Bad Kind of Butterflies (Camren G!P)

V: El pasado es pasado

Estaba en mi despacho buscando información sobre el paradero de las benditas libras esterlinas, el viejo Kimmich me había dicho que había hecho una denuncia, y que pronto debía entregarle toda la información que como empresa manejábamos. Alguien golpeó la puerta, fruncí el ceño y alcé la mirada para ver como Camila entraba a mi despacho. Tragué la bola de metal que se había formado en mi garganta.

—Camila...

—No te disculpes por lo que pasó en el baño, Lauren —Ella me regaló una media sonrisa —, no eres una persona violenta, sabía que no me ibas a hacer nada, te conozco —sentí asco de mi misma al recordar el suceso del baño—, no te martirices por lo que ocurrió, de verdad te lo digo, ya no soy la misma.

—¿Y el niño? —Camila apretó la mandíbula y desvió la mirada de mi.

—Su nombre es Félix —presentó—. Me parece redundante decir que eres su madre, son iguales.

—¡¿Por qué no me lo dijiste?! —alcé la voz. Camila negó con la cabeza tranquilamente —¿Sabes lo culpable que me siento por estar ausente en la niñez de mi hijo?

—El pasado se ha quedado ahí Lauren, en el pasado —respondió —, no debes sentir culpa por las cosas que no hiciste, menos ésta, que realmente estaba al otro lado del Atlántico.

—Camila ¡Por dios! —Exclamé con rabia —, es mi hijo, mi maldito hijo y tu no fuiste capaz de decírmelo ni siquiera ahora que nos hemos vuelto a ver.

—No lo creí necesario... —Susurró mientras caminaba a la mesa de centro y se servía agua en un vaso.

—¡Dios, Camila! ¡Es una fotocopia de mi! ¿En qué estabas pensando? —Le reproché. Camila apretó su mandíbula y me miró desafiante, aquella misma mirada que había visto en la cena con los inversionistas.

—¡¿Crees que fue fácil?! —Me respondió mientras se avecinaban lágrimas en sus ojos —¡¿Crees que fue fácil escapar, llegar a otro país, empezar de cero y con una copia idéntica a ti?! —La miré sorprendida ante su arrebato —¡No fue fácil! ¡Nada de eso fue malditamente fácil Lauren! ¡Te amaba joder, pero casi me matan por amarte!

Eso fue lo que necesité para quebrarme yo, caí en mi asiento del escritorio con fuerza, se deslizó hasta la ventana, choqué con algo de fuerza en la ventana y el pánico invadió mi cuerpo al dimensionar la altura en la que estaba, si esa ventana se hubiere roto, o no existiera, había caído. Miré hacia el frente y Camila tomaba el marco de mi escritorio divisando a mi pequeña familia.

—Se llama Sabrina —respondí. Ella alzó su mirada con lágrimas. Aunque fuese una mujer distinta, seguía conociendo esa mirada, sobre todo de dolor.

—¿Quién, tu esposa o tu hija? —respondió con algo que identifiqué como veneno en su voz y yo cerré los ojos con dolor —. Félix sabe que eres su madre —ese comentario me sacó de mi trance. Casi me desmayo de la impresión cuando dijo esas palabras —, jamás le oculté quien eras, el entiende que no sabías de él, que me había ido sin decir adiós y no sabía de ti.

—Camila... —ella alzó una mano, sabía que significaba ese gesto, lo hacía cada vez en clase cuando quería seguir una idea sin interrupción.

Ella sacó de su bolsillo su billetera y sacó dos cosas, más bien dos fotos. La primera fue una foto tipo carnet que Camila había sacado de un carnet de la biblioteca de mi barrio, era una foto mía con unos lentes cuadrados, abajo estaba mi nombre y mi DNI.

Flashback

Había sacado la semana pasada mi licencia de conducir, estaba esperando hasta tarde a Camila a que saliera de su despacho, me había prometido que me prestaría su carro para demostrarle que si sabía. Cuando subimos al carro Camila me pidió mi billetera, sacó mi carnet de conducir y sonrió orgullosa, así como cuando me entregaba una prueba en donde me había ido bien, ella siguió revisando todo dentro de allí y encontró mi viejo carnet de biblioteca. Buscó en la guantera del auto y allí había una navaja suiza.