VII

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—Pero vos no lo entendés, la faraona, Soojin. ¡Vino a hablarnos!—exclamó Tzuyu a Dahyun.

Las dos chicas estaban nuevamente en el río Nilo al día siguiente de aquella gran fiesta.
La mayoría de los pueblerinos estaban en sus casas, demasiado cansados para seguir existiendo.

—Si si, ya lo repetiste toda la noche—observó a Tzuyu, con una fingida molestia, ¿en el interior? Estaba más que feliz por verla así.

—Bueno, te aguantas—le sacó la lengua, acercándose a su lado, ayudándole a limpiar la ropa.

Siguió a palabras de Dahyun, parloteando hasta que paró y se quedó observando a la diosa.

—¿Ya te enamoraste que me miras?—pregunto la de tez pálida.

—Tonta, solo quería preguntarte algo.

—¿Qué pasó? ¿¡me vas a echar de tu casa!?—se exaltó, lanzándose a Tzuyu y aferrándose a ella.

—Ya te adueñaste de mi casa, por más que quisiera volverías— la empujó levemente, bromeando con una suave sonrisa jugando en sus labios.

—Entonces ¿qué pasó?

—¿Tienes familia? Apareciste de la nada, y te quedaste en mi casa—recordó aquel encuentro.

La mirada de la diosa se perdió unos momentos, antes de contestar.

—Si, una hermana menor. ¿Sabías que compartimos cuerpo como diosas?.

—Y ya devuelta con tus cosas, habla bien—le dio un suave golpe en la cabeza.

—¡Ya!—suspiro, resignada a qué no le creyera.. al menos por ahora— tenemos casi la misma edad, es bastante temperamental. Le gusta proteger.. a los de clase alta—pensó sus palabras para que Tzuyu tuviera una idea de ella, sin mencionar a la diosa.

—¿Una guardia?.

Dahyun asintió.

—También tengo unos hermanos menores, Yeji, me gusta mucho la lluvia y el después, cómo la humedad. Después su gemelo, Hyunjin, le encanta el aire, siempre corre hacia donde está yendo el viento—sonrió levemente al recordar a ambos dioses.

=Ambos son muy juguetones. Es difícil atraparlos o hablar con ellos.
Después mi otra hermanita, la más pequeña, Minjeong. Le gusta quedarse en las casas, suyas o ajenas, y cuidar de la gente. Muy amable.

—¿Cómo un médico?—pregunto Tzuyu.

—Se podría decir, es algo más espiritual pero si también. Hace milagros—ella no le diría a Tzuyu, que literalmente hacía milagros.

—¿Tus padres?

—Mi mamá, la que me creó, Taeyeon. Es muy cálida, crea vida ella siempre—Tzuyu sonrió, creyendo que tan solo hablaba de cómo el estar con ella, hacía el ambiente mejor. O con sus comidas.
Tan lejos estaba de la realidad.

—Y después tengo familia algo lejana, como mi primo Bangchan.

—¿Bangchan? ¿Qué nombre es ese?

—Es un apodo, se llama Christopher.

—También es raro ese nombre, igual peor sos vos pero bueno—Tzuyu casi fue desnucada por eso.

—Mejor háblame de tu familia, que tampoco sé nada.

—No tengo mucho que decir. Mi mamá Jessica murió hace algún tiempo, era bastante querida. Y mi papá.. no sé, no lo conocí—hablo desinteresada.

—¿Pero los mortales no tienen más hermanos, familiares o eso?

—No todos, puede que sí pero no sé lleven bien y hagan sus vidas separadas.

Dahyun asintió pensativa. Quedaron en un silencio bastante prolongado, hasta que la más baja de ambas, fue repentinamente empujada para que cayera al agua por Tzuyu.

—¿¡Y ESO POR QUÉ!?

—Por hacer que el ambiente quedará tenso—respondió con simpleza.

Las dos chicas, comenzaron a sumergirse en una pelea amistosa, tan amistosa que casi se sacan un mechón de pelo.

Mientras esto sucedía, a lo no tan lejos, en el palacio. Una segunda diosa se encontraba dando vueltas y vueltas por la habitación.

—¿Por qué estás tan inquieta hoy?—Soojin preguntó mientras estaba sentada en la cama, después de ver cómo Shuhua dio posiblemente la vuelta número 100.

—Es raro. Dahyun jamás estuvo tan así con los humanos ¡Ni cuando compartimos cuerpos!—exclamó, moviendo sus manos erráticamente.

—¿Tal vez Tzuyu es bastante amable y buena persona que Dahyun quiso quedarse?—Dijo, como si fuera algo obvio.

ShuHua se quedó mirándola unos segundos, como si contemplara sus palabras, hasta paró de caminar. Para después seguir dando vueltas.

—No, no tiene sentido. Ningún sentido—negó su cabeza en desaprobación. Soojin ante eso, solo rodo los ojos.

—Bueno, pero algo tiene esa chica entonces, si como dices, Dahyun está hace tanto tiempo con ella, compartiendo casa y demás. Cuando es alguien sumamente poderosa, y encima deja a la otra tratarla como una amiga, algo hay—analizó, esperando que ShuHua entendiera que su hermana mayor solo estuviera siendo feliz con una mortal.

—¿Te estás poniendo de su lado?—acuso.

—No, pero si te quejas tanto.. tal vez solo esa chica tenga algo que tú no estás viendo. Por eso es mejor conocerla, tal vez te lleves una sorpresa—mostró una sonrisa que enseñaba sus encías perfectamente sanas.

—Tú solo quieres conocerla—entrecerró sus ojos, apuntando con su dedo a la faraona.

—También, pero quedaba mal decirlo. Y si estás así, mejor quédate haciendo cosas de diosa—se levantó, se estiró con tranquilidad para empezar a caminar a la puerta.

La diosa observó cada uno de sus movimientos, y cuando la vio en la puerta. Soltó un suspiro enojado, acercándose a ella y tomando su mano.

—Bien, la vamos a conocer ¡Pero más vale tratarte con respeto!

—La viste ayer en la noche como se puso—Pauso sus palabras, mirando como la contraria fruncía el ceño—Vamos Shushu, no te pongas así, solo vamos a conocerlas—insistió la faraona.

Sólo bastaron algunos quejidos más para que ShuHua bajara la cabeza rendida, hiciera un pequeño berrinche con los pies y suspirara.

—Como quieras, pero yo te llevó—dijo, tomándola de la cintura en un abrazo, para pronto sentir como cambiaban de lugar hacia el río casi deshabitado, Nilo.

Dónde las protagonistas aún peleaban, ahora solo para que Dahyun le devolviera una joya preciada de ella. En un juego de atrapar y correr.

Las dos chicas solo se observaron unos segundos, lo suficiente lejos para que nadie haya notado como aparecieron por literalmente arte de magia. Pero suficientemente cerca para ver lo que sucedía, y quién se diera la tarea de observar un poco, las notará.

Miraron a las dos chicas, antes de que Soojin sonriera con plena alegría, y ShuHua apretara un poco el abrazo que mantenía a la contraria, bien cerca de ella.


La saqué del sótano.

SALIO EL SOLO DE TZUYU Y QUE OBRA DE ARTE CHICOS, precioso, hermoso.
Tzuyu mi mujer, esposa, la madre de mis peluches. Y también novia de una tal Dahyun.

Pero en fin, un poco tarde para decirles que hagan stream. Pero a la vez no, ¡apoyen el solo de nuestra Tzuyu!.
Cuando Tzuyu gane un Win vuelvo a actualizar.

Nos vemos y espero que les guste este cap. (Y se haya entendido la "familia" de Dahyun, que son todos dioses).

Palabras: 1129.

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⏰ Última actualización: Sep 07 ⏰

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