Capítulo Quince

422 87 1
                                    

Sebastian terminó en la cocina con Max, bebiendo una taza de té y respondiendo a las muchas preguntas de la otra sirena lo mejor que pudo. Repasó la historia de su padre y su madre una vez más y cómo había llegado a huir de su manada. Después, se quedaron en silencio durante unos minutos, Sebastian contento por el breve respiro.

—¿Kimi te habló de Patricio? —preguntó Max.

—Um, él es tu hijo, ¿verdad?

—Así es, mío y de Sergio. Tiene diez meses y lo hemos estado observando como halcones, preguntándonos qué significará para él ser mitad lobo y mitad sirena.

—¿Es un Omega?

—Alpha —dijo Max, revolviendo su té distraídamente—. Definitivamente Alpha.

—¿Y él puede cambiar?

—Oh sí. Lobo en tierra, sirena en el agua —Max lo miró pensativo—. ¿Estás diciendo que no puedes?

—Puedo convertirme en un lobo —explicó Sebastian—. Pero nunca he sido capaz de cambiar en el agua de la forma en que mi padre dijo que podía hacerlo mi madre —Tomó otro sorbo de té, evitando la mirada compasiva de Max—. Probablemente era mejor así, más seguro.

—Más fácil de ocultar —estuvo de acuerdo Max—. ¿Entonces eso significa que nunca lo has sentido?

—¿Sentir qué? —La conversación estaba virando en una dirección inesperada.

—La llamada del mar. Todas las sirenas lo sienten, pero... especialmente los Omegas, antes de tomar pareja.

—¿Por qué es eso? —Trató de verlo desapasionadamente, desde el lado científico de las cosas. ¿Por qué las cosas eran como eran, cuál era la lógica?

—Supongo que por nuestro impulso de procrear. Si nuestro compañero no nos encuentra, debemos salir al mundo para encontrarlos.

—Pero encontraste el tuyo justo aquí.

Un lobo Alpha acoplado a una sirena... parecía casi increíble si no fuera por su propio linaje.

—Tuve mucha suerte —dijo Max, sonriendo para sí mismo—. Aunque si le preguntas a Sergio, él diría que fue el afortunado.

Sebastian retrocedió al darse cuenta de que Max le había dicho algo importante, algo a lo que también había aludido Kimi.

Kimi dijo que las sirenas no eran alfas y Omegas sino algo similar.

Max sonrió ante eso. —Las similitudes en el desglose por género son notables entre nosotros y los shifter lobo, lo suficiente como para que la nomenclatura sea casi intercambiable. A Kimi no le gustaría admitir eso. Y no ha pasado suficiente tiempo entre hombres lobo para hablar con autoridad.

—¿Pero tú sí?

—Sergio y yo somos compañeros —dijo Max, levantando una ceja—. No hay mucho más cerca que dos personas puedan estar.

—¿Y no te preocupa que tu compañero sirena llegue un día y arruine todo?

La expresión en el rostro de Max cambió antes de dejar escapar un triste suspiro.

—¿Cuánto te contó Kimi sobre la sociedad de las sirenas hoy?

—No mucho —admitió—. Él era el que hacía las preguntas.

Sebastian no se había sentido lo suficientemente valiente como para cambiar las tornas.

—Te gusta, ¿verdad?

Parpadeó hacia Max, sintiéndose un poco alterado por el rápido cambio de tema.

—¿Kimi?

—Sí, Kimi—, dijo Max, sonriendo de nuevo.

hidden 2 |SIMI|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora