Celestial Sonic

Live and learn, another me

[ADVERTENCIA BESO INCOMODO]

«Siempre había pensado que a María le hubiera encantado ser reconocida por los demás... Aunque sabía que el reconocimiento que ella hubiera deseado es el de una vida normal...»

Entre el infinito tiempo y largas escapadas llenas de aventuras, Shadow the Hedgehog y el Celestial Sonic se habían aventurado en un mundo donde el plan del Vacío iba por buen camino. Separar a ambos erizos entre sus viajes por los mundos, cada uno deambulando por mundos diferentes sin tener idea alguna de dónde estaba el otro.

El gigante aún tenía que perseguir el Vacío con ideas de consumir, mientras que Shadow se perdía entre una variedad de portales para finalmente caer a una tierra, donde lo primero que vio lo hizo dudar... Aquello era una estatua gris con la imagen detallada de Maria Robotnik, acompañada de un par de alas que la hacían parecer un ángel mirando a los vastos cielos.

«Pero esto... Esto nunca habría sido lo que ella quería.»

El erizo pudo ver con sus ojos rojos a una variedad de ciudadanos, todos ellos se encontraban alrededor de la gran estatua angelical, rogando en oración por una sola palabra. Libertad...

Cuanto él más miraba esta extraña situación, más confundido se sentía, pero Shadow no podía pensar más ya que algo lo había noqueado detrás de la cabeza. Lo último que pudieron ver sus ojos fue la silueta de alguien que lo arrastraba hacia las profundidades de las sombras.

. . . .

Oscuridad... Lo primero que ve el erizo con sus ojos entrecerrados fue la oscuridad y la fuerte sensación de las cadenas en sus manos y pies que lo aprisionaban.

—¡No tiene sentido! Deberíamos torturarlo por haber arruinado nuestro mundo...  —él pudo escuchar algo, un susurro de alguien.

—No, eso no es lo que nosotros haríamos. Él si...—otra voz familiar lo hizo al fin despertar.

Al abrir por completo sus ojos, Shadow pudo distinguir las siluetas a su alrededor, en su mayoría eran diferentes guardias animales antropomórficos que protegían a sus dos líderes. Esos eran Sonic the Hedgehog y Tails Prower pero ambos líderes eran muy diferentes a los amigos que el propio erizo conocía.

Aquel Tails era un zorro adolescente por su altura y su vestimenta diferente, ya que tenía unas gafas de aviador arriba de su cabeza, una bufanda marrón por su cuello, aun tenía sus clásicos guantes blancos pero con un par de muñequeras marrones, un cinturón marrón por su cadera y botas marrones grandes. Mientras que Sonic seguía siendo el mismo Sonic con su vestimenta clásica. La única diferencia en él era la edad y el tiempo que lo había marcado.

—¿Dónde estoy?... —Shadow les preguntó a todos con cansancio, sus palabras asustaron a la mayoría de los protectores que apuntaron sus armas contra el erizo.

—Vaya, el rey despiadado ha despertado. —dijo irónicamente una de las equidnas del grupo, ella cambió su expresión neutral a ira. —¿Dónde está la reina Sally? ¿¡Dónde la encerraste monstruo!?

Shadow no respondió, ya que no tenía idea de quién era esa "Reina Sally" que mencionó la chica. La equidna se molestó por su silencio y preparó sus puños para golpear al erizo oscuro.

El golpe nunca llegó porque Tails lo evitó.—De esta manera no obtendremos respuestas, él nunca nos dirá dónde la encerró... —el zorro soltó el puño de la chica y también observó a Shadow con el mismo enojo que todos. —Si lo dejamos encerrado con esos anillos que retienen su poder, todo Mobius estará a salvo de su tiranía.

Shadow ahora entendió por qué no sentía energía corriendo por su cuerpo y solo la debilidad lo recorría, eran los nuevos anillos que tenía ahora, estos lo retenían para cancelar su poder y transformarlo en cadenas.

«Zorro astuto... »pensó Shadow, en el fondo admirando la inteligencia de Tails. «Pero no logran del todo capturar a su verdadera presa.»

Toda esa situación era un caso perdido según todos los presentes que querían encerrar al erizo para siempre, excepto Sonic que todavía tenía dudas sobre su prisionero.

—Chicos, quiero que me dejen a solas con él. —Sonic ordenó de manera amable, los guardias cumplieron a su pedido pero en cambio el zorro y la equidna no lo hicieron. —Por favor también ustedes dos.

La equidna y el zorro dudaron unos segundos, hasta que al ver una sonrisa confiada de su amigo azul finalmente decidieron cumplir su pedido, dejando solos al prisionero y al líder.

Shadow esperó cualquier reacción que le diera el erizo azul. Después de todo, ya ha conocido a tantos Sonic's con diferentes personalidades e ideales que ver a uno capaz de lastimarlo para obtener información no lo sorprendería.