6.
◇Ley◇Draven no apareció durante las próximas horas, o eso supuse. No sabía si habían sido solo horas, o días enteros, o simplemente minutos.
Rodeada por nada más que la soledad y el silencio de la celda, concentré gran parte de mi poder en una sola zona de mi cuerpo: mi pecho, donde antes había un latido, y ahora no.
Intento buscar aquél lazo, el que me unía a mi presa, Khaos, pero este estaba apagado por completo. No era más que un camino de cenizas del que no podía agarrarme.
No había modo de reconstruirlo, de remediar lo que La Sombra hizo para evitar mi comunicación con la vida.
Dejo escapar el aire lentamente de entre mis brazos, volviendo a soltar el poder que fluía en mis venas, permitiendo que fluya con normalidad por todo mi cuerpo, alimentándolo.
Decido que si no voy a entrenar durante el siguiente periodo desconocido de tiempo, entonces meditaria un poco.
Tenía mucho que hacer, y ningún plan definitivo.
Jamás me moví sin un plan, por mucho que este al final fallara o fuera sustituido por otro. Y esta vez no sería la excepción.
Así que recordé cada una de las personas, tanto vivas como muertas que podrían ayudarme, que tendrían algo que ganar o nada que perder.
Hice una lista mental, una rápida, imaginando el cómo podría contactarlos y convencerles de estar en mi lado. Imaginé los papeles que tendrían en el plan, si serían solo una fuente de poder o mis ojos y oídos aquí.Recordé las palabras de los libros de la biblioteca de los pícaros. Libros que tenían tanta información codificada, una que logré leer, comprender y aprender.
Ahora esa información era imprescindible. Y solo conocía a un demonio que podría ir y leerla, y así estar al tanto del complejo plan que acababa de ensamblar.Los príncipes demonio no podían ser drenados de poder, ni quitarles la consciencia por mucho rato. Mucho menos enviarlos al más allá.
Pero quizás podía enviarlos a un lugar más podrido que el mismo Medio. Un lugar donde las cenizas cubrían las tierras, la lucha por la libertad dejó de ser por ella, y la venganza cegó hasta al más inocente. En aquél páramo desolado, donde la esperanza se había extinguido como una llama en un océano, donde el viento sonaría como el último suspiro de un moribundo, donde el llanto de terror, el pánico y la muerte reinaban... Ahí estaría su castigo: la vida.
Como era de esperarse no sabía cuanto tiempo pasó desde que había cerrado los ojos. Pero cuando los abrí a causa del sonido de la puerta siendo empujada, una sonrisa se formó en mis labios.
Draven ingresó en silencio, y cuando estuvo a dos pasos de mi se dejó caer sobre una rodilla.
-Estuviste pensando- murmura observando mi postura. La oscuridad de la celda se hace más profunda, como si esta misma intentara aislarnos del exterior, escondernos de los ojos y oídos no deseados.
-No voy a seguir las reglas de La Sombra- respondo en voz baja.
-El Torneo es dentro de dos horas. No hay mucho tiempo.
-Necesito que regreses con ellos. Necesito que te quedes ahí y que los protejas. Voy a abrir celdas que no deberían abrirse, voy a liberar enemigos a cambio de acabar con otros. El Medio no será seguro por un tiempo.
-¿Cuál es tu plan?
-Lee el libro que escondo bajo el colchón de mi lecho, lo comprenderás todo entonces. Vete. Tengo que ponerme en contacto con los demás.
-¿Quiénes?Pero no le contesto, solo le regalo una sonrisa de lado, una que no llega a mi rostro.
-Vete.
Y acaba por obedecer, las sombras de la habitación consumiendolo hasta que desaparece.
Me pongo en pié de un movimiento rápido y salgo de la celda rompiendo la puerta a mi paso. Varios demonios corrieron a atraparme pero no llegaron muy lejos antes de que con los tentáculos los atrapara a todos, clavándolos en las paredes. No acabando con ellos, pero impidiendo su movilidad. Los dreno de su magia, absorbiendo tanta como puedo, dejando que la sensación aceitosa del poder de los demonios inunde mis venas.
Salgo del palacio donde se me retiene extendiendo mis alas cuyas plumas blancas son envueltas con polvo dorado.
El poder Shooter se manifiesta, los anillos dejando paso ahora a pequeños cristales que brillan y me envuelven. Levanto el vuelo y me dirijo hacia donde la primera persona residía.Nixie, en el Medio Origen.
♤Un cosquilleo en el pecho, seguido de mi corazón que decide saltarse un latido. Siento por un momento que estás al alcance de mi mano, pero yo sin tener una mano. ¿Estabas aquí o fue un sueño? ¿Estás de camino o te has rendido?♤
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El Mar de los Desechos
FantasyEl Medio era un lugar de oscuridad asfixiante, luz cegadora, mal ardiente y deseos pecaminosos. Estar ahí era sinónimo a estar muerto. Estar ahí es un recordatorio de que no estaba en el continente con sus seres queridos. La guerra en el continente...