CORONA DE CRISTAL

¿LÍDER DE QUÉ?

Mi pierna dolía, ¿dónde estaba?, ¿Qué había pasado?, no podía moverme, ni siquiera podía abrir los ojos, sin embargo, no estaba asustada, me sentía cómoda, segura...

Minutos después, algo pareció cambiar en mi alrededor, ya no sentía esa seguridad, esa comodidad, me sentía atrapada, la voz en mi interior que decía "tranquila, todo está bien" se había alejado, parecía estar sola, intente patalear, pero fue en vano, trate de gritar, pero ningún sonido logro salir de mi boca, quise abrir los ojos de manera desesperada, pero al hacerlo lo único que veía era negro, sentía que me ahogaba.

No, todo no podía acabar aquí, al menos no sin saber qué había ocurrido años antes en el palacio, no sin desenmascarar al responsable de tal traición, no sin  antes haberme realmente realizado, no sin ver a Dackota y Ryu lograr sus sueños, no sin antes entender lo que me pasaba con Cassian, no sin antes haber sido libre.

Desesperada y con un millón de pensamientos comencé a agobiarme, quería moverme, necesitaba que mi cuerpo respondiera, me sentía perdida, pero tenía conciencia, eso no podía perderlo, al menos no aún, me concentre lo más que pude intentando canalizar alguna parte de mi cuerpo, mi mano fue la elegida, puse todo de mí y poco a poco logre que uno de mis dedos lograra moverse, victoria, me encontraba en éxtasis por el simple hecho de haber logrado esa acción, eso significaba que no estaba muerta.

-Señorita, ¿se encuentra despierta?- escuché como una voz que no reconocía preguntaba mientras que removía la tela que se encontraba tapando mis ojos impidiendo la vista

poco a poco abrí los ojos y enfoque la vista, me encontraba en la habitación de Cassian, estaba acostada sobre su cama, mi pierna estaba vendada y la persona que había hablado parecía ser un médico, a su lado se encontraban como de costumbre Dackota y Ryu

-¿y Cassian?- dije sin pensar, no tarde en sentirme estúpida por el hecho de que ese engreído rey fuera mi primer pensamiento al despertar después de un enfrentamiento

-Estaba aquí hace unos minutos, pero tuvo que salir, no se separó de ti todo el tiempo que pasaste inconsciente, hasta nosotros tuvimos que irnos un rato, no lo tomes a mal, pero estuviste inconsciente toda la noche, la verdad es que me sorprendió ver que un rey tan... ya sabes, un rey con la fama que tiene... un rey como su majestad fuera tan atentó con sus invitados- relato Ryu

-Eloise- escuché como me llamaba una voz que reconocía perfectamente, por extraño que suene ese nombre, MI nombre ya no me genera tanto conflicto como antes lo hacía

-¿Qué fue lo que paso?- pregunte intentando desviar mi atención hacia el doctor, no quería admitir que la entrada de Cassian después de enterarme de que estuvo conmigo todo el tiempo que estuve inconsciente me ponía nerviosa

-La herida era bastante profunda, se hizo con fuerza, de hecho me sorprende que no te desmayaras al momento, Cassian logro traerte hasta aquí y ponerte cómoda, necesitaba que estuvieras no en tus cinco sentidos, en lo que curaba tu herida, por lo que te di un par de hierbas relajantes-

-¿me drogo?- pregunté para ver si estaba entendiendo la situación correctamente

-sí, en cuestión eso pasó, después de que estuvieras un rato alucinando en lo que yo curaba tu herida, te di otro par de hierbas, estas servirían para acelerar en gran medida tu recuperación, esto hizo que te durmieras y se supone que no deberías poder mover ninguna parte de tu cuerpo de la cabeza para abajo, pero tal parece que eres bastante fuerte y desesperada, igual el efecto pasara en aproximadamente unos cuarenta minutos, pasado ese tiempo sentirás tu cuerpo pesado, pero serás perfectamente capaz de moverlo, no tardaras demasiado en acostumbrarte y volver a la normalidad, respecto a tu pierna, gracias a que soy un gran doctor y a pedido de su alteza Venery, la recuperación no durara mucho, no tendrás que guardar total reposo, pero sí procura no hacer ningún movimiento brusco durante un par de días-