PROTECTOR

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Alfred tenía tanto que decir, pero no le quedaba otra opción que tragarse sus palabras y soportar lo más que pudiera, prefiriendo evitar a toda costa el trato con ese hombre de cabello verde que su amo había traído a vivir a la mansión.

Sucedió lo que tanto temía al final, no solo Bruce le reveló su identidad secreta, sino que además lo trajo a vivir aquí y con trato de rey, prácticamente cumpliendo todos y cada uno de sus caprichos y haciendo que Alfred deba ocuparse de sus necesidades también.

Lavar su ropa, prepararle de comer, cambiar sus sábanas.

Y Dios, como quisiera Alfred largarse de ahí.

Y Joker no ayuda en nada a que el anciano cambie de opinión, pues le encanta sacarlo de quicio, ensuciando a propósito y soltando comentarios burlones cada que tiene oportunidad. Aunque cuando Bruce lo regaña él solo debe ponerme meloso, un par de besos y Bruce ya estará feliz de nuevo.

Joker es un dolor de muelas.

Pero solo para Alfred, lo que a Joker le importa no es caerle bien a ese aburrido viejo, él prefiere estar acostado con Bruce mientras charlan animosamente y se demuestran su cariño, como ahora.

– ¿Cómo te sentiste hoy?– pregunta Bruce.

– Bien, caminar ya no es tanto problema y cada vez utilizo menos el pañal, ahora uso el inodoro casi siempre –

– Verás que pronto lo dejas, has estado avanzando mucho – Bruce acarició su mano.

Joker sonríe y mueve sus piernas para entrelazarlas con las de Bruce, su bolsa rosa el abdomen de éste y le causa un poco de inseguridad, pero Bruce no comenta nada y mejor acaricia gentilmente su cintura y espalda.

– Hay algo que quiero preguntarte – dice Joker.

– ¿Eso es?–

– ¿Qué es lo que la ciudad sabe de mi?–

Bruce se tensó al oír la pregunta y Joker notó eso.

– Bruce, ¿La ciudad sabe lo que me pasó?– su voz tembló.

–¡No! Por supuesto que no – Lo abrazó inmediatamente – Nadie además de de Jim gordon y los médicos que te atendieron en Arkham lo sabe.

– ¿Cómo es posible que no se haya exparsido la noticia?–

– Los medicos firmaron un acuerdo de confidencialidad y Gordón no dirá nada para no arruinar el proyecto Arkham –

– Entonces, ¿Qué sabe la ciudad?–

Bruce suspiró y se sentó, Joker hizo lo mismo, la luz de la luna entraba por la ventana e iluminaba el cuerpo semidesnudo de Bruce, "Que guapo" pensó Joker.

Bruce finalmente habló:

– Nada, no saben nada –

–¿Cómo?–

– Nadie sabe nada de ti, hay cientos de rumores Pero nadie sabe dónde has estado, en las calles dicen que estás muerto o que estás planeando algo –

Joker quedó sorprendido, durante todo este tiempo había intentado buscar información sobre él, quería saber lo que estaba sucediendo allá afuera, no imaginó que era posible que no hubiera nada sobre él en todos esos meses.

– Entonces... ¿Qué haré?– preguntó.

– ¿A qué te refieres?–

– Vamos Batsy – recargó su codo en el hombro de Bruce – No puedo estar desaparecido para siempre, tarde o temprano tengo que salir a la luz y la gente querrá saber dónde he estado.