¡No Podemos Extenderlo!

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Mientras los rayos del sol se filtran por las cortinas del dormitorio, un silencio tenso envuelve un hogar con una familia numerosa. Pero, por primera vez desde que comenzaron su vida matrimonial las quintillizas y Fuutarou, un velo de incomodidad ha descendido sobre ellos, como si el peso de sus diferencias se hubiera vuelto tangible.

Por lo general, Fuutarou era tan hábil para desviar la atención de cualquier situación incómoda con su ingenio y humor, pero ahora se encuentra ahora en un terreno desconocido. Las quintillizas, cuyas voces solían llenar la casa, ahora apenas intercambian palabras con él más allá de lo estrictamente necesario.

Es como si un eclipse hubiera oscurecido momentáneamente el sol brillante de su unión, dejando solo la sombra de lo que una vez fue una familia unida por el lazo del amor... y el caos.

Ante esto, solo un extra podía intervenir en este problema para arreglarlo. Porque, las niñas a duras penas comprenden lo que pasaba, no esperen qué tengan el iq igual de elevado que las de responsabilidad al quintuple. Aquí no hacemos eso.

— T-Tía Raiha — Rena abrazo a su tía, totalmente temerosa — T-Tengo miedo... —

— Rena-chan ¿Qué sucede? — La preocupación de Raiha se elevó, pues había recibido una llamada inesperada de parte de Yuki quien le transmitió su incomodidad por todo lo que pasaba en la casa — ¿Donde estan las chicas y Onii-chan? -

— C-Creo.... Creo que se van a divorciar —
Rena titubeó.

Ante este tumulto, Raiha no pudo evitar sentir preocupación. Las tensiones entre las quintillizas y Fuutarou habían alcanzado un punto crítico, y la atmósfera en la casa era muy tensa.

Entró en la casa con la pequeña a cuestas, quien la llevó directamente a la sala donde Fuutarou y las cinco hermanas estaban enfrentados. La expresión de Fuutarou era tan indiferente como el gato del autor durmiendo al sol, mientras que las hermanas parecían estar a punto de explotar en una tormenta de furia tan grande como la de un jugador de LoL en promo.

Las otras tres pequeñas observaban la escena desde la distancia, preocupadas como pollos en un gallinero durante un eclipse lunar.

Y, bueno, Hiroko tenía la desafortunada coincidencia de estar sentada en el sofá de la sala, convirtiéndose en el epicentro involuntario de la tensión.

— Bien, no tengo idea de qué está pasando, pero esto tiene que acabar — dijo Raiha en voz alta, interrumpiendo el caos — Explíquenme qué demonios está pasando -

— Ahora no, Raiha-chan —dijo Nino — Necesitamos tener una charla con nuestro esposo, el infiel de Fuu-kun —

— ¡No estoy siendo infiel! —
Exclamó Fuutarou, con un toque de euforia.

— No cambies de tema — dijo Yotsuba — Estás viéndote con una chica de preparatoria, y queremos saber por qué —

— Son mis asuntos —
Replicó Fuutarou.

— ¡Sabías que eso nos molestaría! — exclamó Miku —¡Eres un descarado! —

— ¡¿Y qué?! — volvió a exclamar Fuutarou — Es molestarlas o ser molestado —

— ¿Alguien puede sacarme de aquí? —
Se preguntó Hiroko, soltando unas leves lágrimas cómicas.

— Si no podemos confiar en un infiel - dijo Itsuki — Quizás no podamos confiar en ningún hombre nunca más —

— Pero ya pe, la puta madre que no soy infiel causa —

— ¡Pero ya basta! — intervino Raiha — Seguro es un malentendido —

Fuutarou... ¡Haste responsable de tus hijos 3!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora