11|Preocupación

1.7K 153 10
                                    

CAPÍTULO ONCE

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CAPÍTULO ONCE.
preocupación

°

La cabalgata fue algo maravilloso, sentir el viento golpeando mi rostro y el agua salpicando mis pies lo fueron todo, luego del mal momento que me había hecho pasar aquel estúpido diario de chismes.

No quería admitirlo y traté de mirar para otro lado, pero fue imposible no poner mis ojos en Pablo, en lo guapo que se veía montando a caballo, hasta me imagine una escena sacada de alguna película de Disney, en donde Pablo era el príncipe azul, montado en su fiel corcel blanco, mientras yo era una princesa que siempre había esperado a su caballero de brillante armadura, aunque pronto la fantasía desapareció cuando me di cuenta de que Pablo no era ni por asomo el príncipe que yo soñaba.

Las chicas me gritaron, llamando mi atención, haciendo que regresará a la realidad y logrando que me olvidará de ese simio poco desarrollado y me concentrará en lo que realmente era importante: mis amigas.

—Eso fue lo mejor que hice en mi vida, los caballos son increíbles y tener el honor de montar uno fue el triple de increíble —hablé con una sonrisa en mi rostro.

—Bueno, chicos, a descansar, porque está noche les espera una noche muy larga —todos miramos confundidos a Sonia—. Porque está noche va a ver una fiesta en la playa.

Todos los chicos festejamos, al parecer iba a ser una fiesta en parejas.

—Chicas, ¿No vieron a Manuel? —pregunté dándome cuenta de la ausencia de mi amigo el mexicano, a lo que todas negaron—. Entonces voy a ir a buscarlo para decirle sobre la fiesta que organizará Sonia está noche.

—¿Qué sucede, Lore? ¿No será que quieres invitar al mexicano ese? —habló Marizza pícaramente y las demás le siguieron el juego.

—Amigos, chicas. ¿Qué parte de la palabra A-M-I-G-O-S no entienden? —todas se rieron en mi cara.

—Luna tienes que hacerle un favor a nuestra amiga Lore con Manuel — Luján se burló de mí.

—Por supuesto, yo puedo hablar con él —negué con la cabeza.

—Nos vemos, chicas. Me voy a buscar a mi amigo personal Manuel Aguirre, con permiso —las chicas comenzaron a gritar diciendo que les contará todos los detalles y yo solo me dedique a cubrir mis oídos.

Me dirigí al hotel sin tener ningún rastro de Manuel, le preguntaba a los chicos y nadie sabía donde se había metido, hasta que dando vueltas, lo encontré hablando con Nico y Tomás, aunque más bien se trataba de una discusión.

—¿No puedes dejarlo un minuto en paz? —pregunté cansada—. ¿Cuántas veces tenemos que decirte que ninguno de nosotros dijo lo de Pablo?

—Tú no te metas, nena, porque contigo tengo otra conversación pendiente —dijo Tomás, apartándome y lanzándose a Manuel, cuando de repente lo tomaron del pecho.

rebel girl ↯ rebelde wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora