Naruto - Cambios ✔️

13 - Nueva libertad

Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto

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Capítulo 13

Un fuerte golpe resonó en el compacto campo de entrenamiento del interior del cuartel general de los ANBU. El sonido fue el de la cara de un ANBU enmascarado de serpiente al chocar contra el sólido hormigón del suelo. Su oponente le dio unos segundos para recuperarse, pero cuando el hombre se quedó inmóvil durante un rato, refunfuñó y se marchó. El ANBU al que había estado golpeando a conciencia aún estaba bastante verde, ya que había recibido su máscara hacía menos de un mes. Por eso no sabía que era una mala idea retar a Tora a un combate ese día en concreto.

La mayoría sabía que hoy era el aniversario de la masacre del clan Uchiha a manos de Itachi Uchiha, que sólo dejó con vida a dos de toda su familia. Sin embargo, en la ANBU era conocido como uno de los dos días del año en los que no te acercabas a Tora a menos que fuera de vital importancia. Hebi se encontraba ahora entre los pocos que conocían este hecho hosco y exclusivo; al menos lo sabría cuando despertara dos días después en la enfermería de la ANBU.

Naruto exhaló un profundo suspiro de alivio al salir del aire sofocante del cuartel general, levantándose la máscara lo suficiente para aspirar una bocanada de aire puro. El edificio le desagradaba enormemente, a pesar de todas las obligaciones que tenía allí debido a su condición de capitán ANBU. Tenía un aire demasiado utilitario, todo paredes de color gris pizarra y sencillos escritorios para que trabajasen los distintos miembros del personal administrativo. Naruto tenía su propio escritorio en el edificio, pero no lo había tocado desde el primer día que lo nombraron capitán, ya que prefería el estudio privado de su casa para ese tipo de trabajo.

Parte de la tensión que había sentido hoy se había disipado en su breve combate con el nuevo ANBU, que había sido lo bastante arrogante como para desafiar al capitán. Sin embargo, seguía un poco alterado, no podía evitarse en un día que le traía tantos malos recuerdos. Dejando eso a un lado, permitió que una pequeña sonrisa iluminara su rostro momentáneamente; con suerte podría convertir el día de hoy en un buen día lleno de recuerdos que quería recordar.

Detrás de él, un joven ANBU con máscara de rana se abalanzó sobre él sólo para ver cómo su capitán desaparecía de repente en un destello de luz roja. Parpadeó sorprendido por la repentina partida, sacudió la cabeza y guardó su pregunta para más tarde, volviéndose para contar a sus camaradas lo que había visto. Corrían muchos rumores sobre el capitán, la mayoría de los cuales giraban en torno al hecho de que parecía no dormir nunca. Las patrullas se marchaban por la noche y pasaban de largo mientras se entrenaba, para volver al amanecer y encontrarlo haciendo ejercicios o practicando jutsu.

El joven capitán pelirrojo reapareció a unos cientos de metros del cuartel general, y sus ojos miraron a su alrededor antes de descender al nivel de la calle. Se rió cuando la joven junto a la que había aterrizado se levantó de un salto, sorprendida, para volverse con una mirada de reproche. Su irritación se desvaneció cuando miró la máscara ANBU en blanco con forma de tigre que la observaba desapasionadamente.

"Eh, Hana, ¿estás lista?" La joven Inuzuka asintió insegura por un momento, antes de que su naturaleza más natural entrara en acción, reafirmando su asentimiento con más confianza.

"Claro, todo está listo, pero ¿estás realmente seguro de que soy la persona adecuada para esto?". Naruto soltó una risita, cuyo sonido se distorsionó ligeramente a través de la máscara mientras apoyaba una mano tranquilizadora en el hombro de la chica.

"Ya hemos hablado de esto, si no creyera que puedes hacerlo no te lo habría pedido". Hana asintió con los ojos ligeramente entrecerrados, pero acabó cediendo mientras permitía que el pelirrojo más alto la guiara.