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Chapitre vingt-deux

Capítulo 22: Nos vemos en la biblioteca

Draco terminó de levantar las sábanas del piso, asegurándose de que la sala común de Gryffindor estuviera en orden antes de dirigirse hacia el comedor. Mientras caminaba por los pasillos, pudo ver a lo lejos un grupo de estudiantes apiñados en un círculo en el centro de la mesa de Gryffindor, murmurando entre ellos. Su mirada se dirigió automáticamente hacia una cabellera esponjosa familiar, que estaba parada a cierta distancia del grupo con el ceño fruncido, claramente excluida y molesta.

Hermione fue la primera en notar la presencia de Draco. Sin perder tiempo, caminó rápidamente hacia él con una expresión de enfado evidente. Se plantó frente a él, bloqueando su camino, y dio un resoplido antes de hablar. "Draco, ¿puedes explicarme por qué todo el mundo está hablando acerca de ti y una chica en la torre de astronomía? Dicen que los sorprendieron".

Draco parpadeó confundido. "¿De qué estás hablando, Granger?"

Hermione cruzó los brazos, su mirada crítica estaba perforando a Draco. "Todo el mundo, están sobre Harry desde que entró al comedor en busca de más chismes, como carroñeros esperando algo jugoso".

Draco sintió una punzada de... algo, no estaba seguro de poder nombrar el sentimiento de incomodidad que le causaba saber que había tanta atención sobre su mejor amigo. "Necesito más información, porque realmente no entiendo de qué demonios hablas. Ni siquiera sé de quién están hablando". Su voz bajó un poco, volviéndose más seria. "¿Y por qué necesitan preguntarle a Harry?"

Hermione volteó su rostro y sus cejas se fruncieron en genuina incredulidad. "¿Lo preguntas en serio?", su tono se volvió más comprensivo al ver la cara en blanco de Draco, "Oh, lo haces".

Draco tomó una porción de tocino de la mesa de Slytherin, mientras Hermione caminaba detrás de él, bombardeándolo con preguntas sobre la misteriosa chica. Draco comenzó a conectar los puntos y comprendió que se refería a Ettori, la chica de Ravenclaw que había captado la atención de Harry. "Entonces, ¿cómo dijiste que se llamaba?", insistió Hermione.

"Supongo se trata de Ettori", respondió Draco, su tono fue seco mientras avanzaba con el plato de tocino en mano. No estaba interesado en seguir la conversación, y ciertamente no le interesaba demasiado discutir con Granger sobre los pros y contras de un romance a los catorce años. Sus pensamientos estaban demasiado centrados en Harry, Harry bajo su cuerpo esta mañana.

Hermione seguía divagando sobre las implicaciones de un romance en la adolescencia, pero Draco ya no la escuchaba. Se abrió paso con cuidado a través del círculo de estudiantes que se había formado alrededor de Harry. Sus pasos eran pesados, y su sola presencia parecía suficiente para hacer que todos se apartaran, mirándolo con ojos curiosos y divertidos.

Harry estaba sentado encorvado, rodeado de compañeros que lo miraban con interés. Cuando Draco se acercó, los murmullos cesaron y todas las miradas se volvieron hacia él. Harry le dio una mirada suplicante, antes de tocar el lóbulo de su oreja como signo de incomodidad. "Harry, traje esto para ti", dijo Draco, extendiendo el plato de tocino hacia él. Su voz era suave, para sorpresa de nadie, siempre era así con Harry cerca.

Las miradas curiosas y divertidas de los demás se posaron sobre él mientras se sentaba junto a Harry. Draco observó cómo algunos estudiantes intercambiaban miradas y murmullos antes de que la mayoría se dispersara, dejando solo a unos pocos Gryffindor alrededor de la mesa común de la casa. Entre ellos, Hermione y Ron tomaron asiento frente a Harry y Draco, empujando a unos cuantos estudiantes para hacer espacio.