Chapitre dix

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Capítulo 10: ¿Fue un accidente?



Ron esperaba impacientemente en un rincón poco iluminado del pasillo, el aire cargado de tensión. A pesar de su habitual temperamento jovial, el rostro de Ron mostraba una seriedad inusual, sus ojos azules fijos y penetrantes. La situación había llegado a un punto crítico, y Ron sabía que era hora de enfrentar a Draco y exigir que hable.

Cuando finalmente vio acercarse a Draco, su figura esbelta y elegante contrastaba con la severidad de su expresión. Sin perder tiempo, Ron se adelantó, deteniendo a Draco con un gesto firme de su mano.

"Draco, necesitamos hablar", comenzó Ron, su voz resonando con una autoridad que sorprendió incluso a él mismo. "Si no dices la verdad ahora, confesaré que fui yo quien te dejó entrar en la sala común de Gryffindor. Y si el otro de Slytherin se coló sin ser visto por Lady Fat, entonces será un problema aún mayor."

Draco parpadeó sorprendido, claramente no esperaba tal confrontación por parte de Ron. Por un momento, sus ojos grises buscaron los de Ron, como si tratara de encontrar alguna señal de vacilación o duda en el rostro del pelirrojo. Sin embargo, lo que encontró fue una determinación inquebrantable. "¿Estás amenazándome, Weasley?", respondió, su tono teñido de incredulidad. A pesar de su aparente confianza, Ron pudo detectar una chispa de nerviosismo en la mirada de Draco, una indicación de que su amenaza había impactado.

"No es una amenaza, Draco", replicó Ron, manteniendo su mirada firme. "Es una oportunidad para hacer lo correcto. Si realmente no fuiste tú quien inició el incendio, entonces es hora de que lo aclares."

El silencio se apoderó del pasillo, interrumpido sólo por el suave murmullo de las antorchas. Draco exhaló profundamente, sus hombros cayendo con resignación mientras contemplaba las consecuencias de sus acciones. Tras unos segundos, finalmente asintió, aceptando la propuesta de Ron. Aunque decidió no revelar la identidad del verdadero culpable, estaba dispuesto a clarificar que todo había sido un accidente. A medida que las palabras tomaban forma en su mente, se dio cuenta de que debía ser honesto acerca de cómo había llegado a la sala común de Gryffindor.

En la sala de Dumbledore, el ambiente era tenso. Las miradas severas de Snape y McGonagall se posaban sobre Draco y Ron, sus rostros reflejando la seriedad del asunto. Dumbledore, sentado detrás de su escritorio con una expresión serena pero penetrante, esperaba pacientemente a que los jóvenes compartieran su versión de los hechos.

"Lo que sucedió fue un accidente", comenzó Draco, su voz cargada de remordimiento. "Ron me dejó entrar en la sala de Gryffindor porque estaba buscando a Harry. No lo había encontrado en ninguna parte del castillo ese día. Estaba saliendo de la habitación de Ronald y Harry cuando el fuego comenzó." Ron asintió en señal de confirmación, respaldando la versión de Draco con una mirada seria. 

Snape frunció el ceño, claramente insatisfecho con la explicación, mientras que McGonagall parecía contemplativa, evaluando la sinceridad de Draco. Dumbledore, con su mirada penetrante y sabia, tomó un momento antes de hablar, sopesando cada palabra cuidadosamente. "Agradezco su honestidad, joven Malfoy y Weasley", su tono calmado pero firme. "Entiendo, pero eso no exime de responsabilidad. Ambos recibirán un castigo adecuado por sus acciones. Espero que esto sirva como una lección para todos. Sé que los jóvenes de Slytherin son leales a su grupo, pero necesito que el responsable se presente y asuma el castigo."

A pesar de su reputación de ser frío y calculador, la situación le estaba resultando más complicada de lo que había anticipado. Theodore Nott era su amigo, y estaba convencido de que el incendio no había sido intencional. Sin embargo, las consecuencias de sus acciones eran demasiado serias como para ser ignoradas.

Finalmente, con una ligera inclinación de cabeza hacia Dumbledore, Draco tomó la decisión. "Fue Theodore Nott", murmuró, su voz apenas más que un susurro, pero lo suficientemente clara para que el director lo escuchara.

Dumbledore se acercó con solemnidad, sus ojos azules centelleando con excepticismo. "Gracias por su sinceridad, señor Malfoy", dijo. "Te pido que vayas a la sala de Slytherin y llames al señor Nott. Es importante que aclaremos esta situación lo antes posible".

Draco asintió, una sensación de alivio invadió su pecho. Sabía que enfrentar a Theodore y enfrentar las posibles consecuencias de su revelación no sería una tarea fácil. Con una última mirada hacia Dumbledore, se dirigió hacia la sala común de Slytherin, su mente llena de pensamientos y emociones contradictorias.



Malfoy descendió por las escaleras que conducían a la sala común de Slytherin, el ambiente frío y húmedo de las mazmorras envolvía cada paso que daba. Al entrar en la sala común, sus ojos se encontraron con los de Theodore Nott, cuya expresión era una mezcla de sorpresa y temor.

"Dumbledore quiere verte, Theo", comenzó, intentando mantener la calma en su voz.

El semblante de Nott palideció al instante, sus ojos se ensancharon y su respiración se volvió irregular. "¿Me delataste?", preguntó con voz temblorosa, claramente en estado de pánico. "¡Eres un pésimo amigo!" Sabía que Draco lo había visto salir, aunque estaba apenas entrando a la sala común de Gryffindor.

Draco sintió un nudo en el estómago ante la reacción de Nott, pero su determinación no vaciló. "¿Por qué lo hiciste, Theo?", preguntó, observando detenidamente a su amigo en busca de alguna señal de arrepentimiento.

Nott soltó una risa nerviosa, y al mirar a Draco, sus ojos reflejaban una mezcla de desdén y arrogancia. "Se acerca el partido de Quidditch", comenzó a explicar, sus palabras teñidas de sarcasmo. "Necesitaba que los Gryffindor desviaran su atención. Además", continuó, lanzando miradas pasivo-agresivas a Draco, "pareces pasar demasiado tiempo preocupándote por los Gryffindor en lugar de tu propia casa Slytherin." Las palabras de Nott se volvieron más cortantes y directas, el tono de su voz era despectivo, y sus palabras golpearon al rubio como un puñetazo.

El silencio en la sala común de Slytherin se volvió opresivo, miró a Theodore Nott y un sentimiento de arrepentimiento se apoderó de él. Había confiado en su amigo, defendiéndolo incluso cuando las pruebas lo señalaban como culpable. Pero ahora, estaba claro que Nott no mostraba ni un ápice de arrepentimiento.

Sin decir una palabra, el Slytherin se volvió hacia su compañero de casa y le recordó una vez más que Dumbledore lo esperaba. Con un gesto de resignación, Nott asintió y lo siguió obedientemente fuera de la sala común.


En la oficina de Dumbledore, los tres jóvenes fueron recibidos con seriedad por el director y otros miembros del profesorado. Después de escuchar los informes de los profesores y las explicaciones de los estudiantes, Dumbledore tomó una decisión.

Theodore Nott recibió un castigo severo por su participación en el incendio provocado en la sala común de Gryffindor. Fue suspendido de todas las actividades extracurriculares durante un trimestre y se le asignó un extenso trabajo comunitario para reparar el daño causado. Malfoy, por su parte, también fue castigado por su papel en el incidente. A pesar de su intento de rectificar la situación, Dumbledore no pasó por alto su implicación inicial en el encubrimiento. Como consecuencia, se le asignaron tareas adicionales para reflexionar sobre sus acciones.

Ron Weasley, aunque no estaba directamente involucrado en el incendio, recibió un castigo por su complicidad en permitir el acceso de Malfoy a la sala común de Gryffindor. Se le asignaron horas de detención.

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