El beso (final)

8 1 0
                                    

Las esferas de energía volaban alrededor de sus cuerpos y mi alma, sentía escalofríos recorrer hasta la parte más recóndita y desconocida para mí de mi alma. El aire que chocaba contra nosotros cambió, se sentía demasiado helado; aún más que el frío que puede llegar a soportar un cuerpo humano antes de morir de hipotermia. Fue en ese instante donde sentí que un torbellino de recuerdos revolvió mis memorias y me hizo recordar que mi alma antes de convertirse en Jahess Brown, fue un dragón; por eso al morir el cuerpo que habitaba sentía que una flama renacia dentro de mí. El frío de esas tierras estaba acabando con conmigo. Bendita Energía Creadora al permitir que separara mi cuerpo de mi alma, de lo contrario hubiera sido un efímero en ésta tierra. Con la poca energía que mi alma resguardaba logré llegar hasta el templo Uruakno.

—Debes entrar tú sólo, espero encuentres la solución para esto.

La voz de Drew era reconfortante y aunque pueda sonar ridículo para algunos de ustedes, yo sentí que su cuerpo era pirotecnia pura y su calor me devolvió la fuerza. Y es que eso era lo que sentía al verlo, una revolución de chispas coloridas invadir mi alma e impregnarse en ella. Vi a Darwin con una sonrisa en mi rostro, alze la vista y observé el umbral que se alzaba ante mis ojos; era de dos metros de altura y medio de ancho. La luz de La Otra Tierra, parecía extinguirse en ese lugar y otra renacía aún más rutilante y especial. El suelo de Uruakno parecía ilusorio ante los ojos de muchos, en una zona tan helada no podía existir tanta vegetación como la que ahí había. Pero lo que llamó mi atención en el lugar no fue eso, fue la corriente de agua que nacía bajo las raíces de un frondoso sauce y acababa en la nada. Al adentrarme, mi campo visual me permitió ver a otra persona ahí dentro. No podría describir su apariencia, ya que era la Energía Creadora, y ante cada par de ojos y mente cambia de forma física. Su mirada chocó contra la mía y pude visualizar una sonrisa ladina invadir su rostro.

—¿Quién eres?

Su voz causó eco, pero no en el templo, sino en mi mente. Era la segunda voz que más emociones causaba en mí.

—Drake Brown. —contesté con firmeza.

—Error. No lo eres.

—Lord Jahess Brown. —   respondí alzando mi ceja ante la incertidumbre.

—¡No! No eres solamente un nombre. ¿Quién eres? — su voz se volvió más potente.

¿Quién soy? ¿Soy este que no se reconoce y tiene que plantearselo o soy el que un día fuí y deje de serlo? Quizá soy este que camina entre sombras, este que siente que el suelo se mueve, pues siempre termina en el suelo. ¿Soy el que un día seré, o soy el que intento ser? ¿Soy todos o soy ninguno? Quizá no soy, quizá soy lo que otros esperan que yo sea. ¿Quién determina quién es quién? ¿Uno mismo o la sociedad? ¿En verdad soy sólo éste cuerpo? Soy incapaz de creer que sea sólo mis acciones y facciones. Soy la vida que cuida la vida, soy el fuego puro que cura, soy el viajador de los mundos, soy todo lo que se puede sentir.

—Soy vida. — una sonrisa invadió mi rostro al pronunciar esos dos palabras cortas.

—¿Qué es la vida, por qué se aferran a ella? —preguntó.

Mi mirada se desvió de la Energía Creadora, al pequeño oasis. Observé como el agua aparecía después de las raíces y se esfumaba antes de llegar al césped, pero seguía una corriente veloz, apesar de su corto camino. Recordé una frase que dice que puedes arrojar piedras al agua y causar ondas, alterando la corriente, pero al final esa alteración será momentánea la corriente no cambiará su rumbo. Pero es falso, esas pequeñas ondas marcarán la diferencia, toda gran revolución empezó por un sólo hombre, el inmenso bosque se inició por un broto que nunca soñó en ser ese frondoso árbol que le entregaría frutos a su propia descendencia. Porque somos el fruto que comimos, y seremos frutos que alimentaran a otros hombres.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 30, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Una Noche MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora