Emergencia

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Miau-ricio Pérez

No hay nada mejor que el olor a esclavitud por la mañana. Checo mi inepto dueño limpiaba mi caja de arena con cara de asco.

-¿Como algo así puede salir de un ser tan adorable?

Si, si lo se soy hermoso.

Pero después de rascarme las orejas, vi de nuevo ese ceño fruncido , cara y olor a preocupación, tomo unos papeles de la barra de la cocina y se paso una mano por la cara.

-¡Mierda! Miauricio no se como le haremos para llegar a fin de mes. Renta, Agua, Luz , Internet comida -me miro-lo siento pero creo que no habrá sardinas estas semanas

Espera...¿Que?.

Proferí en maullidos molestos. Checo se fue pero esto no se queda así, lo seguí con mi esponjosa colita en alto, mire con atención como se ponía la bata del hospital, me sonrió, se agacho y me puso la pechera. era hora de ir a trabajar, yo era un elemento muy importante a la par del jefe y dueño del hospital Veterinario,  Fernando Alonso, el me encomendó la tarea de que todos en ese lugar hicieran sus funciones, era agotador. pero alguien tenia que hacerlo. principalmente era duro con Checo que a veces holgazaneaba hablando y dando caricias a perros, gatos, loros, arañas y todo lo demás. tenia que morderlo para que volviera a hacer lo que se supone que debería hacer.

-Hora de irnos

Trepe a su espalda y tomamos el habitual camino al hospital. Casi siempre subíamos al mismo autobús con el mismo chofer.

-Oh...Miauricio ¿nueva pechera? se te ve muy bien-el chofer busco entre sus cosas y me dio un pedazo  grande de mortadela. Checo lo tomo y sonrio

-Gracias Gunther.

-Chico te ves muy mal ¿Qué pasa?

-La vida

Gunther le devolvió la sonrisa con pena

- Eres fuerte... todo pasa, tanto lo bueno como lo malo. solo son deudas, todo estará bien. recuerdas lo que me comentaste cuando falleció mi loro que por el no me debía rendir y caer en depresión que se sentiría triste, fuiste de gran apoyo e hiciste todo por salvarlo te estoy agradecido, si necesitas algo lo que sea dímelo, tengo algo ahorrado

-No es necesario. gracias

Checo emano el olor de la vergüenza 

Un humano dijo algo y Gunther le grito, así que Checo se apresuro a sentarse. maúlle con disgusto, cuando Checo con disimulo comió un poco de la mortadela

-Lo siento pero debes compartir, no he desayunado 

Maullido molesto

Checo rodo los ojos

-Bien, toma atragantate.

Llegando al hospital, ya habia muchas personas caminando de aquí para allá, Checo dio de alta su  entrada y fue hacia la recepción donde tenían sus archivos y citas para el día, también el  estaba mi almohadita de recibimiento, que estaba a lado de mi archienemigo el Recepcionista George Russel. Le bufe

-¡Miauricio!

-Pequeña bola engendro de Satanás-dijo el rubio sentándose pasándole a mi dueño carpetas

Humano nadaqueveriento.

-Mira -se levanto las mangas-Mira Checo, lo que tu gato me ha hecho 

Lo habia rasguñado solo un poco, ni aguanta nada la princesa. Eso le hará pensar la próxima vez que quiera poner flores a  mi lado

Celestinos con cuatro patasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora