II

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-¡Tzuyu Tzuyu!- grito Dahyun desde la orilla del rio Nilo-.

-¡Ya voy!- grito devuelta, un grito más cansado, creo que tiene lógica cuando estás llevando una buena cantidad de ropa entre tus dos manos-.

Tras el extraño encuentro de ambas chicas, Dahyun no queriendo desperdiciar la oportunidad hizo lo posible para que al menos Tzuyu quiera volver a verla.

Y wow que funcionó, estamos un mes después del encuentro, ambas lavando la ropa de Tzuyu y de Dahyun.

Porque claro, Dahyun vivía por los cielos, cuando bajaba con los mortales no tenía donde vivir.

Y Tzuyu siendo claramente alguien de bien, le ofreció su casa para vivir con ella.

-Te toca lavar mi ropa y hacer la cena- Dijo Tzuyu una vez llegó al lado de Dahyun-.

La cual hizo un puchero.

-¡Lo hice la semana pasada!- Exclamó-.

-¿Y quien te manda a vivir conmigo? Es eso o la calle- Si, la dejo vivir con ella si le hace los quehaceres-.

-¿Asi tratas a una diosa?- miro indignada-.

-Una diosa que vive en una casa normal haciéndome los quehaceres wow- bromeo dejando el canasto de ropa a su lado-.

-Callate-.

-No gracias-.

Aunque Tzuyu negara que Dahyun le agradará, la sonrisa y los gestos hablan por si mismos.

En su caso, no evito sonreír, sonrisa que no fue vista por Dahyun quien lavaba la ropa.

En el caso de Dahyun, ella no reprimia sus actos, como abrazarla derepente.

Lo cual Tzuyu a veces aceptaba y a veces Dahyun terminaba en la esquina castigada.

Irónico que la castigara siendo una diosa.

Y aunque se lo diga jamás haría caso.

Pero no niega tampoco, que ella bajo porque vio algo en Tzuyu, ella era linda y ahora quería conocerla bien.

-Tzuyu, ¿quien vive en el castillo de ahí?- pregunto señalando el santuario de Soojin-.

-La faraona- respondió simple-.

-¿Y por qué tú no estás ahí?- la miro-.

-Porque mandaría todo a la mierda-.

-¿Pero no te gustaría vivir ahí?-.

-No lo niego, debe comer re bien y tener esclavos de aquí y allá- Algo que no estaba alejado de la realidad, Soojin era poderosa en toda la palabra-.

-Yo te haría un palacio tranquilamente-.

-Aja, porque claramente eres una diosa- puso los ojos en blanco nuevamente, sin tomárselo enserio-.

-¡Te juro que es verdad!- y casi se tira arriba de ella-.

-Quitate antes que decida ahogarte- amenazó-.

-No puedes matar a una diosa- la miro enojada-.

-Vives de mi, claro que puedo-.

-Algun día vas a ver- murmuró, levantándose y volviendo a su labor de lavar la ropa-.

-Aja, ¿ese día llegará pronto o como?-.

-Eh.. no lo sé- sonrio nerviosamente antes de casi caerse al río por un descuidó-.

Yo tenía que agarrar a la chica mas loca y torpe de todas.

Suspiro pesadamente, no evitando que sus comisuras se eleven, dando una pequeña sonrisa.

-Deja que te ayudo antes que termine llevandote el rio- se acercó a ella para empezar a ayudarla-.

-¿Y esa muestra de amor?- La miro Dahyun-.

-Que muestra ni que muestro de amor, que si seguís sola terminas o muerta o con la ropa destruida- hablo tosca-.

Algo que Dahyun ni se sintió mal, tras sentir que Tzuyu emanaba un sentimiento de felicidad y preocupación por ella.

Porque si, Dahyun percibia eso de las personas. Talvez era esa la razón por la cual tampoco se había apartado de su lado siendo Tzuyu alguien sarcástica o grosera en ocasiones.

En el fondo, la alta se preocupaba por ella.

Y Dahyun estaba más que enterada.



Palabras: 589.

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