltaban, era un tipo de abandono hacia su cuerpo, quería volverse a esconder en aquella camisa, sentir el aroma amaderado con toques suaves de lavanda, pero no parecía que lo fueran a volver a cubrir próximamente. Solo asintió, volviendo a la otra esquina del carro, abrigándose el mismo con sus diminutos brazos.
-Perdón.
-No tengo nada que perdonar, no me molesta, pero ya es bastante tarde, ¿no quieres volver a tu casa? Tus padres deben estar muy preocupados. – No, no quería volver, quería seguir ahí, donde nadie lo perturbaba, donde había paz, involuntariamente negó con la cabeza. – Mmm, ya veo, pero tienes que volver, no puedo tenerte en mi coche para siempre.
- ¿Por qué no? – Frunció el ceño, ocasionando una carcajada sutil de Lecter.
-Por que sería ilegal tener a un menor en mi coche, además, tengo que dar clases dentro de unas... -Sacó su teléfono revisando la hora. – 3 horas y aunque me haya agradado tenerte en mis brazos, quisiera dormir un poco señor Graham.
-Oh, es cierto, perdón. – Will sintió sus mejillas calentarse, asumiendo que estaban rojísimas, estaba avergonzado, solo estaba pensando en él y no en el buen samaritano que lo había ayudado. – Esta bien, puede dejarme cerca de mi casa y yo camino.
Hannibal negó con la cabeza, encendió el coche esperando que el motor se calentara para avanzar. – No puedo dejarte en la calle, Will, son las cuatro de la mañana, hace frío, esta oscuro, ni loco, te dejo en la puerta de tu casa. -Cuando sintió que el motor ya estaba lo suficientemente caliente, comenzó a conducir, saliendo de aquel escondite, tomando la carretera que los devolvía a Baltimore.
-Pero... alguien nos puede ver, ¿no le importa? Pueden crear chismes, de que esta dejando aun alumno en su casa a altas horas de la madrugada.
-Tranquilo, nadie nos verá, además este bebé ronronea, no se escuchará mucho ruido.

Solo asintió y se quedo en silencio, mirando hacía la ventana, la carretera de Baltimore no era de todo bonita o esperanzadora, menos de noche, la mayoría de las calles estaban en penumbras, el clima no ayudaba en nada, pues el frío con la neblina todavía le sumaban una imagen bastante triste, pero esa noche, Baltimore lucía linda, la brisa lo calmaba, aunque su cuerpo temblara un poco, podía sentir su pecho caliente, su mente estaba en blanco, había olvidado lo que experimento, bueno, lo había olvidado solo por esa noche.

Reconoció las calles de su casa, suspiró esperando que sus progenitores estuvieran dormidos, le pesaba un poco haber dejado a Al con el vecino, pero lo iría a buscar mañana, el canino también necesitaba un descanso de la casa de Will, cuando ya estaban cerca de su casa, notó que las luces estaban apagadas, el coche de su mamá ya estaba ahí, un alivio recorrió su cuerpo por verlo ahí, dormiría, aunque sea un poco, pero tranquilo.

Hannibal disminuyó la velocidad y apagó las luces del carro, se estacionó justo en la esquina de la casa, volteo a ver al menor que se veía ansioso, le puso la mano en la pierna de Will para calmarlo.

-Ya, ya, parecen dormidos, sube con cuidado, sin hacer tanto ruido, ¿okey?, ve. -Un Graham aún ansioso le asintió, inhalando y exhalando, le quito la mano, haciéndole un ademan para que se bajara.
-Gracias por traerme y por... ya sabe.
-No tienes que agradecerme, sube.
Will sonrió en agradecimiento, cerró la puerta del carro despacio, caminando hacia su casa, espero que estuviera abierta pues no había llevado sus llaves, cuando giro el picaporte despacio y este giro con normalidad, se sintió feliz, no iba a tener que trepar su casa hasta la ventana, se giró para darle un último movimiento de manos de despedida al mayor y cerró.

You belong to me. [Hannigram]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora