Capítulo 5

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Ada Hoffman

Duele, duele mucho verlo feliz con alguien más. Pero yo no estoy bien, y mientras no esté bien mentalmente no podré estar nunca con él.

Bien dicen que a veces nosotros mismos somos nuestro peor enemigo, yo fui mi propia enemiga, me llene de tanta culpa y miedo, culpa por algo de la que yo no era causante.

¿Pero como le explicas a una mujer que fue abusada sexualmente casi toda su niñez, sus primeros 10 años de vida, por el hombre que debía cuidarla, que no era su culpa?

¿Cómo le explicas a esa misma mujer que fue abusada por sus amigos de la universidad, que tampoco fue su culpa?

Cómo le explicas hasta hacerle entender que no fue su culpa.

Me culpe día tras día, semana tras semana y años tras año, las pesadillas me perseguían para todos lados. Hasta tal punto que ya no toleraba estar cerca de ningún hombre, ni siquiera de mis hermanos, ni siquiera del único hombre al que he amado.

Y muchas veces me dije ¿porque hacerle estar con una mujer rota, una mujer que fue drogada y abusada? Creía que iba estar bien yendo a terapia y sin decirle a nadie, pero nada funcionaba, yo no estaba bien, y sabía que tal vez nunca lo iba estar, por lo tanto no podría ofrecerle un futuro a Ernest.

Si él se enteraba de todo lo que había pasado realmente, sé que no me iba dejar ir, que se iba quedar y cuidar de mi. Por eso tuve que romperle el corazón, tuve que aguantar mis lágrimas el día que le dije que me había interesado en alguien más y lo había besado, cuando era todo lo contrario, tal vez me besaron, pero lo hicieron sin mi consentimiento, mientras estaba inconsciente por alguna droga.

Mis primeros 10 años de vida puedo catalogarlos como los peores, lo único que recuerdo de esos días era pasar hambre y miedo, miedo a cuando nuestros padres biológicos llegaran a casa. Todo eran peleas y gritos, discusiones entre ellos dos por quien se comía el último pedazo de comida, mientras que mis hermanos y yo teníamos que compartir un pedazo de pan si bien nos iba.

Pensé que podría superarlo, que iba vivir el cuento de amor con el chico del que me enamoré desde que era niña, pero no conté con que la vida me iba golpear tan fuerte otra vez.

Aún no estoy bien para tener una relación, pero eso no significa que no me duela verlo enamorado de otra mujer, que la vea como un día me vio a mi.

Así que ahora solo me toca observar como él está haciendo su vida con una buena mujer, porque si, es una buena mujer, aunque aún no la conozcan en persona, sé que él no se enamoraría de alguien malo, aparte se le ve tan feliz, mamá la aprueba, papá también, mis hermanos también, yo la apruebo aunque mi opinión sea la última que él quiere.

-¿Ada?

Volteo a ver a mamá, sus ojos castaños me ven con preocupación, le sonrío para tratar de calmarla.

-Estoy bien.

Sigo batiendo la mezcla para mis galletas, puedo sentir su mirada en mi, mi labio inferior tiembla cuando ella pasa sus manos por mi cabello, peinándolo con delicadeza.

-Cielo, sabes que te amo y me preocupas, hace dos años que decidiste regresar a Alemania, no sales de casa al menos que sea a la universidad, y solo estás estudiando fin de semana.

Quédate Conmigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora