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Este capítulo sucede el mismo día de la fiesta del cap anterior



-¿Enserio tenemos que ir a la fiesta?- gruño ShuHua mirando a la faraona-.

-Obvio, es la fiesta más esperada del año, también le hacemos ofrendas a tus amigos ¿Si te acuerdas?- la miro de reojo mientras se arreglaba-.

-Si, pero ¿por qué tienen que haber tantos mortales sucios?- hizo un puchero, sin duda odiaba a los mortales, siempre toscos y mal portados-.

-Porque la fiesta es para todo el pueblo?- hablo obvia la contraria-.

-Pero están los pobres, esos sin clase- murmuró-.

-Porfavor ShuHua, por más que fueran bien vestidos les seguirías diciendo asi- termino de colocarse su ropa volteando a ver a ShuHua por fin-.

-Pero jin-ah! No es mi culpa que ellos no sean como los faraones-.

-Aun así odias a muchos faraones- le recordó Soojin-.

Se escuchó un gruñido por parte de la diosa, dejándose caer en la esponjosa cama de la faraona.

Soojin no evito soltar una leve risa ante el comportamiento exagerado e infantil de la diosa.

-Vas a recibir grandes cantidades de comida y lujos ¿Eso no te gusta?-.

-Es lo único decente que pueden hacer por mi-.

Soojin rodó los ojos ante el comentario.

-Como sea, tienes que arreglarte para estar presente en las ofrendas, o como quieras aparecerte-.

-Demasiado trabajo- se estiró por la cama, soltando un suspiro-.

-¿No te vas a presentar?- preguntó-.

-Solo lo haría por ti- confesó demasiado relajada para que Soojin creyera que fuera broma-.

-Sabes que será demasiado extraño si aparece alguien nuevo derepente a mi lado-.

-Lo sé, por eso- salto de la cama para volver a pararse- ya prepare algo-.

-¿Debo preocuparme?-.

Nego con la cabeza ShuHua, antes de acercarse lentamente a Soojin y abrazarla.

Abrazo que fue correspondido cálidamente, y pronto un destello blanquecino cubrió por completo a ShuHua.

Reducio su tamaño, hasta tomar la forma de un hermoso y majestuoso gato blanco.

Con una pelaje parecido a la melena del león. Y sus ojos más azules que el famoso rio que alimentaba a todo Egipto.

Soojin la cargó en sus brazos, acunando a la diosa. Dejando suaves caricias en el lomo de la felina.

-Entonces me vas a acompañar como un tierno gatito- sonrío la faraona-.

Algo que Soojin sabía y apreciaba, es que aún ShuHua fuera alguien relativamente desinteresada en las cosas, en ocasiones hasta cruel.

Sabía con tranquilidad, que la misma chica que la miraba sin entenderla en lo absoluto.

Era la misma que no importará el día o la hora, el lugar o demás, siempre la cuidaba. Desde las tormentas, desde alguna otra forma, pero ahí estaba.

Cuidandola.

Apesar de su repulsión sin que ella sepa el porque, ShuHua siempre estaba presente en su vida, desde que tomo su trono.

Protegiéndola, benerandola cuál diosa.

Algo irónico cuando se sabe, que ShuHua era la diosa.

Soojin volvió a la realidad cuando sintió a la felina moverse hasta medio sentarse en los brazos, y posar su pata en el cuello de la contraria.

Soojin asintió, sabiendo lo que quería decirle.

Dejo a ShuHua en la cama, antes de volver a su tocador y sacar un pequeño cofre con varios accesorios dignos de una faraona.

Desde anillos de plata, hasta collares con rubíes.

Colores dorados eran destellados desde el cofre.

Todo acordé a lo que Soojin mostraba.

La última nombrada, saco con delicadeza algunas joyas doradas y rojizas, para ponerlas en su cuello.

Y junto a un lindo anillo, regalado por la gata que la miraba acostada, esa que con sus ojos hablaban mas que ella.

Los ojos de ShuHua derramaban adoración ante la chica al frente de ella.

No admitiría que tenía una debilidad por la faraona.

Aunque fuera más que obvio.

No importaba si aún así, Dahyun siempre le dijera, o que las pocas veces que los gemelos yeji y hyunjin hacían acto de presencia en el viento y lluvia.

Solo para molestar a la diosa menor.

Eso no iba a ser suficiente para que la blanca admitiera su adoración por la faraona.

Soojin miro a la felina, quien en todo momento desde que se convirtió, había guardado de silencio.

-ShuShu- murmuró pasando la mano por al frente de la cara de ella-.

Y tampoco admitiría que ama ese apodo.

Continuo pasando su mano por el frente de los ojos de la felina, esa que ahora mismo no la miraba.

O eso pensaba, hasta que en un leve descuido salto a su mano, mordiendo levemente y rasguñando su brazo.

-YAH SHUHUA- Soltó un grito, antes de tirar su brazo contra la cama y agarrar fuerte a la felina, en busca de que la deje de morder-.

Cosa que fácilmente logro y la agarro desde las axilas, levantando de ella para mirarla con el ceño fruncido y la felina con ojos desinteresados y con la cola moviéndose felizmente.

Cómo si no sintiera la más mínima culpa de lo que hizo.

Notandose en su cuerpo caído en las manos de Soojin.

-Primero haces berrinches ¿y ahora me rasguñas?- Molesta replicó-.

Y ShuHua levanto su patita para apoyarla en el brazo de la contraria.

-No, no te hagas Yeh- Algo que odiaba, era que la llamarán por ese apellido, dado hace ya muchos años atrás-.

Soojin sacudió bruscamente a la gata, haciendo que maullara en desacuerdo.

-Ahora que estamos en la misma página querida, deja de rasguñarme y comportate para la fiesta- Hablo con un tono serio- ¿Entendiste?-.

Se escuchó un maullido nuevamente.

Y Soojin sonrío, antes de abrazar a la felina y acomodarla en sus brazos mejor para salir del cuarto y pronto del castillo donde vivía.

Directo hacia la famosa fiesta.



Palabras: 944.

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