Altaír

Malfoy

Llegó el día de la primera prueba. Los espectadores íbamos sentándonos en las gradas. Algunos querían ir en primera fila y otros en medio, pero todos cerca. Yo preferí sentarme en una esquina arriba del todo. La ratita de biblioteca se había dado cuenta pero no se acercó. Quien sí lo hizo fue Malfoy, quien ya no se pudo mover de sitio hasta que terminase la prueba.

-Vaya, vaya... mira a quién tenemos aquí.

-¡Que sorpresa! Si es el de la varita incontrolable -me burlo.

-Eso no fue por ti, sino por el agua fría -se excusa.

-Entiendo -me arrimo y se tensa-. Y ahora te has puesto rígido por...

El chico me apartó de él y me eché a reir.

-Menudo imbécil -se queja Altaír.

Deja que me ría un poco.

-A mi no me hace gracia.

Miro a Altaír que esta completamente serio.

¿Estás celoso?

-¿Celoso yo? ¿De un vivo? Tsss... tú flipas.

-¿A qué mierda venías, Malfoy?

-Seré directo.

-Más te vale. No me gusta perder mi tiempo.

El chico puso mala cara.

-¿Por qué buscas a Bellatrix Lestrange?

-¿Por qué te importa?

-Bueno, creo que sabes de sobra que es mi tía.

-¿Y? ¿Me la vas a entregar?

-No traiciono a mi familia.

-Entonces -me acerco de nuevo- métete tus preguntitas por la punta del rab...

BOOOOOM, sonó el primer cañonazo que casi nos ensordece a todos.

>>Y ahora no molestes, ¿quieres? Tengo ganas de ver quien muere.

Mientras veíamos a los concursantes luchar contra los dragones, Malfoy seguía hablándome.

-No podrás acabar con ella. Nadie puede.

-Creeme, yo lo haré, y disfrutaré mucho abriéndola en canal.

-No sabes con quién te metes.

-Ella no supo dónde se metía cuando decidió asesinar a sangre fría a mis padres y cuando decidió torturarme. Me da igual que sea tu tía y que la quieras. Voy a matarla.

Malfoy se quedó pensativo unos minutos.

-No la quiero.

-¿Cómo dices?

-Que no la quiero. Escucha, no puedo hablar de esto aquí pero...

-Nadie nos escucha con tanto bullicio. O hablas ahora o no habrá otro momento.

-Por su culpa mi padre se ha metido en un laberinto muy peligroso donde no hay salida. Mi madre corre peligro por ello.

-Intentaré ayudarte.

-VENGA YA -se queja Altaír-. ¿AYUDARLE?

¿Hay algún problema?

-No, no... pero haber... entre tu ve.ganza, la de Neville, la del niñato mimado... ¿crees que podrás con todas?

Puedo de sobra. Solo tengo que matar a una persona para que cien vivan bien.

-Haz lo que quieras, pero yo no prometería cosas a un Malfoy. Son unos cobardes y te venderían con tal de salvarse, sino mira a Lucius.

La prueba por fin terminó. Cada escuela fue a sus dormitorios para celebrar la victoria. En la torre de Gryffindor habían montado una fiesta. Altaír y yo estábamos sentados a un lado. Él bebía a mi lado, pero estaba quieto, demasiado quieto...

¿Te pasa algo?

-Nada de lo que preocuparse.

Estás muy quieto. Dime qué te ocurre. ¿Es por lo de antes? ¿Estabas celoso?

-No -ríe-, pero me habría encantado meterle su preciosa carita en una boñiga de caballo.

Hubiera pagado por ver eso.

Altaír intentó volver a ser el de siempre. No soy idiota, sé que tuvo celos aunque no lo admita.

-Eeeeh, mira esto.

Cuando le miro tiene un tarro de babosas en la mano. Fue uno por uno poniéndoselas en el hombro a todos los presentes que, al darse cuenta, comenzaron a gritar y correr. Yo me partía de risa al ver a unos choca do contra otros, algunos lanzaban a los bichos contra sus compañeros, otros corrian a por papel por el asco que da tocarlas...

>>Y espera a que miren que tienen lombrices en la cama.