En su oficina de trabajo, Fuutarou se encontraba sentado en su escritorio con una expresión fúnebre en su rostro.
Desde que volvió al trabajo hace dos días, esa expresión en su rostro no cambiaba. Era como si de alguna forma su alma hubiera abandonado su cuerpo, sus ojos estaban abiertos casi siempre pareciendo los mismos que de un pescado muerto.
— ¿Sabes que demonios le pasa? —
— Maeda le pregunto a Takeda, ambos se encontraban atrás de la entrada a la oficina — Parece como si le hubiera vendido todos sus derechos a Disney ——Bueno, es normal que se vea tan negro si tiene las luces apagadas — Takeda respondió — No lo sé, a duras penas me enteré que esta así luego de la fiesta de cumpleaños de su hermana —
Después de la fiesta de su hermana, Fuutarou comenzó a cambiar su comportamiento de manera notable. Las risas que solían resonar con facilidad en su presencia ahora eran escasas, reemplazadas por un silencio tenso. Su mirada, una vez cálida y amistosa, se volvió distante y esquiva. Cada gesto suyo parecía cargado de una carga emocional que antes no estaba presente.
Sus amigos notaron de inmediato este cambio. Durante sus encuentros habituales, se dieron cuenta de que Fuutarou parecía estar luchando contra algo invisible, algo que lo mantenía atrapado en sus pensamientos más profundos. Su actitud se volvió más fría y reservada, como si estuviera construyendo muros alrededor de sí mismo para protegerse de algo desconocido.
Incluso en los momentos de distracción, cuando compartían risas y bromas, sus amigos podían ver la sombra de la preocupación que se cernía sobre él. Se preguntaban qué podía estar pasando en la mente de Fuutarou para que se mostrara tan distante y reservado. No querían presionarlo, pero al mismo tiempo, estaban ansiosos por ayudarlo de alguna manera.
— Intentaré animarlo — Maeda entro con toda confianza a la oficina — Oye Uesugi ¿Sabes que hace una mujer fuera de la cocina? —
— ¿Qué? —
Fuutarou pregunto, aunque realmente parecía desinteresado.— Turismo —
— Ah, bueno —
— Oye, haz estado bastante apagado estos días ¿Sucedió algo? — Takeda se acerco y pregunto — ¿Acaso paso algo? —
— Nada digno de contar —
— Con esa cara de muerto que te traes es realmente poco creíble eso —
Maeda dijo.— Pues muchas gracias por su motivación par de idiotas —
— Pónganle una falda a la niña —
— Maeda, pienso que deberías tomarte un poco más en serio varias cosas — Takeda suspiro — No entiendo como alguien como tu va a ser padre por segunda vez —
— ¡Oh, vamos! — Maeda rodo los ojos — Mira a Uesugi, es probablemente el tipo más racista que conocemos y a la vez el que más le sabe al humor negro, tiene cinco mujeres para el solo —
— Bueno, el por lo menos tiene méritos para eso en cambio tu... Bueno, eres tu —
— Deja la envidia, tu andas soltero porque eres bien pendejo —
— ¡No es por eso! Además, lo que me pasa a mi tiene otro nombre —
— ¿Adicto al porno? O más bien ¿Espanta viejas? —
— ¡No es eso! —
Fuutarou simplemente los observaba discutir en silencio, pareciendole un poco ridícula la conversación.
Pero Maeda andaba basado, eso no lo podía negar.
— 7 palabras Takeda — Maeda lo observó seriamente, mientras colocaba una canción en su celular a todo volumen — Esencia —
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Fuutarou... ¡Haste responsable de tus hijos 3!
Fiksi Penggemar¿Una comedia romántica? ¡Por favor!