Última prueba

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Han pasado demasiadas cosas en apemas unas horas, así que empecemos por el principio...

Estábamos sentados en las gradas frente a un inmenso laberinto verde. Era la última prueba. Dumbledore, como de costumbre, dio las instrucciones, y al sonar el cañón, Altaír y yo vimos al cabrón del falso Moody hacerle señas a Harry.

Altaír, ve con él.

-No pienso dejarte sola.

He dicho que vayas con él. Yo estoy protegida entre tanta gente y mi abuelo está ahí abajo, pero Harry está solo y va hacia algo peligroso.

-Como vuelva y no estés, te juro que te cuelgo de los pulgares.

Al me dio un beso en ma cabeza y se fue detrás de Harry. Lo siento por él, pero no iba a quedarme ahí sentada ni de broma. Necesitaba saber cuál era el fin de todo esto, así que bajé a donde estaban los profesores. Moody no estaba, y el único con el que había mantenido contacto era con Cortinillas Snape.

-Profesor -le llamé.

-Vuelva a su sitio.

-Me estoy meando.

El hombre rodó los ojos.

-Ve.

-Si tardase en volver, ¿vendrían a buscarme?

-¿Qué tramas? -me miró com desconfianza.

-Profesor -me acerqué par susurrarle-, Moody no es Moody.

-Otra vez con esas...

-Vaya profesores... les avksan de amenazas y pasan de todoz incluso com el ministro muerto siguen confianzo en que esto es seguro. Idiotas...

Fui hacia dentro del castillo con cuidado vigilando cada puerta que me cruzaba.

-¿Qué haces aquí?

Esa voz chillona procedía del aire. Era Peeves, em poltergeist de Hogwarts.

-Estaba buscando el baño.

-Usa pañales, así no te pierdes ninguna tragedia de esos patéticos juegos.

-A ver si te voy a meter el pañal por esa boca de lombriz que tienes.

Detrás de mi oí una brusca risa.

-¿Me buscabas? -era Moody.

-Me estoy meando.

De tanto decirlo al final me van a entrar ganas de verdad.

El falso Moody aturdió al poltergeist que cayó dormido en el suelo.

-Ahora ya estamos solos, joven Dumbledore. Dime, ¿por qué nadie sabe tu secreto?

-No sé de que me hablas.

-Crucio.

Me tiré al suelo y grité de dolor, pero nadie me escuchó por los vitoreos de fuera.

>>Si no te mato es porque mi querida Bellatrix quiere ponerte sus propias manos encima.

Me lanzó tantos hechizos como fue posible hasta que el bullicio de fuera se calmó. Después solo me llevó hasta un armario y me dejó allí. No sé cuanto tiempo pasó, pero logré abrir la puerta y tirarme hacia fuera. McGonahall y Snape me encontraron y se quedaron de piedra, pero eso no hizo que me ayudasen. Ellos, seguidos por Dumbledore, siguieron su camino.

-Te voy a descuartizar -me amenaza Altaír-. Te dije que...

-Cállate, joder... no hice nada malo.

-Casi te matan.

-No tienes que temer. Quien quiere matarme con sus propias manos es Bellatrix. Hasta el momento estoy segura.

-No del todo -me carga en sus brazos-. Los mortífagos acaban de escapar de Azkaban.

Al me llevó hasta la enfermería y me tumbó en la cama a la espera de que alguien me viera para atenderme.

>>Y está empezando a morir gente...

-¿Morir?

-Cedric... él no debía estar ahí. Tenías razón, iban a por Harry en esta última prueba. Pero no volveré a hacerte caso -me da una colleja-. Deja de arriesgarte sola. Me tienes a mi para todo, idiota.

-Lo siento -me río-, pero no puedo evitarlo.

-Lo sé, eres como tu abuelo.

AltaírDonde viven las historias. Descúbrelo ahora