Hoy había amanecido nublado, y es que me costaba acostumbrarme al cambio de clima entre Miami y Londres. Para rematar, en la noche Sabri había trepado en nuestra cama y acostado en medio, parece que estaba soñando a ser futbolista o luchadora de UFC porque sentí sus patadas toda la noche.
Tuve que venir tan rápido que con suerte pude maquillarme como corresponde, sin desayuno, pero Keana había hecho un café en un vaso térmico y un sandwich con mantequilla de maní. Me había salvado la vida, literalmente.
Luego de la primera semana trabajando como analista, el viejo Kimmich no había solicitado mi presencia en ningún momento, por lo que solo me limité a hacer mi trabajo como analista. Con el dinero que había llegado del finiquito de Keana estábamos pensando en comprar un auto familiar, debíamos hacer aquello el fin de semana sin falta, y ver que tan difícil es manejar al revés, por supuesto. Subí con mis airpods puestos a todo volumen, podría jurar que el resto escuchaba, pulsé la ultima planta y sonreí a todas las personas que se iban incorporando al ascensor, aunque ni la mitad de ellos me devolvía la sonrisa. Putos amargados.
Llegué a la última planta y me di cuenta de que la otra secretaria estaba ahí, clavó su mirada en mi y yo alcé la mano como saludo, ella hizo lo mismo, ya nos presentaríamos como corresponde.
—Buenos días Dinah —Dije y la rubia levantó su mirada y sonrió.
—Buenos días Lauren —Entré sin mucha ceremonia a mi despacho, que ahora estaba decorado con algunos cuadros y plantas dándole un estilo más hogareño. Justo en mi escritorio estaba un cuadro de las tres; Keana, Sabrina y yo.
Me senté en mi escritorio y prendí el computador, la semana pasada me había propuesto comenzar con los análisis de 5 años atrás, ya me faltaban 2 años y todo iba bien hasta ahora, algunas crisis, pero nada que no se haya podido recuperar. Seguí estudiando las estadísticas de los años anteriores hasta que encontré un error, faltaban más de 1 millón de libras esterlinas. Fruncí el ceño e imprimí el documento, destaqué toda la información de nuevo para cerciorarme de que estuviese correcto. Seguí buscando, ahora en un trabajo mucho más minucioso, seguí encontrando desfalcos de dinero, los imprimí todos, y los dejé en una carpeta para hacérselo llegar al señor Kimmich. Justo cuando iba a salir de mi despacho hacia el del viejo, mi móvil sonó y el nombre de Keana apareció en el móvil.
—Hola cariño —Escuché tras la línea, sonreí involuntariamente.
—Hola Ke —contesté esta ves dirigiéndome a los sofás que habían.
—Quería contarte que tengo la prueba para convalidar mis estudios en dos días más —Sonreí ante la noticia.
—Eso es excelente, cariño —Dije aún con la sonrisa en mis labios, una tierna risa se escuchó —, lo lograrás, estoy segura de eso.
—Gracias Laur —Escuché un suspiro al otro lado de la línea —, tendrás que llevártela a tu trabajo, a Sabrina, digo —Reí ante su redundancia.
—Lo sé Ke, si quieres vienen hoy a buscarme, y vemos todas las instalaciones juntas, así Sabri se familiariza con el lugar —Un grito se escuchó en la otra línea.
—Sí, sí, Lo, te tengo que cortar, tu hija al parecer comió azúcar, ha estado corriendo por toda la casa —Reí, ya quería ver a mi pequeña princesa.
—Nos vemos —Keana me cortó de inmediato, me sentí algo culpable por que ella debía estar lidiando con todo aquello. Suspiré, recordé que era lo que tenía que mostrarle al viejo Kimmich, tomé la carpeta y salí hecha una bala hacia la oficina del viejo, Dinah hizo un amago para decirme algo pero entré sin hacerle caso. El viejo estaba buscando algo en su escritorio, su ceño se frunció al verme, luego desvió la mirada a los sofás, una cabellera castaña estaba de espaldas a mi, miré nuevamente al frente y le tendí los informes.
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Bad Kind of Butterflies (Camren G!P)
FanfictionLauren y Camila; alumna y profesora respectivamente, mantenían una relación clandestina mientras la última estudiaba negocios en una reconocida universidad. Todo fue increíble para ambas mujeres hasta que, Matthew, el esposo de Camila, le propina un...